5 – 9 DE MARZO DE 2025
Stand #7A13
Para ARCO 25 presentamos “Del museo a ARCO”; un proyecto que nace de invertir el flujo natural de la feria, por el que habitualmente las obras van del stand de ARCO a las instituciones, museos o colecciones. A la vez se reflexiona sobre cómo la historia del arte está presente en muchos artistas contemporáneos, tal y cómo ha ocurrido a lo largo de los siglos. Recordemos, por ejemplo, al Greco con Plinio el Viejo, o a Velázquez con Tiziano y su retrato del Papa, que a su vez siglos después reinterpretó Francis Bacon. La galería ha planteado este reto a varios de sus artistas, algunos de los cuales ya habían explorado esta idea, mientras que para otros ha supuesto una nueva línea en su trabajo.
Artistas como Eduardo Arroyo, para quién el arte fue su gran pasión y el Museo del Prado uno de sus lugares favoritos, se inspiró con frecuencia en otros artistas como Picabia, Velázquez, o en este caso Guido Reni. Arroyo reinterpretó la Cleopatra que realizó Reni en pleno Barroco y que alberga el Museo del Prado. Nacho Criado, otro de los grandes del S.XX español, tuvo a Marcel Duchamp como uno de sus referentes y a él dedica esta obra, una interpretación de La Boîte-en-valise, en la incluye referencias a alguna de sus obras más célebres. El artista holandés Pim Palsgraaf destaca por su instalación en gran formato, donde explora temas de decadencia y expansión urbanas y como en todas sus obras, sugiere el crecimiento descontrolado de las ciudades, justo lo contrario de la pintura que evoca: “La Escuela de Atenas” de Rafael de Sanzio, fresco que decora Stanza della Segnatura y cuya arquitectura se adscribe al estilo clásico más puro. De holanda es también la obra que ha escogido Kepa Garraza, quién basa habitualmente parte de su discurso en la representación de mandatarios y líderes políticos a lo largo de la historia. En esta ocasión, toma como referencia a Rembrandt y su célebre retrato colectivo del «Gremio de pañeros», del Rijksmuseum de Ámsterdam y se inspira esta vez en la “nueva clase burguesa” y en su anhelo de crecer socialmente.
El pintor Simon Edmondson ha vuelto al Museo del Prado y cómo hizo con la obra de Velázquez en etapas anteriores de su carrera, ha escogido La Anunciación de Fra Angelico para rendir homenaje. Simon ha destacado de esta obra maestra que rompió moldes en su época, además de por el tratamiento iconográfico combinando Nuevo y Antiguo Testamento, por su tratamiento técnico, destacando la atmósfera y composición representadas por el fraile florentino renacentista. Por su parte, el artista Ariel Cabrera ha viajado al Museo de Orsay parisino para escoger una de sus obras más célebres, el “Desayuno sobre la Hierba” de Édouard Manet. Cabrera se sirve de esta obra, como excusa para introducir sus característicos personajes cubanos extraídos de contextos aparentemente inconexos a modo de escenografía en una misma escena.
Finalmente, cabe destacar la obra escultórica del stand. Por un lado Jose Cháfer, quién ha elegido “Las Majas”, que pintó Goya a principios del S. XIX por encargo de Godoy. El escultor madrileño interpreta a ambos personales, en piedra calatorao y madera de álamo negro maciza, empleando sus características curvas y contracurvas. Se trata de dos piezas que forman parte de la colección “Pieles”, proyecto en el que Cháfer dota a sus obras de una “piel” que envuelve las anteriores esculturas, las cuales considera el alma de su trabajo. El escultor busca darles un cuerpo sólido y rotundo, enfocándose en las tensiones y las masas. Finalmente, el escultor Francisco Leiro, quién colabora con la galería por primera vez, presenta un personaje mitológico, Baco, representado hasta la saciedad desde tiempos clásicos. En este caso, Leiro se ha basado en la forma del tronco para configurar la pose del Baco, si bien ha tenido presente, entre otras, la escultura del “Fauno Ebrio” de Anónimo romano del S. I, expuesta en el Museo Arqueológico Nacional, o en el propio Miguel Ángel.
Este proyecto no solo resalta la conexión entre épocas, sino que también invita a reflexionar sobre el impacto duradero de los maestros en las prácticas artísticas actuales, enriqueciendo así el diálogo entre el arte contemporáneo y lo clásico en el contexto de ARCO.
Junto el Stand, la galería presenta un solo Project del artista David Nash (Esther, UK, 1945), quien, con más de 40 años de carrera, esta considerado uno de los principales representantes del Land Art británico. En este caso, es un project dedicado al dibujo, disciplina que ha sido siempre importante de la producción de Nash y con el que documenta además, todo su proceso creativo. Su técnica consiste en aplicar el pigmento crudo directamente sobre el papel, incorporando halos de color alrededor de la forma principal. Si bien predomina el color negro carbón, en ocasiones incorpora otros tonos de la naturaleza, que aluden por ejemplo al cambio de color de las hojas de roble según el mes o la estación del año; como ocurre en Oak Leaves Through May, donde pasa de naranja a amarillo y a verde brillante.
Madrid, febrero 2025
UN ESPACIO
12 noviembre 2024 – 17 enero 2025
La galería Álvaro Alcázar presenta, a partir del próximo 12 de noviembre, la exposición “Un espacio”, una muestra colectiva que gira en torno al amplio término “espacio”. Un total de dieciséis artistas, entre pintores, escultores y fotógrafos, se dan cita aquí para mostrar cada uno un espacio significativo para ellos o, simplemente, su visión de este concepto, que se manifiesta en múltiples dimensiones: desde el espacio interior de la psique humana hasta el vasto exterior de la naturaleza y el entorno urbano.
Para esta exposición, la galería ha contado con artistas de la casa como Jose Cháfer, Kepa Garraza, Guillem Nadal, Antonio Murado, Eduardo Arroyo, Rafael Canogar, Peter Krauskopf, Mari Puri Herrero, Juan Gopar o José Luis Serzo. Además destaca la presencia de otros artistas invitados, como Paz Juristo y Anuca Aisa, María Carrión, Jude Castel y el holandés Pim Palsgraaf.
Uno de los “espacios” a los que más han recurrido los artistas en esta exposición es el exterior. Para Juan Gopar por ejemplo, la isla de Lanzarote es su espacio vital y todo lo que en ella acontece lo incorpora en su plástica. Los líquenes del volcán de la Corona, espacio al que el artista acude con frecuencia, son la fuente de inspiración del artista en la obra presentada. Para Eduardo Arroyo, “la Muezca”, una montaña situada frente a su casa de Robles de Laciana, fue un lugar especial que pintó en numerosas ocasiones y en diferentes épocas del año, hasta el punto que su deseo fue ser enterrado con vistas a ella. La naturaleza es para David Nash su “espacio” por el excelencia, pues toda su obra hace referencia a ella, o se sirve de elementos propios del espacio natural para crear sus esculturas y dibujos, como en Castle I. Jardín azul, de Mari Puri Herrero nos traslada, como ocurre con la mayoría de su producción, a espacios importantes en la vida de la artista, como Menagaray, Bilbao o Madrid, lugares de los que se sirve para ilustrar su pintura.
La fotografía de paisajes y escenas urbanas, como las del metro de Sevilla o los edificios de Nueva York, nos confronta con la dinámica del espacio público. Estas imágenes capturan la vida cotidiana. A través de la lente, el fotógrafo se convierte en un narrador que transforma un simple instante en una narrativa visual. Es el caso de Paz Juristo, quién presenta la imagen de un rascacielos neoyorquino y Anuca Aisa, que aporta una obra de su serie “subsuelos”. María Carrión también fotógrafa, capta en este caso la majestuosidad de unas cataratas, evocando un espacio natural donde el agua y el paisaje se funden, generando una sensación de calma y esplendor.
