UN ESPACIO
Inauguración: 12 Noviembre 2024
La galería Álvaro Alcázar presenta, a partir del próximo 12 de noviembre, la exposición “Un espacio”, una muestra colectiva que gira en torno al amplio término “espacio”. Un total de dieciséis artistas, entre pintores, escultores y fotógrafos, se dan cita aquí para mostrar cada uno un espacio significativo para ellos o, simplemente, su visión de este concepto, que se manifiesta en múltiples dimensiones: desde el espacio interior de la psique humana hasta el vasto exterior de la naturaleza y el entorno urbano.
Para esta exposición, la galería ha contado con artistas de la casa como Jose Cháfer, Kepa Garraza, Guillem Nadal, Antonio Murado, Eduardo Arroyo, Rafael Canogar, Peter Krauskopf, Mari Puri Herrero, Juan Gopar o José Luis Serzo. Además destaca la presencia de otros artistas invitados, como Paz Juristo y Anuca Aisa, María Carrión, Jude Castel y el holandés Pim Palsgraaf.
Uno de los “espacios” a los que más han recurrido los artistas en esta exposición es el exterior. Para Juan Gopar por ejemplo, la isla de Lanzarote es su espacio vital y todo lo que en ella acontece lo incorpora en su plástica. Los líquenes del volcán de la Corona, espacio al que el artista acude con frecuencia, son la fuente de inspiración del artista en la obra presentada. Para Eduardo Arroyo, “la Muezca”, una montaña situada frente a su casa de Robles de Laciana, fue un lugar especial que pintó en numerosas ocasiones y en diferentes épocas del año, hasta el punto que su deseo fue ser enterrado con vistas a ella. La naturaleza es para David Nash su “espacio” por el excelencia, pues toda su obra hace referencia a ella, o se sirve de elementos propios del espacio natural para crear sus esculturas y dibujos, como en Castle I. Jardín azul, de Mari Puri Herrero nos traslada, como ocurre con la mayoría de su producción, a espacios importantes en la vida de la artista, como Menagaray, Bilbao o Madrid, lugares de los que se sirve para ilustrar su pintura.
La fotografía de paisajes y escenas urbanas, como las del metro de Sevilla o los edificios de Nueva York, nos confronta con la dinámica del espacio público. Estas imágenes capturan la vida cotidiana. A través de la lente, el fotógrafo se convierte en un narrador que transforma un simple instante en una narrativa visual. Es el caso de Paz Juristo, quién presenta la imagen de un rascacielos neoyorquino y Anuca Aisa, que aporta una obra de su serie “subsuelos”. María Carrión también fotógrafa, capta en este caso la majestuosidad de unas cataratas, evocando un espacio natural donde el agua y el paisaje se funden, generando una sensación de calma y esplendor.
El francés Jude Castel representa, desde su particular uso del bolígrafo Bic azul, distintos espacios urbanos y de arquitectura que le llaman la atención en sus frecuentes viajes. En esta ocasión, el espacio expositivo del Centro Botín, en Santander, capta su interés, por su imponente arquitectura. Antonio Murado explora el concepto de «espacio exterior» a través de paisajes que oscilan entre lo figurativo y lo abstracto. Sus paisajes constituyen una parte fundamental y reconocible de su célebre trayectoria, en la que investiga con diferentes materiales para lograr sorprendentes resultados mediante veladuras.
Para el mallorquín Guillem Nadal “un espacio” es introspectivo. A través de la creación de formas curvas en su obra, subyace la idea de isla. Si bien, no se refiere a la isla donde Nadal nació y reside, sino que alude a un recorrido sentimental como metáfora de la vida, un camino que regresa al punto de partida y finalmente, a la posibilidad de construir tu propia isla. Peter Krauskopf se centra en el espacio propio de sus obras. En sus “Shadowpieces” indaga en los espacios de luz y sombras que deja en sus obras. Con su plasticidad, los cuadros de Krauskopf asignan ineludiblemente un lado u otro al espacio que tienen delante. La mayoría de las veces, el pintor -y más tarde el espectador- se coloca en una posición desde la que la luz parece emanar más allá del lienzo.
En el ámbito tridimensional, la obra de Jose Cháfer destaca por su estudio de la figura y la curva en el espacio. Sus esculturas colgantes desafían la gravedad y transforman la percepción del espacio físico. Esculturas vivas que se mueven, producen sombras, dando vida al espacio que ocupan. Por su parte, Kepa Garraza, en su faceta de escultor, presenta la figura en impresión 3D de un manifestante, correspondiente a su serie de “Let’s Set the World on Fire”. En ella, el artista explora las calles como espacio de protesta y reivindicación de sus “héroes urbanos”. El holandés Pim Palsgraaf se sumerge en espacios vacíos: viejos pasillos y techos a punto de derrumbarse, donde la naturaleza interviene para tomar el relevo. Su trabajo se inspira en la decadencia y las irregularidades de la ciudad, explorando la discordia entre naturaleza y urbanidad. La obra de Palsgraaf es el resultado de una investigación sobre la erosión del centro de la ciudad.
Para José Luis Serzo, un espacio es el teatro, tal y como se evidencia en “Sr. Teatrorum”. Las referencias teatrales en sus obras son infinitas, ya sea de forma explícita o a través de telones, máscaras o vestuarios diversos. Este espacio le conecta directamente con su infancia, ya que creció entre bambalinas junto a su madre, directora de teatro, y comenzó a generar escenografías y mundos desde sus primeros pasos.
Finalmente, Rafael Canogar utilizó en los años 90 papel encolado para realizar sus obras, lo que se relaciona de manera significativa con el concepto de espacio. En estas piezas, Canogar juega con la tridimensionalidad y la bidimensionalidad, creando piezas que parecen interactuar con el espacio que las rodea. El papel encolado permite que las obras se expandan y se transformen, generando texturas y formas que alteran la percepción del espacio.
En conjunto, estas obras nos muestran que el espacio no es solo un contenedor, sino un elemento dinámico que influye en nuestras emociones, percepciones y relaciones. La exploración del espacio en el arte contemporáneo nos invita a cuestionar no solo cómo ocupamos el mundo, sino también cómo el mundo nos ocupa a nosotros.
17 – 20 de octubre 2022
Stand #5C03
La galería Álvaro Alcázar vuelve en una nueva edición a la Feria de Estampa, celebrada en Madrid del 17 al 20 de octubre. En esta edición presentamos la obra de Luis Canelo, Mari Puri Herrero, Juan Gopar, Antonio Murado, Rebeca Plana, Juan Garaizabal, Guillem Nadal, David Nash, José Luis Serzo, Andrei Roiter y Ariel Cabrera.
CRISTINA BABILONI – AQUARIUM
12 de septiembre – 23 de octubre de 2024
La galería Álvaro Alcázar presenta en esta edición de Apertura la exposición Aquarium, de la artista de Castellón, Cristina Babiloni. Tras el éxito de sus dos exposiciones individuales en Nueva York y Andorra, la artista se da cita en Madrid con una gran muestra en la que presenta su obra más reciente. Babiloni se mantiene fiel a la temática del mar en esta exposición, a través de la cual pretende, impulsada por su preocupación por el medio ambiente, acercar la naturaleza marina a la ciudad de Madrid, un lugar sin mar, ofreciendo una experiencia inmersiva y reflexiva.
La muestra se articula en torno a dos partes diferenciadas. Por un lado las arpilleras en gran y medio formato, donde la artista consigue, gracias a sus cargas con pigmentos y otros materiales, reproducir los fondos marinos y arrecifes de coral que invitan al visitante a sumergirse en las profundidades marítimas, casi de forma literal. Si bien en esta ocasión, partiendo de su estilo previo característico, Babiloni incorpora en estos nuevos ecosistemas una paleta de colores cada vez más rica y reduce en cierta medida la carga matérica. El uso de materiales como los acrílicos, arenas, madera o arpillera se convierten en aliados de Babiloni para formar, por medio de esta simbiosis sobre el lienzo, composiciones resistentes. Por otro lado la artista nos trae un elenco de coloridos peces realizados con materiales encontrados sobre metacrilato, técnica esta innovadora de la carrera de la castellonense. Esta experimentación técnica añade una nueva dimensión a su obra, destacando su constante búsqueda de nuevas formas de expresión artística.
Como psicóloga, Babiloni toma la destreza artística como una herramienta capaz de devolver el equilibrio mental a las personas. En sus palabras “el poder de la admiración siempre genera bienestar”, por ello, pese a que cada una de sus pinturas sea diferente, todas ellas funcionan como un vehículo que incita a la meditación por medio de la inmersión en lo natural. La cromoterapia se fusiona con la pintura para influir en el estado anímico de quien contempla su trabajo. En este caso, el medio natural no solo le permite realizar una introspección a su mundo interior, tanto el resultado como el proceso es una cura para las molestias del alma.
Esta fuerte conexión entre su trabajo y el medioambiente se basa en la fascinación, pero también es fruto de una conexión emocional. Este medio permite a la artista reflexionar sobre el mundo que nos rodea; un espacio cargado de pureza que a toda costa debemos preservar. Babiloni afirma que “somos naturaleza”. Por ello, sentirse emocionalmente en este entorno es fundamental, el arte es el medio y el sentido de este proyecto cuenta además con una explicación terapéutica. La imitación de los elementos naturales no solo es cromática, los volúmenes superpuestos y los juegos de texturas crean un contraste de luces y de sombras que hace que las pinturas florezcan. Así, la recreación de fondos marinos, mantos fluidos que imitan al magma o piezas llenas de composiciones orgánicas hacen que el espectador se sumerja en estos “entes vivientes”.
ANTONIO MURADO
30 de julio- 15 de agosto
Club náutico de Ribadeo, Lugo
El Club Náutico de Ribadeo presenta a partir del 30 de julio una exposición monográfica de Antonio Murado. Su comisario, Álvaro Alcázar ha seleccionado una treintena de tablas realizadas en los últimos meses que representan pétalos de flores y que, a modo de iconos, apoyan sobre las paredes de la sala de exposiciones del club naútico, creando una suerte de “galería de iconos”.
El conjunto de las tablas presentadas son la muestra de la nueva etapa artística en la que Murado está trabajando y que presentó hace pocos meses en Santiago de Compostela. En ellas se aúnan dos ideas, por un lado introduce el concepto de icono bizantino, por otro rescata la serie botánica, iniciada en los años 90, que es una de las series más conocidas en su extensa trayectoria. Se trata de pequeñas tablas de en torno a los 35 cm de altura en cuyo interior se disponen pétalos y flores en reservas. La idea de icono viene precisamente, por su pequeño tamaño y por la disposición de las flores y el lugar que ocupan en el espacio. Su cómodo tamaño las hacen ideales para poder transportarlas de un lugar a otro con facilidad.
Estas pequeñas “tablas devocionales” que presenta Murado cambian la figuración religiosa propia del icono por grandes pétalos o flores en su interior, dispuestas en una reserva blanca, variable en proporciones. Esta temática nos lleva directamente a los años 90, momento en que Murado, guiado por su afán de experimentación técnica, se inició en la iconografía botánica. Si bien no es el tema en sí lo que interesa al artista realmente, sino la propia técnica y el comportamiento de los materiales empleados. Murado emplea aquí la técnica del soplado, fórmula a la llegó casi por azar, experimentando con la densidad del óleo y soplando en una sola dirección. El resultado fue el que aquí vemos, formas que nos remiten a pétalos que parecen flotar sobre fondos semitransparentes, creando una pintura, donde, como él ha señalado en alguna ocasión “todo es abstracto y figurativo a la vez”.
Con todo ello vemos como Murado reinterpreta el concepto de icono. Las obras expuestas, aunque pequeñas en tamaño, encierran un simbolismo que trasciende su apariencia y al igual que los iconos bizantinos, estas tablas devocionales invitan a la contemplación. La exposición no solo destaca la habilidad técnica de Murado, sino también su capacidad para reinventar y renovar su propio lenguaje visual. Al rescatar la iconografía botánica de los años 90 y fusionarla con la estética y el concepto de los iconos, el artista nos ofrece una visión contemporánea y personal. En definitiva, las tablas de Antonio Murado no solo son transportables en el sentido físico, sino también en su capacidad para llevarnos a un viaje introspectivo, donde la técnica, la tradición y la innovación se encuentran.
Descargar catálogo de la exposición.
FEET ON THE FLOOR
Junio-julio 2024
La galería Alvaro Alcázar presenta la exposición colectiva Feet on the Floor, en la que participan artistas representados por la galería en sus disciplinas, principalmente pintura y escultura. Algunos de estos artistas con Jose Cháfer, Jude Castel, Peter Krauskopf, Mari Puri Herrero, Ariel Cabrera, Rafael Canogar, Guillem Nadal, Eduardo Arroyo, Antonio Murado o Juan Garaizabal.
BAD + 2024
La galería Álvaro Alcázar participa un año más, en la nueva Edición de la feria BAD en Burdeos, Francia. Para esta ocasión, la galería propone un stand formado por la obra de diversos artistas nacionales e internacionales.
Esculturas de David Nash, Pim Palsgraaf y José Cháfer irán acompañadas de cuadros elaborados por Antonio Murado, Simon Edmondson, Ariel Cabrera, Rebeca Plana y Rubén Tortosa entre otros. Con este ensamblaje de obras, distintas temáticas como la naturaleza, el ocio, y lo abstracto darán vida a un stand cargado de color.
Los elementos naturales de Nash se cohesionan con la escultura de madera de fresno de Cháfer, cuyas curvas evocan los surcos trazados en la pintura de Wolfgang Flad. En cuanto a las pinturas, las flores etéreas de Antonio Murado compuestas por veladuras se conectan con las transparencias de Simon Edmondson. Este último ha presentado dos cuadros que rinden homenaje a los estudios; espacios de introspección y expresividad para el artista. Esta idea no es la única conceptual del stand. Con enormes esculturas que reflexionan sobre la decadencia del mundo moderno, Pim Palsgraaf da vida a las ruinas urbanas para producir un contraste entre lo humano y la pureza de lo natural. Por otro lado, Rebeca Plana y Rubén Tortosa también exploran lo conceptual, en este caso con su obra “Debe/haber”, en la que el lenguaje colabora con la abstracción para resignificar los conceptos. Además, esta idea se alinea con la obra representada por Ariel Cabrera, quien transforma la realidad a través de un prisma histórico y cultural para recrear los espacio cotidiano desde una nueva perspectiva.
En definitiva, nuestra propuesta reúne el trabajo de distintos artistas para destacar la capacidad expresiva y simbólica de cada uno. La suma de las partes hace de nuestro stand una colección de ideas que convergen en un diálogo visual, invitando al espectador a explorar las múltiples capas de significado presentes en cada obra.
MARI PURI HERRERO: EL COLOR DE LOS DÍAS
13 de abril
El 13 de abril la galería Alvaro Alcázar presenta la exposición monográfica El color de los días, de la artista Mari Puri Herrero (1942, Bilbao), donde se aborda la producción más reciente de esta veterana pintora. La muestra reúne alrededor de una treintena de obras sobre papel, que nos sumergen en un mundo donde el pigmento, la naturaleza y lo enigmático son los protagonistas. Gracias a su gran dominio técnico, la artista logra elevar el soporte papel a la categoría de la pintura más refinada, convirtiendo así, dibujo y pintura, en una misma cosa.
La obra de Herrero presentada ha sido realizada durante los últimos tres años y supone una continuidad en su dilatada carrera, siguiendo fiel a su estilo caracterizado por las constantes referencias a la naturaleza, el paisaje, pero también la figura humana. Los papeles recogen imágenes de la cotidianidad que también conviven con la disparidad de los sueños. Referencias que rozan la abstracción y están envueltas en un halo de misterio y silencio. Mari Puri bebe una vez más de sus vivencias o lugares personales como en el caso de Menagaray, en Álava o Bilbao o Madrid.
Es en este universo fantasmagórico donde la artista convierte el color y el dibujo en los principales aliados de su obra. Distintas tonalidades de negros, azules, naranjas, morados y brillantes rojos se asocian con la técnica para retar a lo real. Dando igual importancia al método y a la forma, el dibujo también se suma a la causa. En este caso, el automatismo de la técnica da vida a las figuras y el color eleva las obras a la esfera del surrealismo con tintes expresionistas. Herrero se revela una vez más como excelente dibujante, poniendo mucha atención al detalle, desde la elección del papel artesanal, el tema y sobre todo, el tratamiento del dibujo. Asimismo, llama la atención el formato vertical que presentan mayoritariamente los papeles y que se acentúa con el contenido mismo de las obras; altos cipreses, alargadas siluetas humanas o pequeños fragmentos de papel pegados a modo de collage, que adoptan formas fusiformes y parecen elevarse.
Es una oportunidad para ver la obra de esta artista, como antesala de la próxima gran exposición retrospectiva que prepara Museo de Bellas Artes de Bilbao.
BREVE BIOGRAFÍA
Mari Puri es una de las artistas vivas con más renombre en la escena vasca. Desde su formación, ha vivido en lugares como Amsterdam, París o Madrid, si bien nunca dejado de lado la vida retirada en la naturaleza. Con 17 años se trasladó a Madrid para formarse en talleres de grabado, dibujar al natural en el Círculo de Bellas artes e impregnarse de arte en los diferentes museos de la capital. En 1966 recibió una beca de la Diputación de Bizkaia y del Gobierno holandés para continuar sus estudios en Amsterdam, particularmente en la Rijksakademie. Tras conocer allí la obra de grandes artistas, antiguos y actuales, su trabajo adquirió un sentido más simbolista y después de su estancia en París y con su vuelta a España, comenzó una intensa actividad expositiva, tanto de pintura como de grabado. Hasta recientemente ha continuado con largas estancias temporales en París. Ya sea como pintora, grabadora o escultora, Mari Puri Herrero se ha convertido en una creadora destacable a nivel nacional.
En Madrid, abril 2024
REBECA PLANA: UNTDELEMN
19 de abril hasta el 23 de junio
La Fundación Chirivella Soriano y el Consorci de Museus de la Generalitat Valenciana se complacen en presentar la exposición «Untdelemn», una muestra que invita a sumergirse en el universo artístico y espiritual de la artista valenciana Rebeca Plana (Albalat de la Ribera, 1976). Bajo la dirección del comisario Álvaro Alcázar, esta exposición estará abierta al público desde el 19 de abril hasta el 23 de junio en el Palau Joan de Vaeliona, un espacio emblemático de la arquitectura gótica civil valenciana.
La exposición toma su nombre de «Untdelemn», una palabra que, aunque procede del rumano antiguo y hace referencia al aceite más exquisito, utilizado en rituales de purificación. Para Rebeca Plana, «Untdelemn» se convierte en una metáfora del acto de «pintar desde el alma», donde la pintura no solo calma y sana, sino que también activa su sistema nervioso. La muestra presenta alrededor de 60 obras, la mayoría creadas recientemente y especialmente para esta exhibición. Estas obras reflejan una etapa vital en la carrera de la artista, marcada por la madurez biológica y mental, así como por la superación personal. Pero además es un diálogo entre diferentes formas de arte; música, literatura y escultura convergen en las obras de Rebeca, enriqueciendo su significado y profundidad. La influencia de artistas como Franco Battiato, Konstantínos Kaváfis y David Nash se hace evidente a lo largo de la exposición, añadiendo capas de interpretación a cada obra.
El estilo distintivo de Rebeca Plana se caracteriza por una abstracción depurada y una paleta de colores sutiles. Sus obras están marcadas por trazos enérgicos, dinámicos y expresivos, que revelan una combinación única de premeditación e improvisación. Esta muestra representa una evolución en su estilo, destacando una mayor simplicidad y esencialidad en su trabajo, sin perder la profundidad y la intensidad que la caracteriza. Esta muestra marca un hito en su carrera y representa una celebración de una década de creatividad y exploración artística.
Sobre la artista:
Rebeca Plana (Albalat de la Ribera, 1976), es licenciada por la Facultad de Bellas Artes de San Carlos de Valencia en 2000. Obtiene Matrícula de Honor en proyectos fin de carrera especialidad pintura. Completa su formación en la facultad de Bellas artes de Lisboa y en el Colegio de España en Paris. Desde que terminó sus estudios ha participado en residencias artísticas y recibido premios y becas como la beca Habitat Artistic (Ayuntamiento de Castellón – EACC), la beca de residencia del Piramidon (Barcelona), la beca de la Fundación O Barco de Valdeorras (Orense), la beca de residencia del Museo Picasso (Málaga), beca de la Fundación Rodríguez Acosta, y premios como el Senyera de pintura de Valencia, Ateneo mercantil de Valencia, o la mención de Honor en el premio BMW.
El trabajo de Rebeca Plana también ha sido mostrado en exposiciones individuales, en museos y galerías, como es el caso de la Sala Gallera (Valencia), la Galería Fernando Latorre (Madrid) o Galería Punto (Valencia), además de Colegio de España en Paris y la Real Fábrica de Tapices. Ha participado en diversas exposiciones colectivas en espacios como el IberCaja Zaragoza, Casa de Vacas Madrid, o la Fundación Antonio Pérez de Cuenca. También participa activamente en ferias junto a las galerías que la representa en Ferias de Arte Contemporáneo como JustMad (Madrid), ARCO (Madrid), Gante Artfair (Bélgica).
6 – 10 de marzo de 2024
Stand #7A13
La galería Álvaro Alcázar participa un año más, en la nueva Edición de la feria ARCO, tal y como lleva haciendo desde su nacimiento en 2006. Para esta ocasión, la galería propone un stand dividido en tres partes diferenciadas:
En primer lugar, una pared exterior que muestra la serie “Las Virtudes Cardinales” de Rafael Canogar. Este artista es el único miembro vivo del grupo el Paso (1957-1960) y su legado sigue otorgándole a sus 88 años un gran reconocimiento a nivel nacional e internacional. En particular, para esta edición Canogar ha elaborado cuatro pinturas de gran tamaño: Fortaleza, Justicia, Templanza y Prudencia, hechas en honor a las virtudes mencionadas en la República de Platón y cuyo motivo también remata la recientemente restaurada Puerta de Alcalá de Madrid.
En segundo lugar, la galería ofrece un stand de 65 m que agrupa una decena de obras unidas por un misma temática: la eritropsia. Este concepto alude a una alteración temporal de la vista en la cual, las personas afectadas lo ven todo a través de un filtro rojizo. De esta forma, este apartado busca acercar al espectador a lo que sería ver “la vida de color rojo” a través del trabajo de artistas conectados por esta tonalidad. Para ello permanecerán exhibidas esculturas como las del artista Jose Cháfer, quien utiliza madera de secuoya roja, Kepa Garraza que presenta uno de sus héroes urbanos o la vista oculta de San Pedro de Juan Garaizabal. En el campo de la pintura, las obras de Jose Luis Serzo, Antonio Murado, Peter Krauskopf o Cristina Babiloni también se unen a la temática rojiza junto con las propuestas en papel de Mari Puri Herrero, Rebeca Plana y el británico Simon Edmondson. La mayor parte de ellos son artistas que han creado obras específicamente para la ocasión. De los ya fallecidos, Eduardo Arroyo y Nacho Criado, se han seleccionado algunas de sus obras más icónicas que se adaptan a las tonalidades de esta temática.
Finalmente, al stand principal se suma el Solo Show del escultor David Nash, quien es considerado como uno de los artistas punteros del Land Art Británico. Para ello, este espacio está conformado por esculturas verticales de madera, un modelo típico en la producción del artista, dispuestas en lo que el autor concibe como un “bosque natural”.
Agradecemos la ayuda del ministerio de cultura para la realización de esta actividad.
Actividad subvencionada por el Ministerio de Cultura.
JUAN GOPAR: LA ISLA TALLER
25 de enero- 16 de marzo
La galería Álvaro Alcázar inaugura el próximo 25 de enero La isla taller de Juan Gopar, en la que el artista de Lanzarote vuelve a Madrid con una gran exposición monográfica, justo cuando se cumplen 30 años desde su última muestra en Madrid, en la galería Gamarra y Garrigues. Se trata de la primera exposición individual de Gopar en nuestra galería y con la que se incorpora a la nómina de artistas representados.
La exhibición presenta una colección de pinturas, esculturas y obras en papel creadas en la isla de Lanzarote entre 1994 y 2021. Estas obras no solo reflejan el compromiso de Gopar con el arte, la cultura y la historia de las islas, sino que también exploran la intersección única entre su arte y los objetos encontrados en las orillas, arrastrados por las corrientes oceánicas. La yuxtaposición en la obra de Gopar entre la pintura y estos objetos revela fuerzas de crecimiento, naufragios y catástrofes.
La isla taller se construye como un ecosistema poético en el que lo real y la imaginación creativa entrelazan sus raíces en una simbiosis fascinante. Como ocurre con los líquenes, esos organismos que surgen de la colaboración entre hongos y algas unicelulares, y que desde unidades mínimas cubren territorios amplísimos, la obra de Gopar reúne lo micro y la macro, desde la orilla insular a las enormes estancias del cosmos. Se trata de la grandeza de lo breve, que de forma tan brillante expresó Espacio de Juan Ramón Jiménez. La dualidad de la inmensidad y la pequeñez, un ciclo eterno de unión y desunión que se imanta siempre hacia el origen. Esta dinámica de contrarios no hace otra cosa que volver a la idea de que la unidad nace de la dualidad, un principio que resuena en la existencia ambigua de la pintura, suspendida siempre entre el interior y el exterior, entre lo eterno y lo efímero, entre su propia materialidad y lo real. «Los dioses no tuvieron más sustancia de la que tengo yo», dice el poema de Juan Ramón. Pero aquí, en La isla taller, el «yo» no es otro que la propia pintura. En las cabañas tituladas Metáforas —en Gopar estas «arquitecturas» deben ser comprendidas como «pintura liberada»— esa idea aparece de un modo muy rotundo: la forma se encarna en su propio significante. Dice Manuel Padorno: «Hermoso taller el mío: la isla»
Vivir se revela así como un acercamiento hacia el centro, hacia la piedra: todo lo que ocurre tiene lugar dentro de una totalidad —lugar y tiempo— que es a la vez nuestra conciencia. Lo que sucede en nosotros resuena en las esferas y lo que sucede en las esferas vibra en nosotros. Nuestros ojos son, así, los ojos del cosmos: los ojos con los que el cosmos se ve. Lo que vemos es, por tanto, la conciencia del universo. En ese mecerse hallamos una danza propia, el sello del ritmo que nos define: entre la morada interior y el epicentro de nuestra experiencia. En la serie Walkabout (Los trazos de la canción) lo pequeño se une a lo grande en una resonancia interminable: la superficie de color se transforma en profundidad, se vuelve espejo estelar. El espectador se mece en ese ritmo que es a la vez íntimo y universal. Una totalidad donde cada acontecimiento, como en el liquen que abraza rocas y árboles, florece y contribuye a la riqueza del conjunto.
La galería Álvaro Alcázar presenta la exposición monográfica del artista moscovita Andrei Roiter (1960), una muestra que alberga cerca de una veintena de obras, realizadas en los últimos años, que comprenden pinturas y una escultura. Tras doce años de su exposición en la Galería Fúcares, el artista regresa a Madrid con una gran exposición que podrá visitarse hasta mediados de enero de 2024 en la galería Álvaro Alcázar.
La obra de Andrei Roiter es un compendio de toda una serie de vivencias y experiencias personales que se remontan a su juventud -marcada por el totalitarismo soviético- y se extienden hasta el actual clima político global. Cuestiones como la emigración, el exilio voluntario y la búsqueda de la propia identidad, están presentes en el repertorio iconográfico del artista, bien de forma explícita o como referencia simbólica. Así, uno de los elementos que Roiter más repite es el cuadrado con el círculo en el centro, como en Opening #2, #3 o #4, donde el artista nos habla de apertura y huida. Una de sus obras favoritas de su viejo amigo, Ilya Kabakov, es «Man Who Flew into Space from His Apartment» (El hombre que voló al espacio desde su apartamento), la instalación que incluye un agujero en el techo de un apartamento por el que el ocupante se eyectó al espacio. Roiter se relaciona autobiográficamente con la obra, ya que él mismo huyó de Rusia a finales de los 80. Roiter también se inspira en otros artistas que interactúan con los límites espaciales, como Lucio Fontana o Gordon Matta-Clark, quién utilizaba edificios vacíos como medio para abrir enormes agujeros en sus fachadas, dejando vacío en su interior. En el caso de Roiter, sus rupturas iluminan un espacio oculto y metafísico tras el lienzo.
Las cajas de cartón o de mudanza (Yellow Tower, Spire) son también constantes en su obra, formando a veces burdas maquetas de edificios que parodian grandes torres empíricas como el Empire State Building o el Kremlin. La arquitectura es precisamente otro de sus temas más reiterados (Ivory Tower), pues hay que recordar que se formó durante algunos años en esta disciplina.
Desde una perspectiva formal, la obra de Roiter se caracteriza principalmente por su dominio técnico y por la austeridad que envuelve las formas y la paleta, limitándose prácticamente a verdes, sepias, rojos y pardos. En general son colores oscuros y apagados, bajo los que subyace la melancolía del artista y donde sin embargo, persiste la presencia de una delicada luminosidad.
Andrei Roiter desnuda sus sentimientos en esta exposición, sentimientos que, como él mismo ha señalado, representan experiencias universales complejas como la soledad, la falta de fundamento y la fragilidad. Los objetos de sus cuadros son retratos simbólicos y metafóricos de aspectos humanos, brillantemente ejecutados.
La Galería Álvaro Alcázar presenta la exposición Zonas Húmedas, una muestra monográfica del artista cubano Ariel Cabrera Montejo, que cuenta con alrededor de una veintena de pinturas realizadas en los últimos meses para esta exposición. Se trata de un derivado de las series que conforman toda su trayectoria artística, aunando por un lado diversos sucesos relativos a la memoria cubana, con la revisión de arquetipos masculinos de poder tradicionales, todo con un leitmotiv: el placer.
La composiciones de Cabrera encierran un sinfín de mensajes y significados fruto de la imaginación del artista. A través de un trabajo de reinterpretación y reconstrucción de documentos históricos y archivos, más cercano a un cineasta que a un pintor, Cabrera compone lo que podría parecer un collage entre «recortes» de fotografías en blanco y negro y escenas variopintas de despreocupación y disfrute. De este dualismo resulta su denominado “neohistoricismo” a través del cual Cabrera recrea escenarios teatrales inspirados en acontecimientos del siglo XIX como la Guerra de Independencia de Cuba (1895-1898). Pero los sujetos de Ariel distan mucho de los solemnes y victoriosos “manbises” o personajes heróicos plasmados en pintura isleña tradicional, son más bien héroes anecdóticos, menos militares y más humanos: con deseos carnales, lúdicos y sensuales, alejados del arquetipo militar tradicional. No hay un interés por la precisión y fidelidad histórica, pues los protagonistas de sus pinturas están inspirados en personas e historias reales, con los que ha topado durante sus investigaciones. Lo que encontramos es en todo caso una burla del ceremonial de la Historia, tema siempre sensible para el aparato político y propagandístico de los distintos regímenes.
La obra de Ariel tiene además tintes muy personales, pues bajo ella subyace el interés y conocimientos del artista sobre la historia de su país natal, así como su pasado como coleccionista de pequeñas tablas americanas y europeas del siglo XIX, archivos, periódicos y fotografías antiguas, libros de viajes, su gran pasión por el cine italiano, o su formación en el campo del diseño escénico, todo ello trasladado a su pintura de forma coherente.
Estos elementos, le sirven al artista de recurso formal para desarrollar un estilo que evoca la pintura impresionista de fin de siglo XIX, basado en ricos cromatismos, contrastes de luz y color y diferentes planos. Esta unión entre reconstrucciones históricas verosímiles y arquetipos que remiten a escenarios idealizados de heroísmo y erotismo da vida a un conjunto idílico suspendido en el tiempo. Como en el cine, todo entrelaza en la cabeza del artista.
BIO
Ariel Cabrera Montejo (1982, Camagüey, Cuba) se formó en la Academia de Bellas Artes de Camagüey y en el Instituto Superior de Arte (ISA) de La Habana, Cuba. Actualmente vive y trabaja en Nueva York.
Su pasado como coleccionista de obras de arte, fotografías y documentos de archivo del siglo XIX influyó profundamente no sólo en su estilo artístico y en su técnica pictórica, sino que sobre todo le permitió abrir los ojos a su propia visión de la historia de su país, que durante su infancia siempre había estado mediatizada y modificada por los relatos ideológicos del gobierno cubano. Esto motivó a Cabrera a revisitar la historia adoptando técnicas pictóricas tradicionales con la influencia de referencias artísticas que van desde el Impresionismo hasta las escuelas pictóricas española, italiana y estadounidense del periodo colonial.
Desde 2014 ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas por toda América y Europa. Sus obras se encuentran ubicadas en colecciones tanto públicas como privadas en Cuba, Estados Unidos, México, Colombia, España, Alemania e Italia.
19 – 22 de octubre 2022
Stand #4C03
La galería Álvaro Alcázar vuelve a la Feria de Estampa como cada año, celebrada en Madrid del 19 al 22 de octubre. Para esta edición se han seleccionado un total de 29 obras que estarán ubicadas en el stand #4C03.