El francés Jude Castel representa, desde su particular uso del bolígrafo Bic azul, distintos espacios urbanos y de arquitectura que le llaman la atención en sus frecuentes viajes. En esta ocasión, el espacio expositivo del Centro Botín, en Santander, capta su interés, por su imponente arquitectura. Antonio Murado explora el concepto de «espacio exterior» a través de paisajes que oscilan entre lo figurativo y lo abstracto. Sus paisajes constituyen una parte fundamental y reconocible de su célebre trayectoria, en la que investiga con diferentes materiales para lograr sorprendentes resultados mediante veladuras.
Para el mallorquín Guillem Nadal “un espacio” es introspectivo. A través de la creación de formas curvas en su obra, subyace la idea de isla. Si bien, no se refiere a la isla donde Nadal nació y reside, sino que alude a un recorrido sentimental como metáfora de la vida, un camino que regresa al punto de partida y finalmente, a la posibilidad de construir tu propia isla. Peter Krauskopf se centra en el espacio propio de sus obras. En sus “Shadowpieces” indaga en los espacios de luz y sombras que deja en sus obras. Con su plasticidad, los cuadros de Krauskopf asignan ineludiblemente un lado u otro al espacio que tienen delante. La mayoría de las veces, el pintor -y más tarde el espectador- se coloca en una posición desde la que la luz parece emanar más allá del lienzo.
En el ámbito tridimensional, la obra de Jose Cháfer destaca por su estudio de la figura y la curva en el espacio. Sus esculturas colgantes desafían la gravedad y transforman la percepción del espacio físico. Esculturas vivas que se mueven, producen sombras, dando vida al espacio que ocupan. Por su parte, Kepa Garraza, en su faceta de escultor, presenta la figura en impresión 3D de un manifestante, correspondiente a su serie de “Let’s Set the World on Fire”. En ella, el artista explora las calles como espacio de protesta y reivindicación de sus “héroes urbanos”. El holandés Pim Palsgraaf se sumerge en espacios vacíos: viejos pasillos y techos a punto de derrumbarse, donde la naturaleza interviene para tomar el relevo. Su trabajo se inspira en la decadencia y las irregularidades de la ciudad, explorando la discordia entre naturaleza y urbanidad. La obra de Palsgraaf es el resultado de una investigación sobre la erosión del centro de la ciudad.
Para José Luis Serzo, un espacio es el teatro, tal y como se evidencia en “Sr. Teatrorum”. Las referencias teatrales en sus obras son infinitas, ya sea de forma explícita o a través de telones, máscaras o vestuarios diversos. Este espacio le conecta directamente con su infancia, ya que creció entre bambalinas junto a su madre, directora de teatro, y comenzó a generar escenografías y mundos desde sus primeros pasos.
Finalmente, Rafael Canogar utilizó en los años 90 papel encolado para realizar sus obras, lo que se relaciona de manera significativa con el concepto de espacio. En estas piezas, Canogar juega con la tridimensionalidad y la bidimensionalidad, creando piezas que parecen interactuar con el espacio que las rodea. El papel encolado permite que las obras se expandan y se transformen, generando texturas y formas que alteran la percepción del espacio.
En conjunto, estas obras nos muestran que el espacio no es solo un contenedor, sino un elemento dinámico que influye en nuestras emociones, percepciones y relaciones. La exploración del espacio en el arte contemporáneo nos invita a cuestionar no solo cómo ocupamos el mundo, sino también cómo el mundo nos ocupa a nosotros.
17 – 20 de octubre 2022
Stand #5C03
La galería Álvaro Alcázar vuelve en una nueva edición a la Feria de Estampa, celebrada en Madrid del 17 al 20 de octubre. En esta edición presentamos la obra de Luis Canelo, Mari Puri Herrero, Juan Gopar, Antonio Murado, Rebeca Plana, Juan Garaizabal, Guillem Nadal, David Nash, José Luis Serzo, Andrei Roiter y Ariel Cabrera.
CRISTINA BABILONI – AQUARIUM
12 de septiembre – 23 de octubre de 2024
La galería Álvaro Alcázar presenta en esta edición de Apertura la exposición Aquarium, de la artista de Castellón, Cristina Babiloni. Tras el éxito de sus dos exposiciones individuales en Nueva York y Andorra, la artista se da cita en Madrid con una gran muestra en la que presenta su obra más reciente. Babiloni se mantiene fiel a la temática del mar en esta exposición, a través de la cual pretende, impulsada por su preocupación por el medio ambiente, acercar la naturaleza marina a la ciudad de Madrid, un lugar sin mar, ofreciendo una experiencia inmersiva y reflexiva.
La muestra se articula en torno a dos partes diferenciadas. Por un lado las arpilleras en gran y medio formato, donde la artista consigue, gracias a sus cargas con pigmentos y otros materiales, reproducir los fondos marinos y arrecifes de coral que invitan al visitante a sumergirse en las profundidades marítimas, casi de forma literal. Si bien en esta ocasión, partiendo de su estilo previo característico, Babiloni incorpora en estos nuevos ecosistemas una paleta de colores cada vez más rica y reduce en cierta medida la carga matérica. El uso de materiales como los acrílicos, arenas, madera o arpillera se convierten en aliados de Babiloni para formar, por medio de esta simbiosis sobre el lienzo, composiciones resistentes. Por otro lado la artista nos trae un elenco de coloridos peces realizados con materiales encontrados sobre metacrilato, técnica esta innovadora de la carrera de la castellonense. Esta experimentación técnica añade una nueva dimensión a su obra, destacando su constante búsqueda de nuevas formas de expresión artística.
Como psicóloga, Babiloni toma la destreza artística como una herramienta capaz de devolver el equilibrio mental a las personas. En sus palabras “el poder de la admiración siempre genera bienestar”, por ello, pese a que cada una de sus pinturas sea diferente, todas ellas funcionan como un vehículo que incita a la meditación por medio de la inmersión en lo natural. La cromoterapia se fusiona con la pintura para influir en el estado anímico de quien contempla su trabajo. En este caso, el medio natural no solo le permite realizar una introspección a su mundo interior, tanto el resultado como el proceso es una cura para las molestias del alma.
Esta fuerte conexión entre su trabajo y el medioambiente se basa en la fascinación, pero también es fruto de una conexión emocional. Este medio permite a la artista reflexionar sobre el mundo que nos rodea; un espacio cargado de pureza que a toda costa debemos preservar. Babiloni afirma que “somos naturaleza”. Por ello, sentirse emocionalmente en este entorno es fundamental, el arte es el medio y el sentido de este proyecto cuenta además con una explicación terapéutica. La imitación de los elementos naturales no solo es cromática, los volúmenes superpuestos y los juegos de texturas crean un contraste de luces y de sombras que hace que las pinturas florezcan. Así, la recreación de fondos marinos, mantos fluidos que imitan al magma o piezas llenas de composiciones orgánicas hacen que el espectador se sumerja en estos “entes vivientes”.
ANTONIO MURADO
30 de julio- 15 de agosto
Club náutico de Ribadeo, Lugo
El Club Náutico de Ribadeo presenta a partir del 30 de julio una exposición monográfica de Antonio Murado. Su comisario, Álvaro Alcázar ha seleccionado una treintena de tablas realizadas en los últimos meses que representan pétalos de flores y que, a modo de iconos, apoyan sobre las paredes de la sala de exposiciones del club naútico, creando una suerte de “galería de iconos”.
El conjunto de las tablas presentadas son la muestra de la nueva etapa artística en la que Murado está trabajando y que presentó hace pocos meses en Santiago de Compostela. En ellas se aúnan dos ideas, por un lado introduce el concepto de icono bizantino, por otro rescata la serie botánica, iniciada en los años 90, que es una de las series más conocidas en su extensa trayectoria. Se trata de pequeñas tablas de en torno a los 35 cm de altura en cuyo interior se disponen pétalos y flores en reservas. La idea de icono viene precisamente, por su pequeño tamaño y por la disposición de las flores y el lugar que ocupan en el espacio. Su cómodo tamaño las hacen ideales para poder transportarlas de un lugar a otro con facilidad.