En esta edición se da una preponderancia del papel y el lienzo. Destaca la presencia del color azul tan envolvente en la obra de Antonio Murado, que volvería a estar presente en las ruinas de Simon Edmondson, pero además, en el óleo abstracto de Rafael Canogar así como en las dos obras de técnica mixta de Cristina Babiloni ejecutadas sobre arpillera. A través de Peter Krauskopf se presenta ya una transición del azul a otras tonalidades cromáticas en su óleo sobre lienzo de carácter abstracto. Por otro lado, Rebeca Plana presenta mediante expresivas pinceladas dos escenas de diálogo con Nash, también presente en el stand. Con Mari Puri Herrero se daría una emergencia de la figura que continúa con Eduardo Arroyo, de quien la galería presenta tres obras distintas realizadas en la etapa post-exilio de su producción. La obra de Jose Luis Serzo se trata de un retrato en el que se da la representación del teatro, y, por otro lado, las obras de Ariel Cabrera podrían resultar similares a un escenario en el que distintos mundos confluyen y distintas épocas quedan detenidas en el tiempo. Las últimas obras con pintura serían en primer lugar la serie de calaveras de Guillem Nadal y, en segundo, la obra de Wolfang Flad, cuyas formas curvilíneas nos llevarían directamente a la obra escultórica de José Cháfer, quien trae una obra de manera de fresno curvada y otra de madera de álamo negro. Continuando con la línea escultórica está presente Juan Garaizabal con un perfil de la ciudad de Madrid, así como David Nash, que al igual que Cháfer emplea la madera en una de sus obras mientras que la otra es una propuesta en bronce, así como Kepa Garraza, cuya obra contrasta enormemente con las otras dos esculturas y propone una impresión 3D en arena.
La galería Álvaro Alcázar presenta, “Tres maneras diferentes: Udo Nöger, Antonio Murado, Jesús Guerrero,” una exposición colectiva que podrá visitarse desde el próximo 22 de junio, hasta finales del mes de julio. La muestra agrupa a tres artistas con una propuesta pictórica dispar; el gallego Antonio Murado, el alemán Udo Nöger y el venezolano Jesús Guerrero. A través de 26 pinturas realizadas sobre lienzo, tabla, yeso o papel, se ponen de manifiesto los paralelismos y diferencias que ofrece cada artista, cada uno con su propia aportación temática y estética pero que convergen en un lenguaje artístico común; la abstracción.
Antonio Murado (Lugo, España,1964) vive actualmente en Nueva York. La obra aquí presentada es representativa de los distintos estilos con los que se ha expresado a lo largo de su extensa trayectoria, como en el caso de sus “marañas” o “redes”. Murado investiga entre otras cuestiones las transparencias y explora su interés por la naturaleza a través de la materia -sobre lienzo, madera y aluminio- con paisajes y flores y experimenta con las propiedades conductuales de pinturas y barnices.
Por su parte Udo Nöger (Enger, Alemania, 1961), quién trabaja entre EEUU y Ginebra, es conocido como el “artista de la luz”, por capturar efectos lumínicos y movimiento a través de composiciones eminentemente minimalistas. Aparte de las representaciones abstractas de sus primeras obras creadas sobre lienzo y papel hecho a mano, que recuerdan a pinturas rupestres o pictogramas, Nöger es especialmente conocido por sus obras monocromáticas en tonos grises, que emulan una luz propia. El artista consigue este efecto extendiendo varias tiras de tela o lienzo sobre un bastidor, que a su vez han sido pintadas o recortadas previamente.
Para el venezolano Jesús Guerrero (Tovar, Venezuela, 1965), esta es su primera exposición en España, a donde emigró motivado por la crítica situación social y económica de su país natal. Guerrero comenzó su relación con el arte desde niño y ya desde entonces se ha movido en el campo de la abstracción. Su obra se caracteriza por el revisionismo histórico, con una importante influencia de movimientos de vanguardia europea como de Stijl, el constructivismo ruso o el Minimal. Guerrero experimenta con materiales como el zinc, esmaltes acrovinílicos o encerados. «La figura humana fue un reto para mí, pero después sentí que no tenía más que decir con la figura nunca fui capaz de encontrar la psicología del personaje como tema», afirma el artista.
La exposición pone a disposición del visitante gran variedad de trabajos en diferentes formatos y materiales y presenta tres formas de entender la pintura, mediante la exploración de la luz, el color, la geometría o la materia, que aparentemente no tienen mucho en común y que sin embargo, a la vista queda que dialogan a la perfección.
El próximo 20 de abril la Galería Álvaro Alcázar inaugura Cuerpo y Alma, una exposición monográfica donde el artista Jose Cháfer presenta sus últimos trabajos. La muestra presenta alrededor una treintena de esculturas inéditas, en su mayoría piezas únicas, realizadas en piedra, bronce y madera. Además el artista ha incorporado materiales naturales con los que hasta ahora apenas había trabajado, como son el nogal, el quebracho, el álamo negro y el calatorao en el caso de la piedra. Incluye esta exposición una gran variedad tipológica; esculturas de pequeño y gran formato, realizadas en talla directa o madera curvada, así como obras en suspensión, esculturas exentas o dispuestas en la pared.
Para la que es su primera gran exposición monográfica, Cháfer ha sentido la necesidad de compartir una parte conceptual de su trabajo, de ahí su título; Cuerpo y Alma. Así, partiendo de un estilo previo protagonizado por esculturas de recorridos infinitos y que son el alma y esencia de su trabajo, Cháfer da un paso más, incorporando a sus piezas lo que él denomina la “piel” y que resulta en auténticos “cuerpos”. Cuerpos que, en oposición a los conceptos que caracterizan al alma, como la ligereza, infinidad o eternidad, están vinculados a la solidez, lo terrenal y lo mortal. Si bien Cháfer quiere transmitir con sus obras el concepto personal de que “sin alma, no hay cuerpo”, esta exposición ha supuesto también a nivel técnico un reto para el artista, pues ahora explora nuevas formas en su proceso creativo para seguir avanzando en sus estudios.
Más allá del profundo significado que entrañan las obras, desde un punto de vista formal, Cháfer sigue fiel a uno de los elementos que más llaman su atención desde el inicio de su carrera como escultor: las curvas, líneas continuas que cambian constantemente de dirección. Esta vez, sin embargo, a partir de esculturas basadas en el estudio de los recorridos y los vacíos, Cháfer indaga sobre conceptos como la masa y las tensiones, que llaman especialmente su atención porque le permiten entender cómo éstas son capaces de llenar un espacio que antes suponía un vacío.
A lo largo del recorrido expositivo aquí presentado, queda patente cómo a través de la presencia de materiales naturales y motivado por la necesidad de otorgar cuerpo al alma de sus obras, Cháfer mantiene su particular conexión con el medio, algo esencial y presente desde sus inicios.
Del 1 de abril al 26 de mayo, Alvaro Alcázar comisaría la exposición Abstract en la Galería John Holland en Lepe, Huelva. El camino de la abstracción, más allá de la canónica vanguardia europea del siglo XX, ha llevado a los artistas a experimentar con diferentes técnicas y materiales para expresarse. Lo que en esta exposición se pone de manifiesto es que existen multiplicidad de formas de abordar el concepto de abstracción, algunas centradas en representar espacio y luz, otras en la propia técnica, o simplemente persiguen una estética determinada. Pero más allá de las pretensiones formales, la mayoría de artistas aquí presentes, dotan a sus trabajos de un profundo contenido, pinturas y esculturas que nos hablan del sentimiento de su autor, de su relación con la naturaleza, o de su propia existencia.
Se trata de una mezcla heterogénea de artistas, todos ellos representados por la galería, que trabajan distintas disciplinas, como la escultura en el caso Nash o Nigel Hall, pintura sobre tela en el caso de Rebeca Plana, tabla como Guillem Nadal, o papel como Cristina Babiloni. También encontramos heterogeneidad en las nacionalidades de los artistas, pues a los artistas españoles se suman británicos como Nash o Hall o alemanes como en el caso de Wolfgand Flad y Krauskopf. Tampoco son uniformes las distintas trayectorias de nuestros artistas, pues autores como Rafael Canogar, Murado o Edmondson arrastran décadas de experiencia en el panorama artístico español e internacional, mientras que otros como José Cháfer o Rebeca Plana, o Cristina Babiloni representan la firma apuesta de la galería por el arte emergente.
La galería Álvaro Alcázar participa, un año más, en la nueva Edición de la feria ARCO, tal y cómo lleva haciendo desde su creación en 2006. Para esta ocasión, la propuesta gira en torno a una obra central, El mejor caballo del mundo, pintada por Eduardo Arroyo en 1965 y que, debido al reciente fallecimiento de la Reina Isabel II de Inglaterra, es todo un guiño a la actualidad. Se trata de un imponente retrato ecuestre a través del cual Arroyo se perfila como un pintor de corte a la antigua usanza, pero que con la gran ironía que le caracteriza, trata de ridiculizar a quién ha ejercido el dominio sobre el pueblo británico. El pintor se burla así de la función propagandística del arte, que ha tratado de inmortalizar a los líderes políticos a lo largo de la historia.
Tomando como referencia las tonalidades de esta obra principal, se presentan el resto de piezas que expone la galería. Este año además, se ha querido otorgar un protagonismo especial a la escultura y es que cerca de la mitad de las obras presentadas representan este género. Obras que van desde el pequeño formato como en el caso de Kepa Garraza, quién ha realizado en tres dimensiones uno de sus ya célebres manifestantes, o Mari Puri Hierro, que enarbola una vez más el “Azul Bilbao” en una escultura de bronce. De bronce es también la monumental escultura del artista David Nash, uno de más relevantes representantes del Land Art británico. El intenso rojo, la verticalidad de la figura, contrastan con la horizontalidad y curvatura de la obra de José Cháfer, quién ha realizado en esta ocasión una pieza única en madera maciza de abedul. Otro escultor, Juan Garaizabal, experimenta en Fenêtre D’Ainay con nuevas técnicas en este fragmento de ventana, inspirado en el mencionado château galo. Finalmente, la obra de uno de los grandes escultores de la segunda mitad del S. XX, Andreu Alfaro precursor del minimal español, es el broche de oro a la nómina de escultores que la galería presenta en esta edición.
Junto a las esculturas, el stand está salpicado por numerosas pinturas, la mayoría de pequeño formato. Este año la gran novedad es el pintor cubano Ariel Cabrera, cuya obra se podrá ver en la exposición monográfica que la galería le va a dedicar a finales de marzo. A Cabrera se le suma otro pintor figurativo, José Luis Serzo, excelente dibujante, que presenta sobre una plancha metálica un dibujo de corte erótico. Guillem Nadal apegado habitualmente a la abstracción, se suma a la figuración con una tabla de su serie Miralls, que representa una calavera. Justo lo contrario ocurre con Simon Edmondson, quién esta vez ha optado por llevar su pintura a la abstracción y apostar por una intensa gama cromática. Rafael Canogar por su parte, presenta un acrílico sobre metacrilato en blanco y negro, característico de la última época del artista. El color azul es el nexo que une la obra de la artista valenciana Rebeca Plana y del alemán Peter Krauskopf la primera mediante expresivas pinceladas y el segundo poniendo foco en el proceso y materialidad de la pintura. Otro gran artista, Nacho Criado, pionero en el arte conceptual español, hace su particular homenaje a Rothko. Finalmente, dos artistas muy consagrados, Luis Canelo y Antonio Murado optan por unas pinturas orgánicas.
En paralelo al stand, la galería presenta un Solo Project de la artista Cristina Babiloni, cuya obra versa sobre el tema del mar, en clara referencia al tema elegido por la ARCO en esta edición. Para Babiloni, la pintura es una forma de expresar su preocupación por la degradación de los océanos de la mano del hombre. El fondo marino es una constante en su producción, cómo se ve en las obras presentadas.
26 enero – 31 marzo 2023
El próximo día 26 de enero la galería Alvaro Alcázar presenta la exposición monográfica dedicada al artista británico David Nash (1945, Esher, UK), una muestra dónde se aborda la producción más reciente de este reputado artista afincado en Gales. En ella se presentan distintas disciplinas, destacando la obra escultórica, tanto en madera como en bronce y hierro, así como dibujo sobre papel. Las 24 obras aquí presentadas, en pequeño y gran formato, se disponen en el interior de la galería de forma aparentemente caótica que nos recuerda inevitablemente a un bosque natural.
No en vano, David Nash con sus más de 40 años de trayectoria, está considerado como uno de los principales representantes del Land Art británico. Es la madera; en particular el propio árbol, su principal herramienta de trabajo. Para Nash el hecho de emplear el árbol entraña un enorme simbolismo, pues por su densidad, crecimiento, proliferación, generación y reservación, el árbol encuentra un paralelismo con la propia vida y su estructura, conformada por raíces, tronco y ramas, aluden a tres mundos; el subterráneo, el terrestre y el celeste. Nash investiga la morfología del árbol, las características naturales de su madera, así como las mutaciones producidas por la mano del hombre. Para ello, el artista se ha formado como experto en árboles, estudiando la morfología de cada especie con la trabaja, principalmente secuoyas, robles, hayas o arces. Las obras de madera aquí presentadas dan buena muestra de ello y de hecho, proceden en su mayoría de madera de árboles que han caído de forma natural o han sido talados debido a la edad o enfermedad. De estos árboles talados emergen sus “esculturas biológicas”; huevos, (Opened Escaled Egg), columnas (Squark Column o Lined Beach Column), cúpulas, esferas y pirámides (Flare), que son en definitiva su formas más características.
Además de la madera, la exposición presenta media decena de esculturas de bronce, un material que Nash empezó a trabajar a partir de la década de los años 90 y cuyo tratamiento alude de nuevo a la madera, como ocurre con King and Queen III, Red column, o Black Cairn. El empleo de este material, vino motivado por la voluntad del artista de preservar sus formas para la posteridad, sin interferir en las condiciones físicas de los objetos de madera originales. Asimismo, Nash aprecia de este material su capacidad de transformación al ser calentado y fundido. Por su parte el hierro, también presente en esta muestra, se forma mediante uno de los procesos más elementales de la naturaleza y se extrae a altas temperaturas, algo muy apreciado por el artista.
Por otro lado el carbón juega un importante papel en trabajo artístico de Nash ya desde principios de los años 80, tanto en piezas de madera que han sido carbonizadas o en esculturas de bronce que aluden a las de madera, o como ocurre en este caso, en los dibujos que acompañan a las esculturas. El dibujo, el último gran protagonista de la muestra, ha sido siempre un elemento importante de la producción de David Nash y con el que documenta además, todo su proceso creativo. Su técnica consiste en aplicar el pigmento crudo directamente sobre el papel incorporando halos de color alrededor de la forma principal. Si bien predomina el color negro carbón, en ocasiones incorpora otros tonos de la naturaleza, que aluden por ejemplo al cambio de color de las hojas de roble según el mes o la estación del año; como ocurre en Oak Leaves Through May, donde pasa de naranja a amarillo y a verde brillante.
Es por tanto esta exposición una oportunidad única para acercarse a la obra de un artista internacional de semejante envergadura, cuya obra no se ha expuesto de forma monográfica en nuestro país desde hace más de media década y donde la monumentalidad de las obras expuestas no dejarán a nadie indiferente.
El próximo 3 de noviembre tendrá lugar la inauguración de nuestra próxima exposición. Presentaremos la nueva exposición de Kepa Garraza que gira en torno a sus dos nuevos proyectos Nuevo monumentalismo y We just want to set the world on fire. Ambas series presentan una realidad ficticia que invita al espectador a detenerse a reflexionar y cuestionarse, por un lado, la naturaleza del monumento, su razón de ser y su utilidad, y por otro, cómo se representan en la actualidad los conflictos sociales y el papel que juegan los medios de comunicación.
Nuevo Monumentalismo es su proyecto más reciente. Invita al espectador a reflexionar acerca de la función del monumento público dentro del entorno urbano, así como plantearse cuestiones relacionadas con la representación del poder y la autoridad en nuestro imaginario colectivo. Para ello, ha ideado un juego de sustitución que invita al espectador a replantearse conceptos relacionados con la propia naturaleza del monumento, su razón de ser y su utilidad.
We just want to set the world on fire es una serie que surgió como consecuencia de la ola de protestas que recorrió el mundo tras el levantamiento de restricciones generalizado posterior a la primera ola de la pandemia de COVID-19. Estas protestas surgieron de forma generalizada y aparentemente espontánea. Una ola de indignación y rabia que se extendió sin freno por todos los rincones del planeta. Revueltas ocasionadas por el empobrecimiento generalizado de amplios sectores de la población mundial y la ineficacia de muchos gobiernos para hacerse cargo de sus necesidades más básicas.
13 – 16 de octubre 2022
Stand #5C03
La galería Álvaro Alcázar participa un año más en la Feria de Estampa, celebrada en Madrid del 13 al 16 de octubre. Para esta edición se han seleccionado un total de 17 obras que estarán ubicadas en el stand #5C03.
Entre los artistas presentes se encuentran, Cristina Babiloni, quien a través de su pintura Zale (2020) nos sumerge en su mundo oceánico repleto de vida, Peter Krauskopf, con su obra abstracta en la que muestra el dominio de la luz y el color, Guillem Nadal, quien nos hace seguir con la mirada esos surcos hipnóticos con los que recrea los paisajes de la mente, José Luis Serzo, con una elección selecta de su serie Las Tentaciones de Courbet, Kepa Garraza, con sus impactantes imágenes que hacen reflexionar la representación del poder en la cultura occidental, Mari Puri Herrero, quien nos invita a entrar en un mundo onírico en el que la naturaleza predomina, y el británico Simon Edmondson, con su River Dream (2018-2022), a través del cual, con su lenguaje expresionista, nos conduce hacia un pasado nostálgico.
Asimismo, se encuentran presentes esculturas de los artistas, Nacho Criado, con su pieza minimalista Homenaje a Rothko (1970), José Cháfer con sus famosas esculturas en madera a través de las cuales trata de alcanzar un punto de equilibrio y movimiento, y Juan Garaizabal, con su escultura À toi (2022) en la que se fusionan los distintos materiales que domina el artista.
Como artistas invitados participan Andrei Roiter, quien emplea objetos encontrados y desechados para crear cuadros poéticos llenos de significado, Matthew Benedict, artista que se mueve dentro de la figuración realista y que en esta ocasión nos trae su icónico Witch Hazel (2007) y, finalmente, Jorge Barbi, cuyas piezas escultóricas han sido concebidas a través de objetos encontrados en el campo.
5 – 9 de octubre 2022
Stand #45
La Galería Álvaro Alcázar participa por primera vez en la tercera edición de la Feria Art on Paper celebrada en Bruselas del 6 al 9 de octubre. Ubicadas en el Stand #45, se encontrarán las 25 obras protagonistas de esta feria. Realizadas en distintas técnicas, todas ellas sobre papel.
Los artistas de la galería presentes son Eduardo Arroyo, con su famosa obra inspirada en Carmen Amaya y el episodio que tuvo lugar en el hotel neoyorkino Waldorf Astoria, Rebeca Plana, con una pequeña sección de su serie abstracta en la que representa los 12 meses del año, Kepa Garraza, con sus impactantes imágenes que hacen reflexionar la representación del poder en la cultura occidental, José Luis Serzo, con su fuerte carga simbólica y atemporalidad, y el recién incorporado a la plantilla de la galería, Ariel Cabrera, quien nos presenta escenas en las que mezcla Historia y ficción en la Cuba del siglo XIX.
APERTURA MADRID GALLERY WEEKEND 2022
Shadowpieces
Septiembre – Octubre 2022
Shadowpieces es una exposición de obras que abarcan los últimos tres años de la actividad del pintor abstracto Peter Krauskopf. En lugar de presentar un conjunto completo de pinturas, el artista ha optado por una confrontación consciente de los temas que trata en su obra. En obras anteriores, las formas densas y los degradados, aparentemente generados por el ordenador, se iluminan o se oscurecen mutuamente, manipulando un motivo central de la propia pintura. Los lienzos más recientes son testimonio de una interrogación más conceptual sobre el carácter del color y sus profundidades: los colores al óleo, exuberantes y densamente aplicados, se superponen sucesivamente, para ser desenterrados de nuevo por el pintor con precisión formal. El universo pictórico de Peter Krauskopf se desarrolla en la tensión entre el control algorítmico que ejerce sobre su oficio y la naturaleza imprevisible inherente a su técnica.
Shadowpieces se refiere a los espacios de luz y oscuridad que Krauskopf deja en sus obras: su técnica crea campos de los que parece filtrarse la luz, y otros en los que parece sumergirse. Sin embargo, el título no oculta la preferencia intuitiva del artista por la sombra como protagonista. Con su plasticidad, los cuadros de Krauskopf asignan ineludiblemente un lado u otro al espacio que tienen delante. La mayoría de las veces, el pintor -y más tarde el espectador- se coloca en una posición desde la que la luz parece emanar de más allá del lienzo.
Las obras de Peter Krauskopf son abstractas, pero el carácter no figurativo, se nutre constantemente de las experiencias cotidianas del artista. A través de la pintura, sus intuiciones vuelven a la realidad como imágenes genuinas. La complicación de la frontera entre la abstracción y la ficción es una elección intencionada en este proceso de reconstrucción. Lo mismo ocurre con los textos breves que acompañan a algunas obras de la exposición y que relatan experiencias personales. Los relatos de las situaciones son claramente suyos, pero ¿ocurrieron realmente de la forma en que los describe? En lugar de intentar explicar los cuadros, los textos plantean una pregunta. Una pregunta sobre la realidad de la narración, y la realidad del narrador; una pregunta sobre la realidad de la pintura, y la realidad del pintor.
2 – 5 de Septiembre 2022
Stand# S11
La Galería Alvaro Alcázar presenta en esta edición de Kiaf Seoul algunas obras realizadas por la artista de la Galería Rafael Canogar.
El origen de la obra que aquí se presenta tiene su origen en 2020, coincidiendo con el confinamiento, que el artista pasó en su casa en la costa del Sur de España. Allí, sin apenas materiales, comenzó a explorar con diferentes soportes adquiridos casi de forma aleatoria por Internet. Una de ellas fue el plástico de acetato, que resultó en pinturas con una base de papel de uno o dos tonos, con una lámina de acetato dispuesta por encima, sobre la que el artista traza una línea horizontal más matérica.
Este modelo creado con el papel y el acetato, lo llevó posteriormente al gran formato mediante el empleo de metracrilato, donde el artista trabaja el anverso y el reverso. Pero además, esta estética entraña una fuerte carga simbólica pues para él representan paisajes de cielo-tierra y tierra-aire, donde la impronta del hombre se hace patente a través de las pinceladas.
Toda la obra de Canogar de los dos últimos años sigue esta misma línea, evidenciando cómo el artista, a sus 86 años, ha sabido renovarse. El pintor, que inició su trayectoria a finales de la década de los 50 como miembro fundador del Grupo el Paso, retoma aquí la búsqueda de la esencialidad que movía entonces al expresionismo abstracto e informalismo. Él mismo ha destacado recientemente su voluntad de volver a trabajar con mínimos elementos para potenciar su radicalidad, como ya hizo en época de plena vanguardia española. Vuelve así a su origen, cerrando el círculo que comenzó a trazar allá por los años 50.
16 – 20 julio 2022
STAND# 26
Rebeca Plana – Un año desde Santander
La Galería Alvaro Alcázar presenta en esta edición de Arte Santander una serie de 12 obras realizadas por la artista Rebeca Plana a lo largo de los últimos 12 meses. El origen de este proyecto se remonta a la pasada edición de la Feria, en julio de 2021, en una visita de la artista a nuestro stand. Allí se acordó que ella que sería la apuesta de la galería para próxima edición y se definió el proyecto: Doce obras para doce meses. La artista ha realizado 12 obras, una cada mes para presentarlos en julio 2022.
Esta serie que presentamos responde a esa idea. Se trata de doce obras realizadas en técnica mixta sobre papel que responden al marcado estilo de la artista. Trabajos donde los protagonistas, el color y el trazo dispuestos sobre fondos lisos revelan numerosas percepciones emocionales. Son obras de un marcado carácter abstracto, a veces caligráfico, que combinan elementos de composición estructurada con un ambiente salvaje y de improvisación, llevándolos hacia el patriarcado histórico del expresionismo abstracto.
7 – 10 de Julio 2022
Stand R+1 36 en el Hangar 4
La Galería Álvaro Alcázar participa en la primera edición de la Feria BAD + Bordeaux, de 7 a 10 de julio celebrada en Burdeos. En esta ocasión, estarán presentes, en el Stand R+1 36, artistas representados por la Galería, uniendo pequeños y grandes tamaños.
En el ámbito escultóricos estarán en la exposición artistas españoles como Jose Cháfer, Mari Puri Herrero y Juan Garaizabal. Así mismo, se cuenta con la pintura del alemán Peter Krauskopf con sus piezas de «sobrepintura» y el gran representante de arte española Rafael Canogar, con sus obras sobre metacrilato.
Para finalizar, estarán presentes dos obras de Eduardo Arroyo, con su inconfundible mosca y un cuadro con su característica inspiración literaria.
Comunidad
26 mayo – 21 julio 2022
El próximo día 26 de mayo, la galería Alvaro Alcázar presenta la exposición colectiva Comunidad, que se podrá visitar hasta el día 21 de julio. La muestra aborda diversas perspectivas del vasto concepto de Comunidad, que van desde una visión íntima e individualista hasta un enfoque mucho más colectivo, que presenta un grupo social con características comunes. De esta forma se presentan alrededor de 17 obras en diferentes técnicas, formatos y soportes y de 16 artistas diferentes, todas ellas unidas por un nexo común, el concepto de comunidad en sus diferentes enfoques; a través de ciudades como Nueva York, edificios, personas, símbolos o paisajes.
Entre los artistas participantes, destaca la presencia de artistas de la galería, como en el caso de Rafael Canogar con uno de sus metacrilatos mas recientes, Simon Edmondson con un inédito óleo sobre lienzo o Kepa Garraza que nos muestra una representación de su serie Just want to set the world on fire. Cristina Babiloni acapara miradas con un imponente políptico de 4m de altura representando el fondo marino. Igualmente destaca la presencia de Guillem Nadal con su Proyecto para una Isla o el recientemente incorporado a la nómina de artistas de la galería, Jose Cháfer, con su primera escultura realizada en bronce. De Eduardo Arroyo se presenta una escultura de piedra que hace referencia a la delirante historia de Carmen Amaya durante su estancia en el hotel neoyorkino Waldorf Astoria y que fue precisamente uno de los temas más célebres en la trayectoria del artista.
Es destacable también la aportación de artistas invitados, como es el caso del artista gallego Jorge Barbi, esta vez con obras escultóricas que, como resulta habitual en su producción, están realizadas a partir de objetos encontrados en el campo. Por su parte, del artista Andreu Alfaro presenta una emblemática escultura que encarna a la diosa Afrodita. La fotografía viene representada por un lado de la mano de las sevillanas Paz Juristo y Anuca Aísa, la primera con la imagen de un rascacielos neoyorquino y la segunda con una obra que forma parte de su serie “subsuelos”. Por otro lado, el fotógrafo francés Julien Spiewak presenta una obra de su serie “Corps de Style”, donde aparecen, como es habitual, un cuerpo desnudo junto a un fragmento de interior, en este caso una columna, que nos recuerda mucho a la mencionada Afrodita de Alfaro. La pintora Montserrat Gómez-Osuna trata también en tabla sobre acrílico una escena urbana, un edificio, una estructura difícilmente identificable e inquietante.
Por último, señalar también la obra de artistas extranjeros como en el caso de Matthew Benedict , con su icónico “Hazel Witch”, o el ruso Andrei Roiter, quien ha hecho llegar para la exposición un lienzo de gran formato representado cajas de cartón. Finalmente, el dibujante francés Jude Castel, con su particular dominio del bolígrafo Bic, ha realizado dos obras ex profeso para esta exposición dentro de la serie de memorias urbanas. Con todo ello, estamos ante una exposición con artistas de primer orden y gran diversidad de géneros sin aparente relación, pero bajo las que subyace un concepto común: el de comunidad.
La Galería Álvaro Alcázar presenta, a partir del próximo jueves 24 de marzo la exposición individual del artista José Luis Serzo, quien es, en palabras del historiador Juan Manuel Bonet, “una de las voces más poderosas de la figuración actual”. La muestra, que comprende obras en pintura, escultura e instalaciones, podrá visitarse hasta mediados de mayo.
Vuelve José Luis Serzo (Albacete 1977), con una nueva serie que promete convertirse en una de las más subversivas e inquietantes de su trayectoria. Las tentaciones de Courbet pudieran ser la vida que no nos atrevemos a vivir: las personas con las que deseamos fundirnos o los lugares que queremos transitar pese al terror de lanzarnos al vacío. José Luís Serzo (Albacete, 1977) usa al pintor Gustav Courbet como excusa para llevarnos a un escenario donde bailan el placer, el erotismo y la culpa; una ensoñación pictórica y escultórica que nos enseña el mundo sin remilgos ni filtros. De los sueños y temores de Courbet imaginados por Serzo, somos testigos de un estudio de la erótica unida a la fantasía, desterrada hace tiempo del sexo que practicamos en esta sociedad de la omnipantalla. Serzo estudia en esta exposición la sexualidad vivida como un juego y aborda la anatomía femenina con una autoridad que casi asusta; cuerpos que son paisajes, posturas que son el movimiento estelar del universo. Las llena de iconografías palpitantes, máscaras de la muerte, flores, ajos erotizados y un mar de telones carmesí que se nos antojan faldas hacia la locura de sentir, perdiendo precisamente los sentidos con ello. Y así, nos relata que vivir intensamente es también acercarse a la muerte.
Lidón Sancho Ribés. Crítica de arte y escritora.
La Galería Álvaro Alcázar presenta desde el 20 de enero la exposición monográfica del artista mallorquín Guillem Nadal. La muestra alberga un total de dieciséis obras realizadas en los últimos meses, en gran y pequeño formato, para las que el pintor ha utilizado como soportes el papel, la tabla y la tela. Guillem Nadal retoma para esta exposición su “Projecte per a una illa”, serie iniciada en 2016 y que es, sin lugar a dudas uno de los proyectos valorados dentro su dilatada trayectoria.
Las obras aquí expuestas, como las del proyecto en su conjunto, destacan por su gran gestualidad, conferida por el proceso creador del artista. Nadal trabaja con sus manos, arando el lienzo, produciendo surcos, texturas; introduciéndose literalmente en la obra. El resultado es un juego de luces y sombras que invita no sólo a ver los cuadros desde distintos puntos de vista, sino que genera en el espectador una inevitable atracción por tocar las obras. El monocromatismo característico de Nadal, limitado a una paleta de blancos, negros y grises, se ve alterado en esta ocasión por la novedosa introducción de tonalidades moradas, que para el artista no son más que parte del proceso de “sedimentación”, como él lo define, la acción del azar dentro del proceso de creación del cuadro.
La producción artística de Guillem Nadal engloba diferentes series, donde el artista proyecta fragmentos de sí mismo, distintos actitudes o sentimientos; es el caso de “Miralls” o “El Paisatge de la memòria”, constituyendo así su “Projecte per a una illa” una pequeña parte de esta extensa producción. Las obras aquí presentadas evidencian la madurez artística de su autor, entendiéndolas dentro de la totalidad del proyecto y no aisladamente. Desde un punto de vista formal Nadal se mueve en el lenguaje de la abstracción, creando formas curvas, bajo las que subyace la idea de isla. Isla como recorrido sentimental, como metáfora de la vida, como un camino que te lleva nuevamente al punto de partida y finalmente, a la posibilidad de construir tu propia isla. Paradójicamente, una isla que no hace referencia al lugar donde Nadal nació y reside, sino que entraña significados mucho más profundos. Es esta su particular forma de sumarse y reinventar la larga tradición de la pintura paisajista mallorquina, que alcanzó sus más altas cotas en los años 40 del pasado siglo, la diferencia es que Nadal, recrea los paisajes de la mente, remite a la poética de este género.
Stand 7A16
La Galería Álvaro Alcázar participa un año más en la nueva edición de la Feria ARCO 40+1, donde se mostrarán las obras recientes de varios artistas nacionales de la galería, tales como Kepa Garraza con su nueva serie de protesta We just want to set the world on fire, Rebeca Plana o Cristina Babiloni, también con obra reciente. Por su parte, el artista madrileño Jose Cháfer, representa la sección escultórica de la muestra. En un sentido más matérico se cuenta con una obra de Guillem Nadal, incluida en la serie ‘Projecte per a una illa’, proyecto que se encuentra expuesto actualmente en la Galería hasta principios de marzo. Se debe remarcar la presencia de la obra de Mari Puri Herrero en un Solo Project, con sus esculturas de Cabezas en el característico «Azul Bilbao», en un espacio contiguo, en el stand 7A16B.
La imponente obra de Eduardo Arroyo, Dichoso Quién como Ulises ha hecho un largo viaje, se encuentra enmarcada en el centenario de la publicación de Ulises de James Joyce, coincidiendo asimismo con la divulgación del mismo ilustrado por el artista. Otra de las piezas icónicas participantes es la escultura Sacacorchos, de Nacho Criado, máximo exponente del arte conceptual español en la segunda mitad del S. XX. También destaca la presencia de Rafael Canogar con sus pinturas sobre metacrilato, en las que investiga por primera vez con este material como soporte, infundiendo además una fuerte carga simbólica a las obras.