Estas pequeñas “tablas devocionales” que presenta Murado cambian la figuración religiosa propia del icono por grandes pétalos o flores en su interior, dispuestas en una reserva blanca, variable en proporciones. Esta temática nos lleva directamente a los años 90, momento en que Murado, guiado por su afán de experimentación técnica, se inició en la iconografía botánica. Si bien no es el tema en sí lo que interesa al artista realmente, sino la propia técnica y el comportamiento de los materiales empleados. Murado emplea aquí la técnica del soplado, fórmula a la llegó casi por azar, experimentando con la densidad del óleo y soplando en una sola dirección. El resultado fue el que aquí vemos, formas que nos remiten a pétalos que parecen flotar sobre fondos semitransparentes, creando una pintura, donde, como él ha señalado en alguna ocasión “todo es abstracto y figurativo a la vez”.
Con todo ello vemos como Murado reinterpreta el concepto de icono. Las obras expuestas, aunque pequeñas en tamaño, encierran un simbolismo que trasciende su apariencia y al igual que los iconos bizantinos, estas tablas devocionales invitan a la contemplación. La exposición no solo destaca la habilidad técnica de Murado, sino también su capacidad para reinventar y renovar su propio lenguaje visual. Al rescatar la iconografía botánica de los años 90 y fusionarla con la estética y el concepto de los iconos, el artista nos ofrece una visión contemporánea y personal. En definitiva, las tablas de Antonio Murado no solo son transportables en el sentido físico, sino también en su capacidad para llevarnos a un viaje introspectivo, donde la técnica, la tradición y la innovación se encuentran.
Descargar catálogo de la exposición.
FEET ON THE FLOOR
Junio-julio 2024
La galería Alvaro Alcázar presenta la exposición colectiva Feet on the Floor, en la que participan artistas representados por la galería en sus disciplinas, principalmente pintura y escultura. Algunos de estos artistas con Jose Cháfer, Jude Castel, Peter Krauskopf, Mari Puri Herrero, Ariel Cabrera, Rafael Canogar, Guillem Nadal, Eduardo Arroyo, Antonio Murado o Juan Garaizabal.
BAD + 2024
La galería Álvaro Alcázar participa un año más, en la nueva Edición de la feria BAD en Burdeos, Francia. Para esta ocasión, la galería propone un stand formado por la obra de diversos artistas nacionales e internacionales.
Esculturas de David Nash, Pim Palsgraaf y José Cháfer irán acompañadas de cuadros elaborados por Antonio Murado, Simon Edmondson, Ariel Cabrera, Rebeca Plana y Rubén Tortosa entre otros. Con este ensamblaje de obras, distintas temáticas como la naturaleza, el ocio, y lo abstracto darán vida a un stand cargado de color.
Los elementos naturales de Nash se cohesionan con la escultura de madera de fresno de Cháfer, cuyas curvas evocan los surcos trazados en la pintura de Wolfgang Flad. En cuanto a las pinturas, las flores etéreas de Antonio Murado compuestas por veladuras se conectan con las transparencias de Simon Edmondson. Este último ha presentado dos cuadros que rinden homenaje a los estudios; espacios de introspección y expresividad para el artista. Esta idea no es la única conceptual del stand. Con enormes esculturas que reflexionan sobre la decadencia del mundo moderno, Pim Palsgraaf da vida a las ruinas urbanas para producir un contraste entre lo humano y la pureza de lo natural. Por otro lado, Rebeca Plana y Rubén Tortosa también exploran lo conceptual, en este caso con su obra “Debe/haber”, en la que el lenguaje colabora con la abstracción para resignificar los conceptos. Además, esta idea se alinea con la obra representada por Ariel Cabrera, quien transforma la realidad a través de un prisma histórico y cultural para recrear los espacio cotidiano desde una nueva perspectiva.
En definitiva, nuestra propuesta reúne el trabajo de distintos artistas para destacar la capacidad expresiva y simbólica de cada uno. La suma de las partes hace de nuestro stand una colección de ideas que convergen en un diálogo visual, invitando al espectador a explorar las múltiples capas de significado presentes en cada obra.
MARI PURI HERRERO: EL COLOR DE LOS DÍAS
13 de abril
El 13 de abril la galería Alvaro Alcázar presenta la exposición monográfica El color de los días, de la artista Mari Puri Herrero (1942, Bilbao), donde se aborda la producción más reciente de esta veterana pintora. La muestra reúne alrededor de una treintena de obras sobre papel, que nos sumergen en un mundo donde el pigmento, la naturaleza y lo enigmático son los protagonistas. Gracias a su gran dominio técnico, la artista logra elevar el soporte papel a la categoría de la pintura más refinada, convirtiendo así, dibujo y pintura, en una misma cosa.
La obra de Herrero presentada ha sido realizada durante los últimos tres años y supone una continuidad en su dilatada carrera, siguiendo fiel a su estilo caracterizado por las constantes referencias a la naturaleza, el paisaje, pero también la figura humana. Los papeles recogen imágenes de la cotidianidad que también conviven con la disparidad de los sueños. Referencias que rozan la abstracción y están envueltas en un halo de misterio y silencio. Mari Puri bebe una vez más de sus vivencias o lugares personales como en el caso de Menagaray, en Álava o Bilbao o Madrid.
Es en este universo fantasmagórico donde la artista convierte el color y el dibujo en los principales aliados de su obra. Distintas tonalidades de negros, azules, naranjas, morados y brillantes rojos se asocian con la técnica para retar a lo real. Dando igual importancia al método y a la forma, el dibujo también se suma a la causa. En este caso, el automatismo de la técnica da vida a las figuras y el color eleva las obras a la esfera del surrealismo con tintes expresionistas. Herrero se revela una vez más como excelente dibujante, poniendo mucha atención al detalle, desde la elección del papel artesanal, el tema y sobre todo, el tratamiento del dibujo. Asimismo, llama la atención el formato vertical que presentan mayoritariamente los papeles y que se acentúa con el contenido mismo de las obras; altos cipreses, alargadas siluetas humanas o pequeños fragmentos de papel pegados a modo de collage, que adoptan formas fusiformes y parecen elevarse.
Es una oportunidad para ver la obra de esta artista, como antesala de la próxima gran exposición retrospectiva que prepara Museo de Bellas Artes de Bilbao.
BREVE BIOGRAFÍA
Mari Puri es una de las artistas vivas con más renombre en la escena vasca. Desde su formación, ha vivido en lugares como Amsterdam, París o Madrid, si bien nunca dejado de lado la vida retirada en la naturaleza. Con 17 años se trasladó a Madrid para formarse en talleres de grabado, dibujar al natural en el Círculo de Bellas artes e impregnarse de arte en los diferentes museos de la capital. En 1966 recibió una beca de la Diputación de Bizkaia y del Gobierno holandés para continuar sus estudios en Amsterdam, particularmente en la Rijksakademie. Tras conocer allí la obra de grandes artistas, antiguos y actuales, su trabajo adquirió un sentido más simbolista y después de su estancia en París y con su vuelta a España, comenzó una intensa actividad expositiva, tanto de pintura como de grabado. Hasta recientemente ha continuado con largas estancias temporales en París. Ya sea como pintora, grabadora o escultora, Mari Puri Herrero se ha convertido en una creadora destacable a nivel nacional.
En Madrid, abril 2024
REBECA PLANA: UNTDELEMN
19 de abril hasta el 23 de junio
La Fundación Chirivella Soriano y el Consorci de Museus de la Generalitat Valenciana se complacen en presentar la exposición «Untdelemn», una muestra que invita a sumergirse en el universo artístico y espiritual de la artista valenciana Rebeca Plana (Albalat de la Ribera, 1976). Bajo la dirección del comisario Álvaro Alcázar, esta exposición estará abierta al público desde el 19 de abril hasta el 23 de junio en el Palau Joan de Vaeliona, un espacio emblemático de la arquitectura gótica civil valenciana.
La exposición toma su nombre de «Untdelemn», una palabra que, aunque procede del rumano antiguo y hace referencia al aceite más exquisito, utilizado en rituales de purificación. Para Rebeca Plana, «Untdelemn» se convierte en una metáfora del acto de «pintar desde el alma», donde la pintura no solo calma y sana, sino que también activa su sistema nervioso. La muestra presenta alrededor de 60 obras, la mayoría creadas recientemente y especialmente para esta exhibición. Estas obras reflejan una etapa vital en la carrera de la artista, marcada por la madurez biológica y mental, así como por la superación personal. Pero además es un diálogo entre diferentes formas de arte; música, literatura y escultura convergen en las obras de Rebeca, enriqueciendo su significado y profundidad. La influencia de artistas como Franco Battiato, Konstantínos Kaváfis y David Nash se hace evidente a lo largo de la exposición, añadiendo capas de interpretación a cada obra.
El estilo distintivo de Rebeca Plana se caracteriza por una abstracción depurada y una paleta de colores sutiles. Sus obras están marcadas por trazos enérgicos, dinámicos y expresivos, que revelan una combinación única de premeditación e improvisación. Esta muestra representa una evolución en su estilo, destacando una mayor simplicidad y esencialidad en su trabajo, sin perder la profundidad y la intensidad que la caracteriza. Esta muestra marca un hito en su carrera y representa una celebración de una década de creatividad y exploración artística.
Sobre la artista:
Rebeca Plana (Albalat de la Ribera, 1976), es licenciada por la Facultad de Bellas Artes de San Carlos de Valencia en 2000. Obtiene Matrícula de Honor en proyectos fin de carrera especialidad pintura. Completa su formación en la facultad de Bellas artes de Lisboa y en el Colegio de España en Paris. Desde que terminó sus estudios ha participado en residencias artísticas y recibido premios y becas como la beca Habitat Artistic (Ayuntamiento de Castellón – EACC), la beca de residencia del Piramidon (Barcelona), la beca de la Fundación O Barco de Valdeorras (Orense), la beca de residencia del Museo Picasso (Málaga), beca de la Fundación Rodríguez Acosta, y premios como el Senyera de pintura de Valencia, Ateneo mercantil de Valencia, o la mención de Honor en el premio BMW.
El trabajo de Rebeca Plana también ha sido mostrado en exposiciones individuales, en museos y galerías, como es el caso de la Sala Gallera (Valencia), la Galería Fernando Latorre (Madrid) o Galería Punto (Valencia), además de Colegio de España en Paris y la Real Fábrica de Tapices. Ha participado en diversas exposiciones colectivas en espacios como el IberCaja Zaragoza, Casa de Vacas Madrid, o la Fundación Antonio Pérez de Cuenca. También participa activamente en ferias junto a las galerías que la representa en Ferias de Arte Contemporáneo como JustMad (Madrid), ARCO (Madrid), Gante Artfair (Bélgica).
6 – 10 de marzo de 2024
Stand #7A13
La galería Álvaro Alcázar participa un año más, en la nueva Edición de la feria ARCO, tal y como lleva haciendo desde su nacimiento en 2006. Para esta ocasión, la galería propone un stand dividido en tres partes diferenciadas:
En primer lugar, una pared exterior que muestra la serie “Las Virtudes Cardinales” de Rafael Canogar. Este artista es el único miembro vivo del grupo el Paso (1957-1960) y su legado sigue otorgándole a sus 88 años un gran reconocimiento a nivel nacional e internacional. En particular, para esta edición Canogar ha elaborado cuatro pinturas de gran tamaño: Fortaleza, Justicia, Templanza y Prudencia, hechas en honor a las virtudes mencionadas en la República de Platón y cuyo motivo también remata la recientemente restaurada Puerta de Alcalá de Madrid.
En segundo lugar, la galería ofrece un stand de 65 m que agrupa una decena de obras unidas por un misma temática: la eritropsia. Este concepto alude a una alteración temporal de la vista en la cual, las personas afectadas lo ven todo a través de un filtro rojizo. De esta forma, este apartado busca acercar al espectador a lo que sería ver “la vida de color rojo” a través del trabajo de artistas conectados por esta tonalidad. Para ello permanecerán exhibidas esculturas como las del artista Jose Cháfer, quien utiliza madera de secuoya roja, Kepa Garraza que presenta uno de sus héroes urbanos o la vista oculta de San Pedro de Juan Garaizabal. En el campo de la pintura, las obras de Jose Luis Serzo, Antonio Murado, Peter Krauskopf o Cristina Babiloni también se unen a la temática rojiza junto con las propuestas en papel de Mari Puri Herrero, Rebeca Plana y el británico Simon Edmondson. La mayor parte de ellos son artistas que han creado obras específicamente para la ocasión. De los ya fallecidos, Eduardo Arroyo y Nacho Criado, se han seleccionado algunas de sus obras más icónicas que se adaptan a las tonalidades de esta temática.
Finalmente, al stand principal se suma el Solo Show del escultor David Nash, quien es considerado como uno de los artistas punteros del Land Art Británico. Para ello, este espacio está conformado por esculturas verticales de madera, un modelo típico en la producción del artista, dispuestas en lo que el autor concibe como un “bosque natural”.
Agradecemos la ayuda del ministerio de cultura para la realización de esta actividad.
Actividad subvencionada por el Ministerio de Cultura.
JUAN GOPAR: LA ISLA TALLER
25 de enero- 16 de marzo
La galería Álvaro Alcázar inaugura el próximo 25 de enero La isla taller de Juan Gopar, en la que el artista de Lanzarote vuelve a Madrid con una gran exposición monográfica, justo cuando se cumplen 30 años desde su última muestra en Madrid, en la galería Gamarra y Garrigues. Se trata de la primera exposición individual de Gopar en nuestra galería y con la que se incorpora a la nómina de artistas representados.
La exhibición presenta una colección de pinturas, esculturas y obras en papel creadas en la isla de Lanzarote entre 1994 y 2021. Estas obras no solo reflejan el compromiso de Gopar con el arte, la cultura y la historia de las islas, sino que también exploran la intersección única entre su arte y los objetos encontrados en las orillas, arrastrados por las corrientes oceánicas. La yuxtaposición en la obra de Gopar entre la pintura y estos objetos revela fuerzas de crecimiento, naufragios y catástrofes.
La isla taller se construye como un ecosistema poético en el que lo real y la imaginación creativa entrelazan sus raíces en una simbiosis fascinante. Como ocurre con los líquenes, esos organismos que surgen de la colaboración entre hongos y algas unicelulares, y que desde unidades mínimas cubren territorios amplísimos, la obra de Gopar reúne lo micro y la macro, desde la orilla insular a las enormes estancias del cosmos. Se trata de la grandeza de lo breve, que de forma tan brillante expresó Espacio de Juan Ramón Jiménez. La dualidad de la inmensidad y la pequeñez, un ciclo eterno de unión y desunión que se imanta siempre hacia el origen. Esta dinámica de contrarios no hace otra cosa que volver a la idea de que la unidad nace de la dualidad, un principio que resuena en la existencia ambigua de la pintura, suspendida siempre entre el interior y el exterior, entre lo eterno y lo efímero, entre su propia materialidad y lo real. «Los dioses no tuvieron más sustancia de la que tengo yo», dice el poema de Juan Ramón. Pero aquí, en La isla taller, el «yo» no es otro que la propia pintura. En las cabañas tituladas Metáforas —en Gopar estas «arquitecturas» deben ser comprendidas como «pintura liberada»— esa idea aparece de un modo muy rotundo: la forma se encarna en su propio significante. Dice Manuel Padorno: «Hermoso taller el mío: la isla»
Vivir se revela así como un acercamiento hacia el centro, hacia la piedra: todo lo que ocurre tiene lugar dentro de una totalidad —lugar y tiempo— que es a la vez nuestra conciencia. Lo que sucede en nosotros resuena en las esferas y lo que sucede en las esferas vibra en nosotros. Nuestros ojos son, así, los ojos del cosmos: los ojos con los que el cosmos se ve. Lo que vemos es, por tanto, la conciencia del universo. En ese mecerse hallamos una danza propia, el sello del ritmo que nos define: entre la morada interior y el epicentro de nuestra experiencia. En la serie Walkabout (Los trazos de la canción) lo pequeño se une a lo grande en una resonancia interminable: la superficie de color se transforma en profundidad, se vuelve espejo estelar. El espectador se mece en ese ritmo que es a la vez íntimo y universal. Una totalidad donde cada acontecimiento, como en el liquen que abraza rocas y árboles, florece y contribuye a la riqueza del conjunto.