Finalmente, la nota internacional la aporta Simon Edmondson y una muestra de su nueva serie Silver linings.
“Sí, es cierto que la mía es una pintura literaria, con personajes, con acción, con desarrollo y con la ambigüedad propia de la novela”. Eduardo Arroyo, 2017.
El próximo 18 de noviembre, la galería Alvaro Alcázar presenta la exposición monográfica “Eduardo y (algunos de) sus personajes favoritos”. Eduardo Arroyo es uno de los artistas españoles más importantes de la escena internacional y su pintura jugó un rol fundamental en el panorama español de posguerra y posterior, siendo el máximo exponente del denominado realismo figurativo.
La galería Álvaro Alcázar brinda su espacio para darle vida al universo imaginativo y vital del pintor, a través de una selección de algunos de los principales personajes que obsesionaron al artista durante su dilatada trayectoria. La muestra se ha articulado en torno a una selección de ocho temáticas principales, la que ha sido sin duda la tarea más ardua de todo el proyecto, dado el enorme repertorio de aficiones y personajes que rodearon la vida del artista. Estos son: Eduardo con sus autorretratos, Tío Pepe, los deshollinadores, Entre Pintores, JMBW, las moscas, James Joyce y José Bergamín. La mayoría de estos temas derivan de su afición por la literatura, el arte o experiencias vividas, por lo que encierran numerosas lecturas y metáforas, convirtiéndolas en auténticas crónicas pintadas. Se trata por lo tanto de una narración de sus vivencias, aliñadas con la ironía y el sentido crítico que caracterizó siempre la obra de Eduardo Arroyo.
Esta muestra reúne alrededor de una treintena de obras, en medios como la pintura, el collage, la escultura, el dibujo, la fotografía o el grabado, que fueron realizadas por Arroyo desde finales de los años 50, hasta el año 2018 y por tanto, reflejo de los distintos estilos que atravesó el artista, desde un lenguaje naturalista, pasando por el puntillismo, el pop-art e incluso el cubismo. Se trata de una oportunidad única para ver juntas algunas de las obras más representativas de Eduardo sobre estos temas, incluso algunas de ellas se muestran al público por primera vez. Para ello se ha contado con la colaboración de su familia y amigos cercanos que han querido así brindarle su particular homenaje.
Entre los artistas escogidos para esta edición encontramos a Guillem Nadal, con dos obras recientes de su serie de calaveras. Cristina Babiloni, con una de sus matéricas pinturas marinas, donde traslada su preocupación por los océanos y los corales. Junto a ellos, el alemán Wolfgang Flad presenta dos tablas donde predomina el color y la huella de un trazo previo excavada sobre el soporte de madera. Un experimentado Jorge Barbi, a través de su Cábaco Z, juega con el azar y el paso del tiempo a través de maderas encontradas. Además, contamos con la presencia de un nuevo artista incorporado recientemente a la nómina de artistas de la galería; Jose Cháfer. En sus esculturas pone el foco en la investigación sobre los pesos visuales, las tensiones y los múltiples recorridos posibles para alcanzar ese punto de equilibrio y movimiento.
La galería Alvaro Alcázar presenta, desde el 9 de septiembre y todo el mes de octubre, Origen, una exposición con los últimos trabajos de Rafael Canogar. Se trata de una muestra representativa de las obras pintadas durante el confinamiento y los meses posteriores, realizadas sobre un soporte hasta ahora inédito en la trayectoria de Canogar; el metacrilato.
Es el empleo de este soporte lo que condiciona la estética de las obras aquí presentadas, que son en su mayoría pinturas verticales con uno o dos campos de color aplicados en el reverso y atravesados en el anverso por intensos trazos más matéricos. Y es que el metacrilato, gracias a su transparencia, permite pintarlo por ambos lados, haciendo según el pintor activo el espacio vacío entre las dos superficies. Canogar les infunde además una fuerte carga simbólica, pues para él, representan paisajes de cielo-tierra y tierra-aire, donde la impronta del hombre se hace patente a través de las pinceladas.
Rafael Canogar, que inició su trayectoria a finales de la década de los 50 como miembro fundador del Grupo el Paso, retoma aquí la búsqueda de la esencialidad que movía entonces al expresionismo abstracto e informalismo. Él mismo ha destacado recientemente su voluntad de volver a trabajar con mínimos elementos para potenciar su radicalidad, como ya hizo en época de plena vanguardia española. Vuelve así a su Origen, cerrando el círculo que comenzó a trazar allá por los años 50.
Finalmente, mediante esta exposición el pintor continúa su reivindicación por recuperar el espacio de la pintura como género imprescindible, gracias a su capacidad de comunicar emociones, ilusionarnos o hacernos vibrar, y que en la actualidad, según el artista, habría perdido su importancia por otros géneros, beneficiados por la concepción del arte como mero producto de consumo.
*Gracias a la colaboración de Arte Global, Red Collector, Idealista.
La galería Alvaro Alcázar presenta en esta edición de Arte Santander los últimos trabajos realizados por la artista de la galería Maru Quiñonero. En esta ocasión, Quiñonero ha apostado por el color rosa y por la técnica de pastel sobre papel aplicada a las nueve obras que se podrán encontrar en la Feria.
La serie que presentamos forma parte del proyecto Color and Vacuum, que la propia artista ha definido como el más personal de sus trabajos. En él recoge una serie de obras abstractas con un marcado lenguaje minimalista que se apoya en el color. Un trabajo más allá de la abstracción que empezó a estudiar en 2017 donde el único protagonista era el pastel sobre el papel. Una textura blanda y seca sobre un soporte limpio y vasto que acoge formas y colores. A veces siguiendo un guión abocetado, otras naciendo de forma automática, casi sin detenerse.
Sus obras se caracterizan por revelar numerosas percepciones emocionales en las que destacan el estudio de las texturas, las formas y los colores. Pasa del figurativo al abstracto, pero conceptualmente es lo mismo, una forma potente sobre un fondo liso.
La galería Alvaro Alcázar presenta la doble exposición Tienen madera, que podrá visitarse desde el 1 de julio-30 julio en el espacio de la galería, y de 7 al 11 de julio una representación de la misma estará en el stand 7A14 de ARCO. El título elegido tienen madera, es un juego de palabras que alude, por un lado a la madera como protagonista indiscutible de la muestra y además, hace referencia al gran talento de los artistas aquí presentados.
La pequeña representación de ARCO se amplía en el espacio de la galería, donde dialogan obras de 15 artistas, tanto de la galería como invitados: Nacho Criado, David Nash, Antonio Murado, Anthony Caro, Simon Edmondson, Jorge Barbi, Wolfgang Flad, Juan Garaizabal, Frank Buschmann, Guillem Nadal, José Cháfer, Nigel Hall, Maru Quiñonero, Rafael Canogar y Kepa Garraza. De nuevo el denominador común es el empleo de la madera como vehículo para alcanzar un fin; desde mero soporte de la superficie pictórica, como elemento expresivo fundamental, o distintas interpretaciones de este material a través de la pintura.
*Actividad subvencionada por el Ministerio de Cultura y Deporte
La galería Alvaro Alcázar presenta la doble exposición Tienen madera, que podrá visitarse desde el 1 de julio-30 julio en el espacio de la galería, y de 7 al 11 de julio una representación de la misma estará en el stand 7A14 de ARCO. El título elegido tienen madera, es un juego de palabras que alude, por un lado a la madera como protagonista indiscutible de la muestra y además, hace referencia al gran talento de los artistas aquí presentados.
Para ARCO la galería ha elegido una pequeña representación de la exposición a través de 4 obras. Nigel Hall, con una escultura de pared fiel a su estilo de formas circulares y ovoides, se sirve de la madera para explorar el vacío, las sombras y el espacio tridimensional. Un experimentado Rafael Canogar se estrena con la madera como soporte escultórico para realizar una de sus célebres máscaras. El pintor Kepa Garraza, por su parte, retoma su línea discursiva histórico-política, esta vez, con una potente imagen de un arma casera en madera, empleada en los disturbios de la plaza Maidán de Kiev en 2013. La artista murciana Maru Quiñonero, mediante el lenguaje sutil que le caracteriza, evoca en su cuadro el olor a madera quemada. Cuatro maneras de entender la madera, desde la pintura y la escultura, que confronta a su vez la visión de dos jóvenes artistas emergentes junto con dos artistas de larga trayectoria.
«¿Los últimos cuadros que pintó Velázquez? Una propuesta»
La Galería Álvaro Alcázar presenta, a partir del 13 de mayo, la exposición individual del pintor británico Simon Edmondson. Una muestra que nos invita a conocer tres series inéditas realizadas en carboncillo y óleo, que evocan las que, según afirman expertos en la materia, podrían ser las últimas obras que pintó Velázquez, y desaparecidas en incendio que acabó con el Alcázar de Madrid en 1734. Edmondson recrea aquí la serie mitológica documentada que fue realizada por el genio del Siglo de Oro para real sitio hacia 1660, mientras que el Museo del Prado expone Mercurio y Argos, la única que sobrevivió al fuego.
El inventario real de 1686 alude, junto a Mercurio y Argos, a tres pinturas que representaban los mitos ovidianos de Venus y Adonis, Apolo y Marsias y Psique y Cupido, si bien, omite cualquier mención a qué momento de la historia estaba representado. Edmondson ha seguido el mismo esquema técnico y formal que utilizó Velázquez en Mercurio y Argos para ilustrar las escenas, y se sirve de su propia creatividad para elegir el momento y la composición y traerlas de nuevo a la vida. Además, gracias a su estudio del inventario real, el artista ha logrado reproducir sus proporciones y su ubicación dentro del célebre Salón de los Espejos. La disposición de los cuadros, en forma de friso mitológico, sería la misma que en el real sitio, trasladándonos así a esa atmósfera palaciega del reinado de Felipe IV.
Por otro lado, la exposición alberga cerca de una decena de obras, algunas de factura reciente y otras procedentes de distintas etapas de la larga trayectoria artística del pintor.
«DE NATURA: la naturaleza en su lugar geométrico»
La Galería Álvaro Alcázar presenta la exposición conjunta de Luis Canelo y Frank Buschmann que se inaugura el día 25 de marzo. “DE NATURA: La naturaleza en su lugar geométrico” conjuga la relación de ambos artistas con el mundo natural; Canelo desde la pintura y Buschmann desde la ebanistería.
Luis Canelo acota el esquema formal de la superficie pictórica con líneas y planos geométricos que dialogan con la presencia de los materiales. Frank Buschmann trabaja de forma directa con ella, utilizando la madera y las múltiples posibilidades de la misma. En la exposición, la perspectiva microscópica de Canelo y la macroscópica de Buschmann se conjugan para dar lugar a una visión completa de la naturaleza.
Stand 6B07
La Galería Álvaro Alcázar participa un año más de la nueva edición de la Feria Estampa. Un año que, aunque marcado por el difícil contexto, participamos incluso o con más ilusión y ganas que los precedentes.
Entre los artistas elegidos para participar en esta edición, destaca la presencia de Rafael Canogar con obras sobre metacrilato pintadas recientemente o Kepa Garraza, quien repite este año presentándonos la obra Tehrán 2020. Junto a ellos, Maru Quiñonero con telas inspiradas en el Río Garona de Borgoña, Rebeca Plana, con dos papeles característicos de su producción y finalmente Guillem Nadal y Cristina Babiloni, que aportan una vertiente más matérica, el primero con su “proyecto de una Isla” y la segunda, desde el fondo marino.
El lado internacional lo abanderan el británico Nigel Hall con dos esculturas en bronce, el pintor alemán Peter Krauskopf con tres cuadros pintados expresamente para la ocasión y Jude Castel con dibujos realizados con boli Bic inspirados en Madrid.
«Visto y no Visto»
Si algo hemos aprendido en el 2020 es a improvisar.
La Galería Álvaro Alcázar inaugura el sábado 6 de febrero la exposición colectiva Visto y no Visto. Un juego de palabras que busca poner de manifiesto la adaptación a los cambios inmediatos. Repensar lo que tenemos e improvisar. De esta forma, la exposición reúne más de una veintena de obras de artistas
de la galería, invita a la visión y revisión de estos trabajos, algunos expuestos con anterioridad y otros se pueden ver por primera vez aquí.
El recorrido se inicia con la obra de Juan Garaizabal y Simon Edmondson, donde la luz se presenta como el elemento protagonista, si bien tratada de dos formas radicalmente diferentes. Nos iluminan el paso hasta toparnos con algunas pinturas y esculturas esenciales en el trabajo de Eduardo Arroyo, donde hace alarde de la ironía que le caracteriza.
En este juego de mezclar y potenciar, destaca el binomio Carlos III de Kepa Garraza con Stanford II de Alejandro Guijarro. El primero de una figuración casi realista que contrasta con la abstracción patente en la pizarra borrada de Guijarro.
Siguiendo la estela del negro que precede, se disponen las calaveras de Guillem Nadal, obras que destacan por lo matérico de su técnica, muy diferente a la de Rafael Canogar que aporta en este caso la nota de color con su trazo rojo entre tanto blanco y negro.
La formas suaves y redondeadas constituyen el nexo de unión de la pintura de Maru Quiñonero, con el tondo negro de Bosco Sodi y, desde una perspectiva escultórica, la obra de Nigel Hall que se presenta como un paisaje de formas ovaladas.
En otra de las paredes, llama la atención un imponente cuadro/tapiz de Antonio Murado de su última época, descendiente de los que estuvieron en su reciente exposición.
La explosión de color viene de la mano de Rebeca Plana, cuyas pinturas destacan por su trazo rápido, enérgico y vibrante mientras que Simon Edmondson nos crea sensaciones opuestas, invitándonos a la comodidad y calidez a través de su Chaise Longe.
«Oceánicas»
Cristina Babiloni
La Galería Álvaro Alcázar presenta la primera exposición individual de Cristina Babiloni como nueva artista de la galería. Oceánicas es una muestra creada exclusivamente para este espacio a lo largo de este año.
Las obras de Cristina Babiloni nos sumergen en las profundidades marítimas y crean una experiencia sensorial única. Al ver estas obras es inevitable abstraerse, hundirse en los fondos oceánicos y dejar que nos aceche el sonido del agua, ese ruido blanco en el que nos sentimos recogidos y protegidos. Surge incluso una atracción prohibida y una necesidad de tocar las obras.
El recorrido comienza en la oscuridad de las profundidades marinas, teñidas de un color azul intenso, que poco a poco va recibiendo el efecto de la luz y modifica la paleta hacia unos tonos más propios del ecosistema costero. Colores vibrantes que muestran la riqueza vital y la diversidad que alberga la superficie oceánica.
Para Cristina Babiloni los corales son el color de la vida y con su obra busca concienciar el peligro en el que se encuentran estos super ecosistemas a causa de la contaminación y el calentamiento global: “los océanos se han convertido en esponjas de calor y de residuos tóxicos que hacen que los corales pierdan su color, el color de la vida. Pues estos son seres vivos, animales coloniales de los que dependen el 25% de las especies marinas, protegen nuestras costas de las subidas del nivel del mar y de la erosión del suelo subsiguiente. Es por esto que en mi obra quiero transmitir este sentimiento y preocupación que tengo para intentar concienciar al espectador de esta gran amenaza”.
«lo azul»
Mari Quiñonero
Colectiva
La palabra Azul que reconocemos y usamos como nombre masculino o adjetivo, se engrandece para recoger un conjunto de significados sin fin. Porque infinitas pueden ser las percepciones y los recuerdos distorsionados personales de cada uno.
Mari Quiñonero
La Galería Álvaro Alcázar presenta la primera exposición individual de Mari Quiñonero como nueva artista de la galería. “Lo azul” es una muestra creada exclusivamente para este espacio y sigue un proyecto de gran envergadura personal.
Se trata de una exposición compuesta de doce obras que revelan la evolución de la artista en el proceso creativo de su serie “Color and Vacuum”; un trabajo más allá de la abstracción que se centra en la diversidad de formas y colores. La exposición está compuesta por un texto inédito y una serie de obras pictóricas sobre lienzo y papel alrededor de los cuales se estudia el uso del color más allá de la mera expresión plástica, abriendo un abanico de posibilidades que lleva a la artista a zonas más conmovedoras.
Este viaje por el color azul sigue su recorrido en una exposición colectiva, en la que pueden verse obras de artistas de la galería como Mari Puri Herrero, Rafael Canogar, Peter Krauskopf, Rebeca Plana y Guillem Nadal y artistas invitados como Alejandro Botubol y Jude Castel.