La galería Álvaro Alcázar presenta la exposición monográfica del artista moscovita Andrei Roiter (1960), una muestra que alberga cerca de una veintena de obras, realizadas en los últimos años, que comprenden pinturas y una escultura. Tras doce años de su exposición en la Galería Fúcares, el artista regresa a Madrid con una gran exposición que podrá visitarse hasta mediados de enero de 2024 en la galería Álvaro Alcázar.
La obra de Andrei Roiter es un compendio de toda una serie de vivencias y experiencias personales que se remontan a su juventud -marcada por el totalitarismo soviético- y se extienden hasta el actual clima político global. Cuestiones como la emigración, el exilio voluntario y la búsqueda de la propia identidad, están presentes en el repertorio iconográfico del artista, bien de forma explícita o como referencia simbólica. Así, uno de los elementos que Roiter más repite es el cuadrado con el círculo en el centro, como en Opening #2, #3 o #4, donde el artista nos habla de apertura y huida. Una de sus obras favoritas de su viejo amigo, Ilya Kabakov, es «Man Who Flew into Space from His Apartment» (El hombre que voló al espacio desde su apartamento), la instalación que incluye un agujero en el techo de un apartamento por el que el ocupante se eyectó al espacio. Roiter se relaciona autobiográficamente con la obra, ya que él mismo huyó de Rusia a finales de los 80. Roiter también se inspira en otros artistas que interactúan con los límites espaciales, como Lucio Fontana o Gordon Matta-Clark, quién utilizaba edificios vacíos como medio para abrir enormes agujeros en sus fachadas, dejando vacío en su interior. En el caso de Roiter, sus rupturas iluminan un espacio oculto y metafísico tras el lienzo.
Las cajas de cartón o de mudanza (Yellow Tower, Spire) son también constantes en su obra, formando a veces burdas maquetas de edificios que parodian grandes torres empíricas como el Empire State Building o el Kremlin. La arquitectura es precisamente otro de sus temas más reiterados (Ivory Tower), pues hay que recordar que se formó durante algunos años en esta disciplina.
Desde una perspectiva formal, la obra de Roiter se caracteriza principalmente por su dominio técnico y por la austeridad que envuelve las formas y la paleta, limitándose prácticamente a verdes, sepias, rojos y pardos. En general son colores oscuros y apagados, bajo los que subyace la melancolía del artista y donde sin embargo, persiste la presencia de una delicada luminosidad.
Andrei Roiter desnuda sus sentimientos en esta exposición, sentimientos que, como él mismo ha señalado, representan experiencias universales complejas como la soledad, la falta de fundamento y la fragilidad. Los objetos de sus cuadros son retratos simbólicos y metafóricos de aspectos humanos, brillantemente ejecutados.
La Galería Álvaro Alcázar presenta la exposición Zonas Húmedas, una muestra monográfica del artista cubano Ariel Cabrera Montejo, que cuenta con alrededor de una veintena de pinturas realizadas en los últimos meses para esta exposición. Se trata de un derivado de las series que conforman toda su trayectoria artística, aunando por un lado diversos sucesos relativos a la memoria cubana, con la revisión de arquetipos masculinos de poder tradicionales, todo con un leitmotiv: el placer.
La composiciones de Cabrera encierran un sinfín de mensajes y significados fruto de la imaginación del artista. A través de un trabajo de reinterpretación y reconstrucción de documentos históricos y archivos, más cercano a un cineasta que a un pintor, Cabrera compone lo que podría parecer un collage entre «recortes» de fotografías en blanco y negro y escenas variopintas de despreocupación y disfrute. De este dualismo resulta su denominado “neohistoricismo” a través del cual Cabrera recrea escenarios teatrales inspirados en acontecimientos del siglo XIX como la Guerra de Independencia de Cuba (1895-1898). Pero los sujetos de Ariel distan mucho de los solemnes y victoriosos “manbises” o personajes heróicos plasmados en pintura isleña tradicional, son más bien héroes anecdóticos, menos militares y más humanos: con deseos carnales, lúdicos y sensuales, alejados del arquetipo militar tradicional. No hay un interés por la precisión y fidelidad histórica, pues los protagonistas de sus pinturas están inspirados en personas e historias reales, con los que ha topado durante sus investigaciones. Lo que encontramos es en todo caso una burla del ceremonial de la Historia, tema siempre sensible para el aparato político y propagandístico de los distintos regímenes.
La obra de Ariel tiene además tintes muy personales, pues bajo ella subyace el interés y conocimientos del artista sobre la historia de su país natal, así como su pasado como coleccionista de pequeñas tablas americanas y europeas del siglo XIX, archivos, periódicos y fotografías antiguas, libros de viajes, su gran pasión por el cine italiano, o su formación en el campo del diseño escénico, todo ello trasladado a su pintura de forma coherente.
Estos elementos, le sirven al artista de recurso formal para desarrollar un estilo que evoca la pintura impresionista de fin de siglo XIX, basado en ricos cromatismos, contrastes de luz y color y diferentes planos. Esta unión entre reconstrucciones históricas verosímiles y arquetipos que remiten a escenarios idealizados de heroísmo y erotismo da vida a un conjunto idílico suspendido en el tiempo. Como en el cine, todo entrelaza en la cabeza del artista.
BIO
Ariel Cabrera Montejo (1982, Camagüey, Cuba) se formó en la Academia de Bellas Artes de Camagüey y en el Instituto Superior de Arte (ISA) de La Habana, Cuba. Actualmente vive y trabaja en Nueva York.
Su pasado como coleccionista de obras de arte, fotografías y documentos de archivo del siglo XIX influyó profundamente no sólo en su estilo artístico y en su técnica pictórica, sino que sobre todo le permitió abrir los ojos a su propia visión de la historia de su país, que durante su infancia siempre había estado mediatizada y modificada por los relatos ideológicos del gobierno cubano. Esto motivó a Cabrera a revisitar la historia adoptando técnicas pictóricas tradicionales con la influencia de referencias artísticas que van desde el Impresionismo hasta las escuelas pictóricas española, italiana y estadounidense del periodo colonial.
Desde 2014 ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas por toda América y Europa. Sus obras se encuentran ubicadas en colecciones tanto públicas como privadas en Cuba, Estados Unidos, México, Colombia, España, Alemania e Italia.
19 – 22 de octubre 2022
Stand #4C03
La galería Álvaro Alcázar vuelve a la Feria de Estampa como cada año, celebrada en Madrid del 19 al 22 de octubre. Para esta edición se han seleccionado un total de 29 obras que estarán ubicadas en el stand #4C03.
En esta edición se da una preponderancia del papel y el lienzo. Destaca la presencia del color azul tan envolvente en la obra de Antonio Murado, que volvería a estar presente en las ruinas de Simon Edmondson, pero además, en el óleo abstracto de Rafael Canogar así como en las dos obras de técnica mixta de Cristina Babiloni ejecutadas sobre arpillera. A través de Peter Krauskopf se presenta ya una transición del azul a otras tonalidades cromáticas en su óleo sobre lienzo de carácter abstracto. Por otro lado, Rebeca Plana presenta mediante expresivas pinceladas dos escenas de diálogo con Nash, también presente en el stand. Con Mari Puri Herrero se daría una emergencia de la figura que continúa con Eduardo Arroyo, de quien la galería presenta tres obras distintas realizadas en la etapa post-exilio de su producción. La obra de Jose Luis Serzo se trata de un retrato en el que se da la representación del teatro, y, por otro lado, las obras de Ariel Cabrera podrían resultar similares a un escenario en el que distintos mundos confluyen y distintas épocas quedan detenidas en el tiempo. Las últimas obras con pintura serían en primer lugar la serie de calaveras de Guillem Nadal y, en segundo, la obra de Wolfang Flad, cuyas formas curvilíneas nos llevarían directamente a la obra escultórica de José Cháfer, quien trae una obra de manera de fresno curvada y otra de madera de álamo negro. Continuando con la línea escultórica está presente Juan Garaizabal con un perfil de la ciudad de Madrid, así como David Nash, que al igual que Cháfer emplea la madera en una de sus obras mientras que la otra es una propuesta en bronce, así como Kepa Garraza, cuya obra contrasta enormemente con las otras dos esculturas y propone una impresión 3D en arena.
La galería Álvaro Alcázar presenta, “Tres maneras diferentes: Udo Nöger, Antonio Murado, Jesús Guerrero,” una exposición colectiva que podrá visitarse desde el próximo 22 de junio, hasta finales del mes de julio. La muestra agrupa a tres artistas con una propuesta pictórica dispar; el gallego Antonio Murado, el alemán Udo Nöger y el venezolano Jesús Guerrero. A través de 26 pinturas realizadas sobre lienzo, tabla, yeso o papel, se ponen de manifiesto los paralelismos y diferencias que ofrece cada artista, cada uno con su propia aportación temática y estética pero que convergen en un lenguaje artístico común; la abstracción.
Antonio Murado (Lugo, España,1964) vive actualmente en Nueva York. La obra aquí presentada es representativa de los distintos estilos con los que se ha expresado a lo largo de su extensa trayectoria, como en el caso de sus “marañas” o “redes”. Murado investiga entre otras cuestiones las transparencias y explora su interés por la naturaleza a través de la materia -sobre lienzo, madera y aluminio- con paisajes y flores y experimenta con las propiedades conductuales de pinturas y barnices.
Por su parte Udo Nöger (Enger, Alemania, 1961), quién trabaja entre EEUU y Ginebra, es conocido como el “artista de la luz”, por capturar efectos lumínicos y movimiento a través de composiciones eminentemente minimalistas. Aparte de las representaciones abstractas de sus primeras obras creadas sobre lienzo y papel hecho a mano, que recuerdan a pinturas rupestres o pictogramas, Nöger es especialmente conocido por sus obras monocromáticas en tonos grises, que emulan una luz propia. El artista consigue este efecto extendiendo varias tiras de tela o lienzo sobre un bastidor, que a su vez han sido pintadas o recortadas previamente.
Para el venezolano Jesús Guerrero (Tovar, Venezuela, 1965), esta es su primera exposición en España, a donde emigró motivado por la crítica situación social y económica de su país natal. Guerrero comenzó su relación con el arte desde niño y ya desde entonces se ha movido en el campo de la abstracción. Su obra se caracteriza por el revisionismo histórico, con una importante influencia de movimientos de vanguardia europea como de Stijl, el constructivismo ruso o el Minimal. Guerrero experimenta con materiales como el zinc, esmaltes acrovinílicos o encerados. «La figura humana fue un reto para mí, pero después sentí que no tenía más que decir con la figura nunca fui capaz de encontrar la psicología del personaje como tema», afirma el artista.
La exposición pone a disposición del visitante gran variedad de trabajos en diferentes formatos y materiales y presenta tres formas de entender la pintura, mediante la exploración de la luz, el color, la geometría o la materia, que aparentemente no tienen mucho en común y que sin embargo, a la vista queda que dialogan a la perfección.
El próximo 20 de abril la Galería Álvaro Alcázar inaugura Cuerpo y Alma, una exposición monográfica donde el artista Jose Cháfer presenta sus últimos trabajos. La muestra presenta alrededor una treintena de esculturas inéditas, en su mayoría piezas únicas, realizadas en piedra, bronce y madera. Además el artista ha incorporado materiales naturales con los que hasta ahora apenas había trabajado, como son el nogal, el quebracho, el álamo negro y el calatorao en el caso de la piedra. Incluye esta exposición una gran variedad tipológica; esculturas de pequeño y gran formato, realizadas en talla directa o madera curvada, así como obras en suspensión, esculturas exentas o dispuestas en la pared.
Para la que es su primera gran exposición monográfica, Cháfer ha sentido la necesidad de compartir una parte conceptual de su trabajo, de ahí su título; Cuerpo y Alma. Así, partiendo de un estilo previo protagonizado por esculturas de recorridos infinitos y que son el alma y esencia de su trabajo, Cháfer da un paso más, incorporando a sus piezas lo que él denomina la “piel” y que resulta en auténticos “cuerpos”. Cuerpos que, en oposición a los conceptos que caracterizan al alma, como la ligereza, infinidad o eternidad, están vinculados a la solidez, lo terrenal y lo mortal. Si bien Cháfer quiere transmitir con sus obras el concepto personal de que “sin alma, no hay cuerpo”, esta exposición ha supuesto también a nivel técnico un reto para el artista, pues ahora explora nuevas formas en su proceso creativo para seguir avanzando en sus estudios.
Más allá del profundo significado que entrañan las obras, desde un punto de vista formal, Cháfer sigue fiel a uno de los elementos que más llaman su atención desde el inicio de su carrera como escultor: las curvas, líneas continuas que cambian constantemente de dirección. Esta vez, sin embargo, a partir de esculturas basadas en el estudio de los recorridos y los vacíos, Cháfer indaga sobre conceptos como la masa y las tensiones, que llaman especialmente su atención porque le permiten entender cómo éstas son capaces de llenar un espacio que antes suponía un vacío.
A lo largo del recorrido expositivo aquí presentado, queda patente cómo a través de la presencia de materiales naturales y motivado por la necesidad de otorgar cuerpo al alma de sus obras, Cháfer mantiene su particular conexión con el medio, algo esencial y presente desde sus inicios.
Del 1 de abril al 26 de mayo, Alvaro Alcázar comisaría la exposición Abstract en la Galería John Holland en Lepe, Huelva. El camino de la abstracción, más allá de la canónica vanguardia europea del siglo XX, ha llevado a los artistas a experimentar con diferentes técnicas y materiales para expresarse. Lo que en esta exposición se pone de manifiesto es que existen multiplicidad de formas de abordar el concepto de abstracción, algunas centradas en representar espacio y luz, otras en la propia técnica, o simplemente persiguen una estética determinada. Pero más allá de las pretensiones formales, la mayoría de artistas aquí presentes, dotan a sus trabajos de un profundo contenido, pinturas y esculturas que nos hablan del sentimiento de su autor, de su relación con la naturaleza, o de su propia existencia.
Se trata de una mezcla heterogénea de artistas, todos ellos representados por la galería, que trabajan distintas disciplinas, como la escultura en el caso Nash o Nigel Hall, pintura sobre tela en el caso de Rebeca Plana, tabla como Guillem Nadal, o papel como Cristina Babiloni. También encontramos heterogeneidad en las nacionalidades de los artistas, pues a los artistas españoles se suman británicos como Nash o Hall o alemanes como en el caso de Wolfgand Flad y Krauskopf. Tampoco son uniformes las distintas trayectorias de nuestros artistas, pues autores como Rafael Canogar, Murado o Edmondson arrastran décadas de experiencia en el panorama artístico español e internacional, mientras que otros como José Cháfer o Rebeca Plana, o Cristina Babiloni representan la firma apuesta de la galería por el arte emergente.
La galería Álvaro Alcázar participa, un año más, en la nueva Edición de la feria ARCO, tal y cómo lleva haciendo desde su creación en 2006. Para esta ocasión, la propuesta gira en torno a una obra central, El mejor caballo del mundo, pintada por Eduardo Arroyo en 1965 y que, debido al reciente fallecimiento de la Reina Isabel II de Inglaterra, es todo un guiño a la actualidad. Se trata de un imponente retrato ecuestre a través del cual Arroyo se perfila como un pintor de corte a la antigua usanza, pero que con la gran ironía que le caracteriza, trata de ridiculizar a quién ha ejercido el dominio sobre el pueblo británico. El pintor se burla así de la función propagandística del arte, que ha tratado de inmortalizar a los líderes políticos a lo largo de la historia.