En sus conjunto ambas exposiciones ponen de manifiesto ese “carrusel de azules irrebatibles”, como los define Mari Quiñonero, y que revelan, en efecto, numerosas percepciones emocionales.
Rafael Canogar deja en sus obras el rastro de la intensidad metafórica y lírica de la superficie pictórica. En la obra que presentamos en esta exposición “Invierno”, el azul adquiere aún mayor fuerza como representación de esa estación. También Peter Krauskopf en su pincelada de arrastre pictórico logra dar una dimensión casi invernal del azul, hasta el punto de convertirlo en helador con esos tonos metálicos y brillantes, tan similares al hielo.
En color azul pueden ser también los recuerdos de una ciudad. Jude Castel representa en diversas obras en bolígrafo sobre papel su visión de Madrid a través de monumentos o edificios emblemáticos. El azul también puede ser el recuerdo del agua, del mar. Para Rebeca Plana es un acercamiento al Mediterráneo y lo es también para Guillem Nadal. Incluso Alejandro Botubol, le da un carácter místico hasta el punto que su azul consigue iluminarse por si solo.
Finalmente, en medio de la sala nos encontramos con una escultura monumental de Mari Puri Herrero “Cabeza lectora” en ese color “azul Bilbao” tal y como lo define ella y que es una muestra de lo cómoda que se siente pintando con ese color. Según la artista el azul tiende a expandirse mejor y cómo no va a hacerlo, si se trata del color del cielo, del agua. Es un color que permite sentirse libre en movimiento.
En definitiva con estas dos exposiciones, quizás logremos explayar nuestras propias ideas y emociones respecto a este color. Incluso quizás consigamos, como dice Mari Puri, hacer que con el azul no nos sintamos confinados.
Nacho Criado «Dieci anni dopo»
«Considero que es fundamental recuperar las figuras importantes del arte, revalorizarlas y darles la importancia que merecen. Me enorgullezco de presentar esta exposición y recordar a Nacho Criado como el gran artista que ha sido, uno de los más esenciales para entender el arte de la segunda mitad del siglo XX.»
Álvaro Alcázar Gamarra
Con motivo del décimo aniversario del fallecimiento del artista Nacho Criado, la Galería Álvaro Alcázar presenta una exposición homenaje, con un repaso por dieciséis obras realizadas entre los años 1970 y 2008. Se trata de una muestra que busca reflejar la dinámica en la creación de sus obras más emblemáticas en el periodo que trabajo con Carmen Gamarra y posteriormente con Álvaro Alcázar en diferentes espacios.
En su conjunto, la exposición muestra su inspiración en corrientes internacionales como el minimalismo, el arte conceptual y el arte povera. Sin embargo, Nacho Criado no se aferraba a un estilo concreto sino que abría sus fronteras artísticas. De hecho, si bien era considerado como uno de los primeros representantes del arte conceptual en España, él rehusaba declararse como artista pionero ya que sus trabajos aunque complejos y difíciles, según él, se desarrollaron a partir de obras tradicionales.
El recorrido de la exposición revela un viaje por los años de creación del artista y está fisicamente arropado gracias a dos obras: La Herida Alpina representación de un camello que se encuentra en un entorno superfluo, desorientado y perdido y que a pesar de su esfuerzo, débil y agónico, termina muriendo en el intento de llegar a la La montaña madre. Esta escultura es la metáfora del viaje que transcurre el camello perdido. Ambas obras nos dirigen por el espacio y a pesar de estar separadas terminan convirtiéndose, mágicamente en una.
Entre estas dos obras encontraremos obras monumentales como Desprendimiento de cúpula, una obra que muestra la fascinación del artista por la arquitectura como fracaso de los espacios y en la que denota la fragilidad de cualquier construcción conceptual.
También destacan obras de diferentes series que han marcado toda su obra como Homenaje a Rothko en la que surge una manifestación de la crisis del objeto tradicional en la que retoma su trabajo escultórico por medio de sencillos recortes de cartón convirtiendo el hueco y las leves marcas de color en una evocación de la antigua materialidad.
La serie A partir de Matthias Grünewald como la monumental instalación de mismo título y una obra en papel titulada A partir de Matthias Grünewald II anuncian el característico sentido de representación conceptual a través de la ligereza de las figuras geométricas de Nacho Criado. Los trazados se ven acorralados y torturados por su propia geometría y el limite del propio cuadro. Los cuerpos, que en la obra original se muestran explícitamente torturados, han desaparecido, solo queda el olvido de sus figuras encerradas en lineas transversales.
También sobre papel realizó la obra Domus Omnia ó Gran paisaje convulso que refleja una conversación interna sobre el camino de uno mismo, que acaba alineándose y creando un paisaje montañoso. La reconstrucción geográfica de lo vivido que se materializa en un trazado fino y tembloroso con subidas y bajadas.
Finalmente, queremos hacer hincapié en la obra que da título a la exposición Dieci Anni dopo y visualizar una aspecto más intimo de Nacho Criado.
Rebeca Plana: Begin the Beguine
Alejandro Guijarro: 36 Views from Within
En Begin the beguine, la primera exposición de Rebeca Plana como artista de la Galería, pueden verse una serie de diez obras inéditas, de gran formato realizadas exclusivamente para esta muestra en el último mes y que representan lo que todos deseamos: volver a empezar.
Las nuevas pinturas de 195 x 162 cm revelan la impronta gestual tan fluida y rápida que caracteriza a la artista cuya forma de trabajar es muy directa y fresca. Han sido pintadas sobre lino, un soporte totalmente nuevo para la artista y que a pesar de considerarlo complejo, admite que “tiene mucha presencia” y confirma su interés y su curiosidad por el uso de diferentes materiales.
Destaca la diversidad de colores utilizados y de su importancia a la hora de transmitir numerosas sensaciones. Son el reflejo de lo que los “inputs” que recibe la artista en el día a día. Vuelve, por ejemplo, a ese verde con el que se siente tan cómo da trabajando y con esa “magia tan maravillosa”. Retoma también el naranja fluorescente que según ella pone de manera latente y que proporciona esa luz tan necesaria hoy por hoy en contraste con otros colores más tormentosos.
Podemos hablar de Rebeca Plana como una artista informalista y sus pinturas son el reflejo de su carácter pasional y arrebatado. Ella misma considera que su esencia está en la pintura, por ende pinta porque tiene que pintar y puede hacerlo desde la “mala leche” pero siempre tiene que ser en condiciones de sosiego: “me gusta decir que pinto desde el estomago y no del corazón, porque la rabia te sale desde las tripas, aunque vayas aprendiendo a controlar”.
En este periodo de amplia incertidumbre, cada uno se centra en lo que sabe hacer y Rebeca Plana sabe pintar y plasmar su sentir. Ella vuelve a empezar.
El fotógrafo Alejandro Guijarro, para la exposición en la galería Álvaro Alcázar, nos ofrece 36 imágenes donde nos muestra la fotografía en su intersección con otros medios como la pintura o el grabado. Su proceso creativo revela una técnica muy afín con la pintura surrealista: la decalcomanía.
Esta técnica tan utilizada por artistas como Óscar Domínguez o Max Ernst, entre otros, es conocida como uno de los llamados procesos de pintura mecánica o automática. Utilizando un tipo de película instantánea ahora obsoleta y sus químicos de procesado como pigmentos, Alejandro Guijarro lleva esta técnica al terreno de la fotografía desdibujando la linea entre lo real y lo ficticio, entre lo tangible y lo imaginado: «este trabajo establece un espacio ficticio. Desde mi estudio, documento el mundo con los ojos cerrados”.
El artista rompe con los límites de la imagen fotográfica y crea una relación fragmentada entre el objeto y su representación. Se cuestiona así la realidad y subjetiva aún más su experiencia visual. De este modo, el artista logra crear una serie de paisajes que homenajean a Katsushika Hokusai y sus 36 vistas del Monte Fuji. Él lo considera un viaje interior a través de paisajes que incluso tienen un recorrido geográfico y nos invita a nosotros como espectadores a crear nuestro propio viaje.
Kepa Garraza: Propaganda
Bosco Sodi: Cuatro grandes alegorías (homenaje a Goya)
La Galería Álvaro Alcázar presenta dos exposiciones individuales de Kepa Garraza y Bosco Sodi desde el 25 de febrero hasta el 31 de mayo 2020.
En Propaganda, Kepa Garraza presenta diez de sus obras más recientes y reflexiona acerca de la naturaleza de las imágenes que consumimos a diario. Esta exposición está planteada como una serie de dibujos mediante los cuales el artista quiere analizar la representación del poder a lo largo de la historia. Para ello, ha empleado una serie de imágenes que han sido utilizadas como propaganda política, militar o revolucionaria desde la Grecia clásica hasta nuestros días. La selección de estas imágenes responde a unas preferencias personales y a una forma muy determinada de leer e interpretar la historia. Este proyecto tiene, por lo tanto, la vocación de reflexionar acerca de la forma en que el poder ha sido representado a lo largo de los siglos, así como evidenciar el papel fundamental que ha desempeñado el arte en este proceso. La historia del arte tiene, por lo tanto, una importancia clave en el desarrollo de este proyecto, ya que una buena parte de las imágenes que Kepa Garraza ha utilizado como referencias para realizar estos dibujos corresponden a pinturas y esculturas que a lo largo de los siglos se han utilizado como herramienta política. La fotografía y el cine son, evidentemente, otras dos fuentes de poderosa inspiración, especialmente para aquellas obras que hacen referencia a sucesos acontecidos en los siglos XX y XXI. Su intención con estas obras no es otra que reflexionar acerca del papel del arte dentro de nuestra sociedad y evidenciar algo que no es nuevo: la dimensión política y social del arte y su inevitable influencia en el desarrollo y la narración de la historia.
Bosco Sodi presenta cuatro de sus obras más recientes, realizadas ad hoc para el espacio de la Galería Álvaro Alcázar. Cuatro grandes alegorías (Homenaje a Goya) es una exposición en la que el artista ha querido realizar un particular guiño al conjunto de cuatro tondos, realizados por Goya encargados por Manuel Godoy a inicios del Siglo XIX, inicialmente conocidos como las cuatro alegorías. Goya había pintado estos cuatro tondos para expresar los ideales de la Ilustración y Sodi los reinterpreta creando cuatro obras que exploran las áreas en las que la naturaleza y la humanidad se combinan y buscan la belleza implícita en la destrucción.
Sodi se recrea en el simbolismo del color negro tratándolo en su definición más pura: la ausencia de luz. Tal y como Goya pudo percibirlo en determinado momento de la España Ilustrada, la luz es la razón y no existe sin la oscuridad. Es la sombra la que revela la falta de lucidez, es “el sueño de la razón la que produce monstruos” . Sodi asemeja esa falta de luz a ese no uso de la razón y se detiene en el dramatismo generado por la sombra. Como artista contemporáneo, se recrea en la materialidad de la pintura, dando lugar a un aspecto casi orgánico que destaca aún más, si puede, el color negro. Quizás el artista nos esté invitando a reflexionar sobre la oscuridad que en ocasiones nos sumerge como sociedad en un pozo de irracionalidad. En este trabajo Sodi no solo tiñe de negro la obra de Goya sino que también destruye la regularidad del formato de esas cuatro obras. Sus cuatro interpretaciones son circulares, sí, pero no tienen el mismo tamaño y crea, así, un desequilibrio emocional propio de la desolación. ¿Qué alegoría representaría cada obra y cuál sería la que ha crecido o la que ha menguado en nuestra era contemporánea? A nosotros el reflexionar sobre el peso actual en nuestra sociedad del Comercio, la Industria, la Agricultura y la Ciencia.
Mi Casa
Exposición colectiva virtual
Desde el 17 de marzo hasta final del confinamiento
Desde la Galería Álvaro Alcázar, queremos lanzar un proyecto enfocado a subrayar la importancia de quedarse en casa en estos días. No hay que salir a no ser que sea imprescindible y es absolutamente necesario limitar los contactos para acabar con esta pandemia.
Para ello, invitamos a que todos los artistas nos envíen fotografías y datos de obras relacionadas con la casa, el hogar, no importa el soporte ni el tamaño, lo importante es recalcar la idea de quedarse en casa. Iremos publicando todas las obras que vayan llegando bajo los hashtags ya conocidos como #micasa, #quedateencasa, #yomequedoencasa y también estos específicos del proyecto #conarteyomequedoencasa y #casadearte. Las obras que más nos gusten las compartiremos también en redes sociales y en nuestra web.
Esto pasará y cuando así sea, haremos una exposición. Una muestra que se verá en una época feliz, después de una crítica, que nos va a unir y hacer más responsables, más empáticos y más solidarios.
Seas o no artista te pedimos que lo difundas, que pienses y se lo hagas saber a algún artista que quiera participar, vamos a hacer de todos este proyecto.
Envíen sus obras a galeria@galeriaalvaroalcazar.com
Stand 7C03
En esta edición de ARCOMadrid, la Galería Álvaro Alcázar ha decidido presentar un Stand cuyo tema principal es el tiempo. El lema de ARCO de este año es: It’s a matter of time y nosotros hemos querido aferrarnos a esa idea.
Por un lado, hemos pensado en presentar las obras más inéditas de nuestros artistas reflejando así el tiempo como evolución artística. Tendremos obras inéditas de Eduardo Arroyo, cuya obra es una de las últimas que ha pintado, Antonio Murado, Peter Krauskopf, Mari Puri Herrero y Simon Edmonson. También presentaremos dos obras de Kepa Garraza y Bosco Sodi que reflejan la exposición que tendremos en la Galería durante ARCO. Incluso presentamos en primicia una de las últimas obras de Rafael Canogar como representación de sus últimos trabajos realizados sobre metacrilato.
Por otro lado, hemos pensado en el tiempo finito que nos acecha diariamente con la crisis del cambio climático. Una de las entradas al stand tiene una torre de reloj escultura monumental realizada por Juan Garaizabal que nos recuerda como nos estamos quedando sin tiempo y es necesario intervenir. Entrar por esa puerta nos permite visualizar un conjunto de obras que rodean una instalación del artista Miguel Sbastida que revela las arqueologías climáticas. Todo esto acompañado de obras de artistas tan naturalistas y orgánicas como las de Guillem Nadal, Luis Canelo y Cristina Babiloni. En el centro de nuestro Stand encontraremos una mesa de centro y dos sillas de nogal americano realizadas por Franck Buschmann Bella.
Mari Puri Herrero: Al salir, cierra la puerta
Miguel Sbastida: Arqueologías climáticas
La Galería Álvaro Alcázar inaugura dos exposiciones individuales de Mari Puri Herrero y de Miguel Sbastida en las que se analiza el papel de la naturaleza con procesos creativos y estéticos diferentes que dialogan entre sí.
En Al salir, cierra la puerta, Mari Puri Herrero nos muestra su trabajo más reciente. Trece obras que nos introducen en la intimidad de su proceso creativo donde la introspección son fundamentales. Surge así una mirada profunda de la propia artista a la hora de revisar su propia evolución artística.
A lo largo de la exposición vemos cómo la artista no se detiene tanto en una temática discursiva literaria sino que decide ahondar en los temas mediante el estudio de las luces, los colores y las sombras. Surgen así diversos temas relacionados con la naturaleza como el de la noche que se concibe como cimiento donde el contraste entre los puntos de luz y los azules profundos.
Surge un interés por la idea del movimiento continuo en la naturaleza. Ésta se desata y su brusquedad puede llegar a crear figuras espectrales. Un buen ejemplo de esta virulencia, es el tríptico “Conversación”, creado ad hoc para la Galería Álvaro Alcázar, donde vemos ese enramado y movimiento de los árboles producido por el viento que acaba moldeando dos figuras de aire onírico, evocando a un recuerdo.
Una constante importante en la obra de Mari Puri Herrero es su interés por las artes orientales. A lo largo de los años ha reflexionado y trabajado mucho en torno a el especial enlace que hay en ellas entre el dibujo y la pintura. Su obra se ha visto influenciada por este interés, sus trazos en ocasiones de apariencia brusca comulgan con la delicadeza de figuras casi etéreas.
En esta exposición Mari Puri Herrero finalmente nos abre la puerta a su particular mundo donde su principal leimotiv serán esas figuras casi espectrales presentadas con un movimiento tan característico y vital.
Arqueologías Climáticas es la primera exposición individual de Miguel Sbastida en el espacio de la Galería Álvaro Alcázar, que reúne una selección de obras realizadas entre 2017 y 2019 en torno a una línea de investigación centrada en los procesos del desmoronamiento medioambiental y las ecologías del hielo; en la que el artista madrileño lleva trabajando desde 2012.