Tomando como referencia las tonalidades de esta obra principal, se presentan el resto de piezas que expone la galería. Este año además, se ha querido otorgar un protagonismo especial a la escultura y es que cerca de la mitad de las obras presentadas representan este género. Obras que van desde el pequeño formato como en el caso de Kepa Garraza, quién ha realizado en tres dimensiones uno de sus ya célebres manifestantes, o Mari Puri Hierro, que enarbola una vez más el “Azul Bilbao” en una escultura de bronce. De bronce es también la monumental escultura del artista David Nash, uno de más relevantes representantes del Land Art británico. El intenso rojo, la verticalidad de la figura, contrastan con la horizontalidad y curvatura de la obra de José Cháfer, quién ha realizado en esta ocasión una pieza única en madera maciza de abedul. Otro escultor, Juan Garaizabal, experimenta en Fenêtre D’Ainay con nuevas técnicas en este fragmento de ventana, inspirado en el mencionado château galo. Finalmente, la obra de uno de los grandes escultores de la segunda mitad del S. XX, Andreu Alfaro precursor del minimal español, es el broche de oro a la nómina de escultores que la galería presenta en esta edición.
Junto a las esculturas, el stand está salpicado por numerosas pinturas, la mayoría de pequeño formato. Este año la gran novedad es el pintor cubano Ariel Cabrera, cuya obra se podrá ver en la exposición monográfica que la galería le va a dedicar a finales de marzo. A Cabrera se le suma otro pintor figurativo, José Luis Serzo, excelente dibujante, que presenta sobre una plancha metálica un dibujo de corte erótico. Guillem Nadal apegado habitualmente a la abstracción, se suma a la figuración con una tabla de su serie Miralls, que representa una calavera. Justo lo contrario ocurre con Simon Edmondson, quién esta vez ha optado por llevar su pintura a la abstracción y apostar por una intensa gama cromática. Rafael Canogar por su parte, presenta un acrílico sobre metacrilato en blanco y negro, característico de la última época del artista. El color azul es el nexo que une la obra de la artista valenciana Rebeca Plana y del alemán Peter Krauskopf la primera mediante expresivas pinceladas y el segundo poniendo foco en el proceso y materialidad de la pintura. Otro gran artista, Nacho Criado, pionero en el arte conceptual español, hace su particular homenaje a Rothko. Finalmente, dos artistas muy consagrados, Luis Canelo y Antonio Murado optan por unas pinturas orgánicas.
En paralelo al stand, la galería presenta un Solo Project de la artista Cristina Babiloni, cuya obra versa sobre el tema del mar, en clara referencia al tema elegido por la ARCO en esta edición. Para Babiloni, la pintura es una forma de expresar su preocupación por la degradación de los océanos de la mano del hombre. El fondo marino es una constante en su producción, cómo se ve en las obras presentadas.
26 enero – 31 marzo 2023
El próximo día 26 de enero la galería Alvaro Alcázar presenta la exposición monográfica dedicada al artista británico David Nash (1945, Esher, UK), una muestra dónde se aborda la producción más reciente de este reputado artista afincado en Gales. En ella se presentan distintas disciplinas, destacando la obra escultórica, tanto en madera como en bronce y hierro, así como dibujo sobre papel. Las 24 obras aquí presentadas, en pequeño y gran formato, se disponen en el interior de la galería de forma aparentemente caótica que nos recuerda inevitablemente a un bosque natural.
No en vano, David Nash con sus más de 40 años de trayectoria, está considerado como uno de los principales representantes del Land Art británico. Es la madera; en particular el propio árbol, su principal herramienta de trabajo. Para Nash el hecho de emplear el árbol entraña un enorme simbolismo, pues por su densidad, crecimiento, proliferación, generación y reservación, el árbol encuentra un paralelismo con la propia vida y su estructura, conformada por raíces, tronco y ramas, aluden a tres mundos; el subterráneo, el terrestre y el celeste. Nash investiga la morfología del árbol, las características naturales de su madera, así como las mutaciones producidas por la mano del hombre. Para ello, el artista se ha formado como experto en árboles, estudiando la morfología de cada especie con la trabaja, principalmente secuoyas, robles, hayas o arces. Las obras de madera aquí presentadas dan buena muestra de ello y de hecho, proceden en su mayoría de madera de árboles que han caído de forma natural o han sido talados debido a la edad o enfermedad. De estos árboles talados emergen sus “esculturas biológicas”; huevos, (Opened Escaled Egg), columnas (Squark Column o Lined Beach Column), cúpulas, esferas y pirámides (Flare), que son en definitiva su formas más características.
Además de la madera, la exposición presenta media decena de esculturas de bronce, un material que Nash empezó a trabajar a partir de la década de los años 90 y cuyo tratamiento alude de nuevo a la madera, como ocurre con King and Queen III, Red column, o Black Cairn. El empleo de este material, vino motivado por la voluntad del artista de preservar sus formas para la posteridad, sin interferir en las condiciones físicas de los objetos de madera originales. Asimismo, Nash aprecia de este material su capacidad de transformación al ser calentado y fundido. Por su parte el hierro, también presente en esta muestra, se forma mediante uno de los procesos más elementales de la naturaleza y se extrae a altas temperaturas, algo muy apreciado por el artista.
Por otro lado el carbón juega un importante papel en trabajo artístico de Nash ya desde principios de los años 80, tanto en piezas de madera que han sido carbonizadas o en esculturas de bronce que aluden a las de madera, o como ocurre en este caso, en los dibujos que acompañan a las esculturas. El dibujo, el último gran protagonista de la muestra, ha sido siempre un elemento importante de la producción de David Nash y con el que documenta además, todo su proceso creativo. Su técnica consiste en aplicar el pigmento crudo directamente sobre el papel incorporando halos de color alrededor de la forma principal. Si bien predomina el color negro carbón, en ocasiones incorpora otros tonos de la naturaleza, que aluden por ejemplo al cambio de color de las hojas de roble según el mes o la estación del año; como ocurre en Oak Leaves Through May, donde pasa de naranja a amarillo y a verde brillante.
Es por tanto esta exposición una oportunidad única para acercarse a la obra de un artista internacional de semejante envergadura, cuya obra no se ha expuesto de forma monográfica en nuestro país desde hace más de media década y donde la monumentalidad de las obras expuestas no dejarán a nadie indiferente.
El próximo 3 de noviembre tendrá lugar la inauguración de nuestra próxima exposición. Presentaremos la nueva exposición de Kepa Garraza que gira en torno a sus dos nuevos proyectos Nuevo monumentalismo y We just want to set the world on fire. Ambas series presentan una realidad ficticia que invita al espectador a detenerse a reflexionar y cuestionarse, por un lado, la naturaleza del monumento, su razón de ser y su utilidad, y por otro, cómo se representan en la actualidad los conflictos sociales y el papel que juegan los medios de comunicación.
Nuevo Monumentalismo es su proyecto más reciente. Invita al espectador a reflexionar acerca de la función del monumento público dentro del entorno urbano, así como plantearse cuestiones relacionadas con la representación del poder y la autoridad en nuestro imaginario colectivo. Para ello, ha ideado un juego de sustitución que invita al espectador a replantearse conceptos relacionados con la propia naturaleza del monumento, su razón de ser y su utilidad.
We just want to set the world on fire es una serie que surgió como consecuencia de la ola de protestas que recorrió el mundo tras el levantamiento de restricciones generalizado posterior a la primera ola de la pandemia de COVID-19. Estas protestas surgieron de forma generalizada y aparentemente espontánea. Una ola de indignación y rabia que se extendió sin freno por todos los rincones del planeta. Revueltas ocasionadas por el empobrecimiento generalizado de amplios sectores de la población mundial y la ineficacia de muchos gobiernos para hacerse cargo de sus necesidades más básicas.
13 – 16 de octubre 2022
Stand #5C03
La galería Álvaro Alcázar participa un año más en la Feria de Estampa, celebrada en Madrid del 13 al 16 de octubre. Para esta edición se han seleccionado un total de 17 obras que estarán ubicadas en el stand #5C03.