La muestra presenta tres proyectos interconectados a través de los que plantea una mirada y reconstrucción de los procesos del cambio climático a partir del hielo glaciar como artefacto arqueológico; invitando a reflexionar sobre conceptos de ausencia, inestabilidad, temporalidad y fragilidad.
La instalación de esculturas formadas por esqueletos de acero de formas y volúmenes fluidos, For as Long as Possible (Chicago, 2017) se inspira en los Glaciares de los Alpes Suizos, los cuales son cada año cubiertos por telas térmicas blancas en un esfuerzo fútil de frenar la pérdida acelerada de sus cuerpos helados. Slow Violence (Islandia, 2018) deja paso al glaciar como entidad capaz de narrar su propia desaparición a través de una intervención llevada a cabo en un glaciar Islandés, en la que un conjunto de hojas de papel son marcadas por el incesante goteo procedente del deshielo. El hilo conductor de la exposición se desarrolla en torno a la instalación Archaeologies of Climate (Madrid, 2017-2019, realizada con el apoyo de la Comunidad de Madrid y La Real Fábrica de Cristales de la Granja); compuesta por un conjunto de columnas de cristal realizadas a partir de patrones de depósito glaciar, que toma como punto de partida la práctica de perforaciones de masas heladas y la obtención de núcleos de hielo como artefactos a través de los que se puede estudiar y reconstruir la arquitectura climatológica de la Tierra.
En paralelo
La Galería presenta la segunda edición de su proyecto En Paralelo titulada Un día es un día. Para esta exposición la Galería ha diseñado un calendario del año 2020 en el que los artistas de la Galería e invitados, han realizado una obra con técnica y temática libres. Se trata de una exposición en la que el único elemento homogéneo, el calendario, se verá envuelto de diferentes estilos, temas, técnicas, mostrando la diversidad estética del arte actual.
Nos gustaría agradecer a los cuarenta y seis artistas que han hecho posible esta exposición cuyos beneficios irán, en parte, destinados a la Fundación Pablo Hortsman en el apartado de la unidad de cuidados maternales Belén Jordana (Etiopía):
María Acuyo, Anuca Aísa, Nacho Alcázar, Ángel Alen, Eduardo Arroyo, Cristina Babiloni, Luis Canelo, Rafael Canogar, Carla Cascales Alimbau, Pedro Castrortega, Félix de la Concha, Simon Edmondson, Abel Fernandes, Hugo Fontela, Jorge Galindo, Kepa Garraza, Norberto Gil, Miguel Gómez Losada, Reyes Abad, Macarena Gross, Mari Puri Herrero, Paz Juristo, Peter Krauskopf, Cristina Lama, Miki Leal, Francisco Leiro, Lluis Lleó, Berta Llonch, Sergio de Luz, Rafael Macarrón, Eduardo Martín del Pozo, Felicidad Moreno, Antonio Murado, Guillem Nada, Miguel Nuñez, Rebeca Plana, Mari Quiñonero, David Rodriguez Caballero, Inés San Miguel, Mónica Sánchez Robles, Matías Sánchez, Miguel Sbastida, Julien Spiewak, Isabel Valdecasas, Nuria Vidal, Javier Viver.
Intramuros
Antonio Murado
“En esta exposición presento dos grupos de obras recientes relacionadas con el espacio interior y doméstico.
En uno de los grupos, los cuadros de gran formato fueron pintados plein air y abandonados durante semanas a los elementos. Están inspirados en las pieles de animales y presentados como si fueran tapices. Le Corbusier llamaba a los tapices “murales nómadas”. Es esta condición de movilidad, adaptación y creación de un espacio o de un cobijo doméstico lo que los inspira.
El segundo grupo, se origina en la intersección del cuadro como objeto y el cuerpo humano a través del mobiliario que lo acoge: butacas, sillones, camas. Mobiliario que utilizo como vehículo de pintura. Los cuadros “ventana” se deforman por la introducción de curvas y lados asimétricos. Los laterales de los bastidores, normalmente desapercibidos, están construidos minuciosamente con parquetería de maderas nobles para subrayar su condición objetual y única.»
En paralelo
La Galería Álvaro Alcázar presenta un nuevo proyecto titulado En paralelo. En esta temporada, la Galería presentará entre las exposiciones generales, muestras de corta duración con artistas invitados y artistas de la Galería. Una oportunidad para acercarnos a piezas más intimas que forman parte del depósito de la Galería y descubrir nuevos artistas.
En esta primera edición, contamos con numerosos invitados jóvenes como Mari Quiñonero, Miguel Gómez Losada, Isabel Valdecasas, Marcelo Burgos, Jaime Castillo, María Acuyo y Ángel Alén. Sus obras son el núcleo del que nace el recorrido de la exposición cuyos temas y formas dialogan con las obras de los artistas de la Galería: Eduardo Arroyo, Nigel Hall, Guillem Nadal, Rafael Canogar, Mari Puri Herrero y Peter Krauskopf.
APERTURA 2019
The Cherry Creek Stories de Werner Mannaers
En la Memoria de Juan Garaizabal
La Galería Álvaro Alcázar abre la temporada 2019-2020 con dos exposiciones que reflejan los trabajos recientes de los artistas Werner Mannaers y Juan Garaizabal.
Por primera vez en una galería de Madrid se presenta una exposición del prestigioso artista Werner Mannaers. Su obra está vinculada al barroco y al rococó al mismo tiempo que sigue siendo decididamente contemporánea. Su trabajo reciente está lleno de capas con múltiples posibilidades interpretativas, bailando entre la ambigüedad y la ironía. Esta exposición The Cherry Creek Stories, dominada por el gran formato, presenta su nueva serie The Sonic Albers Series o The Avicii Series, donde la libertad lírica de Mannaers se manifiesta en una interrelación musical de línea, plano y color.
El tríptico que tituló la exposición refleja la esencia de la creación de Mannaers que pinta continuamente debido al desafío interminable que plantea la ortodoxia del modernismo mismo. Como dice el propio artista: «Mis pinturas recientes fluyeron de mí de la manera más natural, aunque podría haberlas encontrado lo suficientemente rápido, tal vez porque había encontrado un nuevo« alfabeto », como si se hubiera abierto algún tipo de compuertas psicológicas. El arte es un espejo; Es inevitablemente mentira. Mi arte es caprichoso, por casualidad, no serio, pero sincero. »
En diálogo estético con el artista belga, In the Memory of Juan Garaizabal muestra un conjunto de esculturas hechas en doc para el nuevo espacio de la Galería. Siguiendo su concepto de Memorias urbanas, surge el diseño de varias columnas que recuerdan al Templo de Apolo de Delos del que solo quedan ruinas. Una escultura magnánima es el resultado de uno de sus proyectos que comienza con ilustraciones que recrean gradualmente lo que ya no existe y que sirven como modelo para dar forma a materiales como el hormigón y el acero.
Guillem Nadal y Kepa Garraza
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La Galería Álvaro Alcázar presenta las obras más recientes de los artistas Guillem Nadal y Kepa Garraza, dos artistas aparentemente opuestos cuyas obras revelan un diálogo entre la abstracción y la figuración, entre la textura y el contraste, entre lo espiritual y lo terrenal. Dos artistas cuyas miradas, en cualquier caso, reflejan la búsqueda de la representación efímera e incierta de la memoria.
Las obras de Guillem Nadal forman parte de su Proyecto para una isla. En su exploración constante, el artista propone cartografías sin principio ni fin que sitúan al espectador frente al abismo. El viaje es el hilo conductor de estas piezas que originan lugares experimentales de transición. El viaje, como vivencia y como metáfora, supone una huella que conecta con la memoria; un sedimento que invita a la introspección. Así, los lienzos, las tablas y los papeles que se muestran constituyen elementos únicos de un laberinto por el que adentrarse.
La obra de Kepa Garraza reflexiona acerca de la naturaleza de las imágenes que consumimos a diario, invitando al espectador a cuestionarse problemáticas relacionadas con la identidad y la manipulación de la información. Su reinterpretación de la realidad es siempre ambigua y confusa, llena de sutilezas y zonas grises que invitan al espectador a repensar el relato histórico y la crónica de la realidad. Su mirada irónica y ácida ofrece alternativas a la realidad que conocemos y nos propone un ejercicio saludable: dudar siempre de la versión oficial.
Rafael Canogar
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Miembro fundador del grupo El Paso junto a Antonio Saura, Manolo Millares, Luis Feito y Pablo Serrano, en 1957 se consagra como uno de los principales pintores abstractos en España. En los primeros años de su carrera Canogar rompió con la figuración inicial para internarse en una abstracción radical por lo que hasta principios de los años 60 su pintura es plenamente informalista. Esta era la tendencia por excelencia de la vanguardia en la que el grupo El Paso desempeño un papel absolutamente relevante.
En 1955, pinta sus primeras obras abstractas, donde se aprecia fácilmente la influencia que Miró ejerce sobre el joven Canogar.
Pero no es hasta 1957 cuando el encuentro con otros pintores y críticos le hace ver la necesidad de unirse para realizar una acción artística común. Se forma el grupo El Paso, que nace como «actividad que pretende crear un nuevo estado de espíritu dentro del mundo artístico español». El Paso realiza numerosas exposiciones de grupo, la primera en la madrileña Galería Buchholz, y en colaboración con el Museo de Arte Contemporáneo, trae a Madrid la importante exposición Arte Otro, que se inaugura en la «Sala Negra» de Madrid. El Paso expone en varias ciudades españolas, al mismo tiempo que desarrolla y participa en otras actividades culturales.
La obra de Canogar entre 1957 y 1960 se desarrolla con una coherencia extraordinaria en un momento en el que algunos artistas caían en el informalismo casi por inercia. La gran virtud de Canogar consistió en su espontáneo modo de resolver un dilema, recuperando ciertos elementos esenciales de lo tradicional dentro de lo más rebelde, fruto de su evidente su contacto con obras tan fundamentales como el Greco y Goya.
En sus últimas obras, concebidas como panoramas de color, desplaza la pintura en la propia superficie pictórica. Pinturas invadidas frecuentemente por la mancha y geometría. Encontrando en estas obras lo definido y lo abstracto, conteniendo las formas de modo que derivan en un derrame de color.
Juan Garaizabal
¿Y si no somos distintos?
Exposición en el Centro Cultural Coreano, Madrid, España
Inauguración: 4 de septiembre 2019 hasta 4 de octubre 2019
“He tenido la suerte de que personas e instituciones de diferentes ciudades del mundo apuesten por su visión para rescatar con sus esculturas, historias extraordinarias y muy específicas de cada lugar. Una pagoda en Seúl, un palacio en las Tuillerías de París, balcones de la Habana, un templo en Palmira o una iglesia en Berlín; detrás de cada elemento desaparecido hay simplemente sueños humanos.
Vivimos en una época de lamentable exageración de la diferencia, probablemente para perpetuar el control de mediocres castas locales. Pero también, y por suerte, vivimos en una época de tremenda interacción entre humanos de todo el globo, que evidencia un enorme lugar común y una manera muy similar de sentir en nuestra especie. Si un día de estos nos visitasen extraterrestres -lo cual por otro lado puede pasar en cualquier momento- nos daremos cuenta, inmediatamente, de que nos parecemos como gotas de agua. Cualquier persona nacida en la tierra está perfectamente preparada para meterse en la piel del otro, ya sea su vecino de enfrente o un ser de la cultura y raza más insospechada. En concreto la complicidad y comunicación entre un Europeo-como me defino- de España y los Coreanos del sur resulta casi inmediata.”
Juan Garaizabal
En el Centro Cultural Coreano se muestran 12 obras -o conjuntos de obra- de diferentes formatos. Bocetos en papel, técnicas mixtas sobre tela y esculturas en diversos materiales. Forman parte de los proyectos Pagoda de Seúl, Palais des Tuileries de Paris, Balcón de la Habana y Memorias Urbanas de Palmira y Berlín.
FestivalOff PHotoEspaña 2019
Tree, Tree… de Myoung Ho Lee
A grove of trees from a point of view de Juan Millás
Lo que has leído, eres de Anuca Aísa y Paz Juristo
La Galería Álvaro Alcázar presenta tres exposiciones de fotografía que revelan visiones y concepciones personales de espacios naturales y urbanos. Se trata de un proyecto en el que se crea un diálogo entre artistas que tratan temas aparentemente diferentes pero que tienen una relación entre sí: la mirada contemporánea.
Por un lado y gracias a una colaboración con el Centro Cultural Coreano España en Madrid y la Galería Hyundai, la Galería Álvaro Alcázar presenta la obra singular del fotógrafo surcoreano Myoung Ho Lee, el cual plantea en su serie Tree, Tree… algunas preguntas inusuales sobre la representación de la realidad, arte, medio ambiente y visión. Sus obras muestran un concepto simple mediante una ejecución compleja: los árboles son mostrados en su contexto natural pero separados superficialmente por una tela blanca que los enmarca y descontextualiza de su propio ambiente. De este modo, el artista separa los sujetos de sus circunstancias originales para reflexionar sobre la diferencia entre sujeto e imagen. Una nueva representación de la naturaleza es fabricada y revela una ilusión óptica que en definitiva es la obra dentro de la obra y nos incita así a analizar la imagen y a profundizar nuestra mirada.
Por otro lado, Juan Millás plantea en su serie A grove of trees from a point of view, un estudio de la naturaleza que busca alcanzar una visión, hoy utópica, de quienes contemplaron un paisaje por primera vez en la naturaleza. De este modo, él también hace un estudio de nuestra mirada revelando una propuesta, imaginada, sobre el origen del paisaje. En palabras del propio artista:
«Hace unos años quise hacer un proyecto documental sobre ‘el paseo’ al más puro estilo del escritor Robert Walser. Deseaba practicar el arte de perderme con la cámara en un bosque. Aquella intención se transformó en un trabajo sobre el paisaje, también sobre la fotografía, entendidos uno y otro (la percepción del paisaje y la visión fotográfica) como alucinaciones provocadas por el cruce, “a una velocidad infinita” (Jean-Marc Besse), entre el mundo y el pensamiento. El vehículo que encontré para trasladarme de un universo al otro fue el menhir. El arquitecto Francesco Careri, autor de Walkscapes: el andar como práctica estética (Gustavo Gili, 2002), describe el monolito prehistórico como un objeto que “contiene en sí mismo la arquitectura, la escultura y el paisaje”. Su singularidad reside en que se trata de un cuerpo interpuesto entre la naturaleza y la cultura. Es territorio porque antes de ponerse en pie carecía de connotaciones simbólicas. Pero el menhir también es orden, composición, representación. Al rotarla, el ser humano transforma la piedra en otra cosa: extrañeza, sueño, relato. Me adentré en los bosques, al norte de la región francesa de Bretaña, imaginando que aún sería posible distinguir el contorno de esa diferenciación. Perseguía la visión utópica de quienes contemplaron por primera vez un paisaje en la naturaleza».
Finalmente, la serie Lo que has leído, eres de Paz Juristo y Anuca Aísa refleja el apartado más personal de este proyecto. Las artistas homenajean al Francisco Calvo Serraller creando un recorrido de todos los países descritos en la literatura leída con él, cerrando así un viaje que, en su conjunto, replantea la mirada. Cada foto representa las siguientes frases:
Francia: «Olvídame y te seré devuelta» (M.S.)
Rusia «Pues el misterio de la existencia humana no estriba en el vivir sino en el para qué se vive». (F.D.)
EEUU: «Todo lo que asciende tiende a converger». (F.O.)
Centro Europa: «Nuestra muerte es más un asunto de los que habrán de sobrevivirnos que propiamente nuestro». (T.M.)
Japón : «Éste es el mundo en el que vive mi maestro; por fin he llegado a él». (J.T.)
España: «No he conocido ninguna literata que fuese mujer de bien». (L.A.C.)
Inglaterra: «Era como la intranquilidad inquietante del desierto, donde hay paz sólo porque no hay vida». (J.C.)
Un pintor responde a Velázquez a propósito de Las Meninas. Exposición dedicada a Francisco Calvo Serraller.
Del 4 de abril de 2019 hasta el 1 de junio 2019.
La Galería Álvaro Alcázar presenta el trabajo más titánico de Simon Edmondson: la culminación de un proyecto comenzado en 2007 que ahonda a diferente escala, en forma de pinturas y de dibujos en papel, en el perfil más íntimo de Diego Velázquez, el “pintor de los pintores”. Cuatro lienzos monumentales de las mismas dimensiones de Las Meninas, 318 x 276 cm, conforman el epicentro de este conjunto.
En efecto, esta exigente y dilatada incursión artística de Edmondson ha consistido en replantear el cuadro más personal del genial maestro, corazón ideológico del Museo del Prado y germen de la conciencia moderna de la pintura, con objeto de sacar a la luz su densidad expresiva hoy sepultada por un aluvión de especulaciones teóricas.
Tal empresa ha exigido a Edmondson el despliegue de un riguroso e ímprobo proceso creativo basado en las reglas materiales y técnicas que manejó Velázquez en 1656, como en la documentación histórica existente, asimilando así las soluciones plásticas y efectos del genio hasta llegar al trasfondo del cuadro, la intención más noble de su autor que, a tenor del pintor británico, fue retratar la existencia humana de este grupo de individuos de palacio.
El término italiano que encabeza esta asombrosa muestra, Sprezzatura, era utilizado en la cultura artística del pasado para referirse al brío y la soltura con la que los grandes pintores ejecutaban las escenas figurativas más complejas. Con él Edmondson nos revela la que para él es la línea de fuerza de la pintura actual: su capacidad para dotar de vida, de energía, en definitiva de humanidad, las reinterpretaciones del mundo. En los brochazos que el creador posa en el soporte de forma intuitiva e irreversible reside el misterio irreductible del arte.
En el terreno del arte contemporáneo actual donde la multi-disciplina y las nuevas tecnologías predominan, el pintor reinventa sus prácticas y sus intenciones. Yo personalmente confío en que en esta lucha, la pintura se renueve y encuentre su importancia y su lugar para todas las generaciones en cualquier parte del mundo.
Mientras tanto, el público, el curioso, se acerca con interés y disfruta de las novedades del arte contemporáneo pero en muchos casos queda distanciado por la extrema ruptura entre su pre-concepción de lo que es el arte y la realidad de lo que su capacidad le permite ver y entender. Mires a donde mires, siempre hay gran interés en la imagen creada orgánicamente, a mano, de algo reconocible por parte del amateur o non-experto en la cola de la exposición de Rembrandt o de los dibujos de Watteau por ejemplo, que busca en el arte algo que le conmueva y le dice algo.
Mi desarrollo personal (nací en Londres en 1955) empieza en la tradición británica de la Escuela de Londres, pero mi progreso continuó ajeno a cualquier tendencia, y siempre enfocado hacia una figuración muy personal. Admiro enormemente a grandes artistas del pasado y mi intención es y ha sido siempre, continuar como parte del núcleo y la unión que hay entre Tiziano, Velázquez, Degas y Bacon. Este es mi reto.
Este proyecto es por mi parte un camino distinto a la evolución oficial del desarrollo del arte históricamente y hasta hoy, dando un paso lateral al imparable progreso de las cosas, y rebobino hasta el momento de las inmediaciones del arte moderno, el mundo de Degas o Manet, en plena búsqueda de la proto-modernidad. Un momento en que la importancia de Velázquez y Goya sobresaltaba de manera sensacional. De esta manera y así, quiero emprender una variación del camino tradicional de la vanguardia y producir una serie de obras con la intención de redescubrir niveles, convenciones y técnicas perdidas y aplicarlas a mi pintura de hoy. Así, quizás podría reinstalar la pintura con una nueva vitalidad.
Decidí poner estas ideas en marcha enfocándolo en Velázquez, autor de Las Meninas y como pintor de los pintores es muy querido por el público en el mundo entero. Retratando la humanidad de manera asombrosa, Velázquez y su técnica suponen uno de los puntos más brillantes e importantes de toda la historia de la Cultura. En su oeuvre encontramos ideas, decisiones y un proceso de selección que ha inspirado un sinfín de interpretaciones a lo largo de su historia y que hoy todavía es así. Personalmente, lo siento como algo muy cercano a mí, rompiendo clichés de su época y observando el mundo de su presente, de donde fluyen los protagonistas, sus personajes mitológicos que salen de las calles de Madrid, sus infantas humanas, y sus enanos reales y orgullosos.
SIMON EDMONDSON
Madrid , 2019
La Galería Álvaro Alcázar presenta la tercera edición de su exposición Una Colectiva. En esta ocasión, Nero reúne a nueve artistas, seleccionando piezas con un denominador común: el color negro. Desde la Galería pretendemos admirarlo, desprendiéndonos de la concepción negativa que poseemos en la cultura occidental.
En la obra del ceramista japonés Toshio Matsui la belleza reside en los reflejos velados de la ausencia de luz; enfatiza en la idea de profundidad gracias a la técnica utilizada para realizar esta pieza. La pátina del tiempo y del uso aporta a sus cerámicas junto a las de Philippe Barde, la belleza en sombra.
En Occidente observamos cómo la ausencia de color se concibe cada vez más como algo bello. Se da mayor importancia al vacío que permite crear un contraste y denotar elegancia en las esculturas de Nigel Hall, Jaime Castillo. La sobriedad con la que artistas como Rafael Canogar y David Nash elogian la sombra con la propia sombra, paradójicamente queda reflejada en texturas creadas por la superposición de diferentes capas de negros.
Finalmente, no podemos olvidar la idea de negro como poder. Por un lado, Kepa Garraza otorga aún más poder a personajes históricos feroces, representados hieráticamente, por medio de la oscuridad, consiguiendo que el espectador se sienta frágil y humano. Por otro lado, Eduardo Arroyo empodera y dota de elegancia a personajes cercanos que normalmente pasan desapercibidos, como el deshollinador.
Desde el 14 de febrero hasta el 30 de marzo 2019
La Galería Álvaro Alcázar presenta una nueva exposición individual del artista Nigel Hall, uno de los escultores más distinguidos de Inglaterra.
En la muestra se podrán ver doce esculturas realizadas entre los años 1995 y 2018 apreciando así la evolución del artista en su exploración del espacio. Es fundamental destacar la importancia que aporta al vacío como factor esencial a la hora de crear esculturas más lineales y con una geometría aún más marcada. De esta forma, logra incorporar la escultura en el espacio de una forma cada vez más sutil, manteniendo ese juego de luces y sombras tan característico de sus esculturas. En cualquier caso, independientemente de los materiales utilizados, el artista genera piezas que evocan ligereza y dan un aspecto de gran elegancia al entorno en el que se encuentran.
Como bien dice el propio Hall: “Mi trabajo ha girado siempre en torno al espacio. Estoy fascinado por la forma en que la geometría puede percibirse en el paisaje”.
La exposición no duda en mostrar la evolución de ese concepto.
Desde el 14 de febrero hasta el 30 de marzo 2019
La Galería Álvaro Alcázar presenta una exposición colectiva en la que nos invita a interpretar un diálogo entre la solidez de las piezas Philippe Barde y la incorporeidad de las de Arantza Pardo.
Por un lado, el mundo etéreo en el que nos envuelven los lienzos de gran formato de Pardo casi nos golpea con una luz y un movimiento vertiginoso en el que cada pintura es un nuevo experimento donde reconfigura los imaginarios científicos. La serie The Unknown permite otorgar una solución estética al paisaje cósmico invisible, aunque el resultado final no llega a representar una apariencia real, pues no se puede representar lo desconocido. Proporciona, así, una oportunidad experimental para desafiar suposiciones y perspectivas espirituales.
Por otro lado, las rotundas piezas de Barde nos llevan a conectar de nuevo con lo terrestre mediante materiales de esencia pura de la tierra, como el magnesio o el mismo barro. En esta exposición podremos ver sus Yakuza woods, creados a partir de la combinación de diferentes moldes de madera; tres Stonewear que son un claro ejemplo de la pureza terrestre obtenida del magnesio del Mont Blanc; finalmente con All the same podemos ver el juego del ceramista a la hora de utilizar un mismo molde para crear diferentes caras.
Desde el 13 de diciembre 2018 hasta el 09 de febrero 2019
La Galería Alvaro Alcázar inaugura su nuevo espacio con una exposición que presenta las obras más recientes de Peter Krauskopf. Code of color es, como bien indica su título, una muestra en la que el color es protagonista. El título no se refiere tanto a lo que se ve en la superficie, sino a todo lo que hay debajo. A la hora de hablar de sus obras, Peter Krauskopf menciona una y otra vez la destrucción como parte fundamental de la creación. Surgen así composiciones en capas, como si fueran pentimenti, hasta concebir obras cuyas superficies se convierten en texturas y estructuras de líneas entrelazadas y barras. El atractivo visual radica en la dualidad de la mezcla física y el rechazo al volumen pictórico. La estrategia artística de Peter Krauskopf no apunta a la perfección. Por el contrario, parece estar más interesado en los errores sistemáticos inherentes al algoritmo de su proceso de producción.
El color es el elemento principal. El artista opta por los más atractivos y por la fusión entre el mate y el brillo hasta conseguir crear su propia interpretación de la luz. El color revela también la fuerte conexión que existe entre las pinturas y las obras sobre papel. De la pintura sobrante nacen los papeles y así, el artista nos descubre lo que hizo durante el día; Peter Krauskopf comparte estos “diarios visuales” y nos hace partícipes de su enigmático proceso creativo.
Del 13 de diciembre de 2018 al 9 de febrero de 2019
Una galería se define por las obras que exhibe. Los artistas hacen la galería y la galería conecta al público con los artistas.
Desde la apertura de la Galería Álvaro Alcázar en 2006, varios creadores nacionales e internacionales han puesto en marcha un proyecto común que ha tomado forma en diferentes espacios. Ahora continúan este viaje en una nueva sede, ubicada en la calle Ferrer del Río 5 en Madrid.
Con motivo de la inauguración de este nuevo espacio, la Galería Álvaro Alcázar muestra las obras más recientes de sus artistas: Luis Canelo, Rafael Canogar, Anthony Caro, Simon Edmondson, Juan Garaizabal, Kepa Garraza, Nigel Hall, Mari Puri Herrero, Antonio Murado, Guillem Nadal, David Nash, Miguel Sbastida y Bosco Sodi.
Una exposición de cerámica japonesa, ¿por qué? Será porque la cerámica es un arte mayor en Japón.
¿Y en Madrid? Será porque es el 150 aniversario de las relaciones comerciales entre Japón y España.
Será porque la aventura de mi vida me llevó a descubrir el país del sol naciente y sus grandes artistas.
Será por tener la suerte de ser amiga de Álvaro Alcázar y sentir este mismo amor al arte.
Será porque nada está escrito y cada día nos reinventamos con una nueva aventura. La vida siempre es dual: un intercambio entre países, Japón y España, Oriente y Occidente; una amistad compartida entre dos artistas, Philippe Barde y Toshio Matsui; un interés común de Álvaro Alcázar y mío en mostrar al mundo madrileño un nuevo tipo de cerámica japonesa.
La cerámica es tierra y fuego, milenaria y primitiva, además en Asia y sobre todo en Japón es el espejo de su propia cultura. Cada tierra proviene de un lugar, posee su propia geología, su historia telúrica, sus propiedades, sus cualidades y diversas dificultades en su manipulación. El fuego, que puede durar una larga semana en un horno de madera especial, es otra fuerza como la violencia de los volcanes o del tsunami pero también es parte de la realidad cotidiana. Al abrir el horno, no se sabe cómo el barro reaccionó, cómo la ceniza quemó la cubierta y desató nuevos colores, o cuántas piezas se quebrantaron por la temperatura. La cerámica es vital, física y mental. En Japón se acepta convivir con los elementos naturales y se acepta dejarse aniquilar por la fuerza universal. Hay siempre una aceptación al entorno en el que se vive, sin rebelión, como ¡frente al universo! En el arte de la cerámica, el artista, a pesar de sus conocimientos, sus técnicas y su experiencia, no deja de estar a la merced del fuego, del agua, de la arcilla. Cada pieza expuesta hoy, es una victoria del artista.
La cerámica en Japón es una filosofía, la representación de un arte de vivir o un modo de pensar. Expresa una religión (zen) a través
de la ceremonia del té, pero es también añadir belleza a lo cotidiano. El objeto y su uso tienen que participar en un acto estético. Cada pieza tiene que cumplir con su función aunque ahora va evolucionando. Actualmente se realizan chawanes o cuencos no siempre aptos para la ceremonia. Es un estudio tanto material como intelectual para una realización moderna, única y estética, siempre regida por normas cualitativas muy exigentes, herencia de una larga tradición. Lo bello es imperfecto, jamás simétrico, siendo el resultado de la representación del mundo desigual y magnífico.
La cerámica contemporánea sigue con el espíritu de representar al mundo y comulgar con la energía universal. Esta introspección sigue siendo un duelo o una apuesta Tierra-Fuego-Ser Humano. Esta exposición es una pequeña muestra de las investigaciones de dos artistas ceramistas muy reconocidos: Philippe Barde y Toshio Matsui, unidos en muchos proyectos durante el recorrido de sus vidas. Uno proviene de Occidente, Suiza; el otro de Oriente, Japón. Los dos comparten el mismo amor por el barro, esencia pura de nuestra tierra, con la misma tradición, la misma cultura, la misma generosidad (los dos son docentes en universidades) y el mismo enfoque en llegar al límite de sus investigaciones. Su gran complicidad les llevó a crear, hace ya veinte años, el PT Project, donde entremezclaron y compartieron ideas, trabajos, cocciones. Son la representación del dualismo del que hablábamos.
En esta exposición dialogan Oriente y Occidente, la unión intelectual y técnica de dos creadores ceramistas en una misma búsqueda. Una amistad que vas mas allá del propio interés, creando piezas cada uno, configurando obras en colaboración.
— Caroline Caffin.
Como en anteriores ediciones, el Hay Festival de Segovia quiere dedicar un espacio especial a la escultura en la huerta-jardín de Félix Ortiz en el barrio de San Marcos. Desde el 22 de septiembre podrá verse en este espacio tan singular una exposición con las obras del artista Juan Garaizabal.
Se trata de un conjunto de doce esculturas que recuperan los elementos arquitectónicos desaparecidos de diferentes ciudades como Berlín, Venecia, Seúl, etc…, siempre manteniendo una relación armoniosa con el contexto en el que se emplazan. Si bien todas las obras son monumentales se adecuan perfectamente al paisaje de esta huerta tan particular y única. Cabe destacar los materiales utilizados como el acero, el ladrillo, la madera y el hormigón que permiten al artista explorar diferentes técnicas como el forjado, la carpintería, la electricidad y la albañilería, destacándolo como un escultor ecléctico.
Gracias a esta exposición surge además un diálogo con la obra más reciente del artista, La puerta de San Martín, que también puede verse en el marco del Hay Festival y que pasa a formar parte de sus ya conocidas Memorias urbanas.
En el marco del festival OFF de la vigésimo primera edición de PHotoEspaña, la Galería Alvaro Alcázar presenta, por primera vez en nuestro país, la exposición Corps de style del fotógrafo francés Julien Spiewak. Desde el año 2005 el artista ha estado desarrollando la serie Corps de style en interiores de museos y colecciones privadas de Francia y el extranjero. Se podrán ver catorce fotografías y doce estudios de esta serie en la que elabora un inventario preciso, con detalle, donde diversas partes del cuerpo quedan integradas en las decoraciones. Así, existe en el enfoque del artista esta combinación entre el proyecto y la realización, entre el modelo y la decoración. Además, otorga una brizna de fantasía a su obra para configurar un universo fotográfico propio.
La Galería Alvaro Alcázar invita a la reflexión con Una tregua, una exposición colectiva que reúne a ochoa rtistas nacionales e internacionales: Eduardo Arroyo, Simon Edmondson, Kepa Garraza, Nigel Hall, Peter Krauskopf, Antonio Murado, Guillem Nadal y Udo Nöger.
En un período acelerado en el que priman la inmediatez y el bullicio, las obras presentes en esta muestra versan sobre la importancia del sosiego y la quietud tanto en la vida como en el arte. Para que las ideas se desarrollen deben reposar en un lugar metafórico donde no sólo tiene cabida la producción, sino también la meditación.
Así, los momentos de calma son necesarios para retomar cualquier actividad. A través de diferentes géneros, técnicas, temáticas y estilos los artistas de Una tregua proponen espacios físicos o mentales para encontrar el descanso o el silencio y evidencian que para moverse con fuerza es imprescindible parar.
“Somos los bárbaros de nuestro hábitat” (Lengua de tierra, Iván de la Nuez).
La Galería Alvaro Alcázar presenta la exposición individual Guillem Nadal. Obras recientes, en la que reúne los últimos trabajos plásticos del artista mallorquín. En su exploración constante, Nadal propone cartografías sin principio ni fin que sitúan al espectador frente al abismo. El viaje es el hilo conductor de estas piezas que originan lugares experimentales de transición. El viaje, como vivencia y como metáfora, supone una huella que conecta con la memoria; un sedimento que invita a la introspección.
Así, los lienzos, las tablas y los papeles que se muestran constituyen elementos únicos de un laberinto por el que adentrarse. En las obras de esta exposición Guillem Nadal atiende a las indicaciones que ofreció Kavafis en el poema “Ítaca” y “pide que el camino sea largo”.