Entre los artistas presentes se encuentran, Cristina Babiloni, quien a través de su pintura Zale (2020) nos sumerge en su mundo oceánico repleto de vida, Peter Krauskopf, con su obra abstracta en la que muestra el dominio de la luz y el color, Guillem Nadal, quien nos hace seguir con la mirada esos surcos hipnóticos con los que recrea los paisajes de la mente, José Luis Serzo, con una elección selecta de su serie Las Tentaciones de Courbet, Kepa Garraza, con sus impactantes imágenes que hacen reflexionar la representación del poder en la cultura occidental, Mari Puri Herrero, quien nos invita a entrar en un mundo onírico en el que la naturaleza predomina, y el británico Simon Edmondson, con su River Dream (2018-2022), a través del cual, con su lenguaje expresionista, nos conduce hacia un pasado nostálgico.
Asimismo, se encuentran presentes esculturas de los artistas, Nacho Criado, con su pieza minimalista Homenaje a Rothko (1970), José Cháfer con sus famosas esculturas en madera a través de las cuales trata de alcanzar un punto de equilibrio y movimiento, y Juan Garaizabal, con su escultura À toi (2022) en la que se fusionan los distintos materiales que domina el artista.
Como artistas invitados participan Andrei Roiter, quien emplea objetos encontrados y desechados para crear cuadros poéticos llenos de significado, Matthew Benedict, artista que se mueve dentro de la figuración realista y que en esta ocasión nos trae su icónico Witch Hazel (2007) y, finalmente, Jorge Barbi, cuyas piezas escultóricas han sido concebidas a través de objetos encontrados en el campo.
2 – 5 de Septiembre 2022
Stand# S11
La Galería Alvaro Alcázar presenta en esta edición de Kiaf Seoul algunas obras realizadas por la artista de la Galería Rafael Canogar.
El origen de la obra que aquí se presenta tiene su origen en 2020, coincidiendo con el confinamiento, que el artista pasó en su casa en la costa del Sur de España. Allí, sin apenas materiales, comenzó a explorar con diferentes soportes adquiridos casi de forma aleatoria por Internet. Una de ellas fue el plástico de acetato, que resultó en pinturas con una base de papel de uno o dos tonos, con una lámina de acetato dispuesta por encima, sobre la que el artista traza una línea horizontal más matérica.
Este modelo creado con el papel y el acetato, lo llevó posteriormente al gran formato mediante el empleo de metracrilato, donde el artista trabaja el anverso y el reverso. Pero además, esta estética entraña una fuerte carga simbólica pues para él representan paisajes de cielo-tierra y tierra-aire, donde la impronta del hombre se hace patente a través de las pinceladas.
Toda la obra de Canogar de los dos últimos años sigue esta misma línea, evidenciando cómo el artista, a sus 86 años, ha sabido renovarse. El pintor, que inició su trayectoria a finales de la década de los 50 como miembro fundador del Grupo el Paso, retoma aquí la búsqueda de la esencialidad que movía entonces al expresionismo abstracto e informalismo. Él mismo ha destacado recientemente su voluntad de volver a trabajar con mínimos elementos para potenciar su radicalidad, como ya hizo en época de plena vanguardia española. Vuelve así a su origen, cerrando el círculo que comenzó a trazar allá por los años 50.
5 – 9 de octubre 2022
Stand #45
La Galería Álvaro Alcázar participa por primera vez en la tercera edición de la Feria Art on Paper celebrada en Bruselas del 6 al 9 de octubre. Ubicadas en el Stand #45, se encontrarán las 25 obras protagonistas de esta feria. Realizadas en distintas técnicas, todas ellas sobre papel.
Los artistas de la galería presentes son Eduardo Arroyo, con su famosa obra inspirada en Carmen Amaya y el episodio que tuvo lugar en el hotel neoyorkino Waldorf Astoria, Rebeca Plana, con una pequeña sección de su serie abstracta en la que representa los 12 meses del año, Kepa Garraza, con sus impactantes imágenes que hacen reflexionar la representación del poder en la cultura occidental, José Luis Serzo, con su fuerte carga simbólica y atemporalidad, y el recién incorporado a la plantilla de la galería, Ariel Cabrera, quien nos presenta escenas en las que mezcla Historia y ficción en la Cuba del siglo XIX.
APERTURA MADRID GALLERY WEEKEND 2022
Shadowpieces
Septiembre – Octubre 2022
Shadowpieces es una exposición de obras que abarcan los últimos tres años de la actividad del pintor abstracto Peter Krauskopf. En lugar de presentar un conjunto completo de pinturas, el artista ha optado por una confrontación consciente de los temas que trata en su obra. En obras anteriores, las formas densas y los degradados, aparentemente generados por el ordenador, se iluminan o se oscurecen mutuamente, manipulando un motivo central de la propia pintura. Los lienzos más recientes son testimonio de una interrogación más conceptual sobre el carácter del color y sus profundidades: los colores al óleo, exuberantes y densamente aplicados, se superponen sucesivamente, para ser desenterrados de nuevo por el pintor con precisión formal. El universo pictórico de Peter Krauskopf se desarrolla en la tensión entre el control algorítmico que ejerce sobre su oficio y la naturaleza imprevisible inherente a su técnica.
Shadowpieces se refiere a los espacios de luz y oscuridad que Krauskopf deja en sus obras: su técnica crea campos de los que parece filtrarse la luz, y otros en los que parece sumergirse. Sin embargo, el título no oculta la preferencia intuitiva del artista por la sombra como protagonista. Con su plasticidad, los cuadros de Krauskopf asignan ineludiblemente un lado u otro al espacio que tienen delante. La mayoría de las veces, el pintor -y más tarde el espectador- se coloca en una posición desde la que la luz parece emanar de más allá del lienzo.
Las obras de Peter Krauskopf son abstractas, pero el carácter no figurativo, se nutre constantemente de las experiencias cotidianas del artista. A través de la pintura, sus intuiciones vuelven a la realidad como imágenes genuinas. La complicación de la frontera entre la abstracción y la ficción es una elección intencionada en este proceso de reconstrucción. Lo mismo ocurre con los textos breves que acompañan a algunas obras de la exposición y que relatan experiencias personales. Los relatos de las situaciones son claramente suyos, pero ¿ocurrieron realmente de la forma en que los describe? En lugar de intentar explicar los cuadros, los textos plantean una pregunta. Una pregunta sobre la realidad de la narración, y la realidad del narrador; una pregunta sobre la realidad de la pintura, y la realidad del pintor.
2 – 5 de Septiembre 2022
Stand# S11
La Galería Alvaro Alcázar presenta en esta edición de Kiaf Seoul algunas obras realizadas por la artista de la Galería Rafael Canogar.
El origen de la obra que aquí se presenta tiene su origen en 2020, coincidiendo con el confinamiento, que el artista pasó en su casa en la costa del Sur de España. Allí, sin apenas materiales, comenzó a explorar con diferentes soportes adquiridos casi de forma aleatoria por Internet. Una de ellas fue el plástico de acetato, que resultó en pinturas con una base de papel de uno o dos tonos, con una lámina de acetato dispuesta por encima, sobre la que el artista traza una línea horizontal más matérica.
Este modelo creado con el papel y el acetato, lo llevó posteriormente al gran formato mediante el empleo de metracrilato, donde el artista trabaja el anverso y el reverso. Pero además, esta estética entraña una fuerte carga simbólica pues para él representan paisajes de cielo-tierra y tierra-aire, donde la impronta del hombre se hace patente a través de las pinceladas.
Toda la obra de Canogar de los dos últimos años sigue esta misma línea, evidenciando cómo el artista, a sus 86 años, ha sabido renovarse. El pintor, que inició su trayectoria a finales de la década de los 50 como miembro fundador del Grupo el Paso, retoma aquí la búsqueda de la esencialidad que movía entonces al expresionismo abstracto e informalismo. Él mismo ha destacado recientemente su voluntad de volver a trabajar con mínimos elementos para potenciar su radicalidad, como ya hizo en época de plena vanguardia española. Vuelve así a su origen, cerrando el círculo que comenzó a trazar allá por los años 50.
16 – 20 julio 2022
STAND# 26
Rebeca Plana – Un año desde Santander
La Galería Alvaro Alcázar presenta en esta edición de Arte Santander una serie de 12 obras realizadas por la artista Rebeca Plana a lo largo de los últimos 12 meses. El origen de este proyecto se remonta a la pasada edición de la Feria, en julio de 2021, en una visita de la artista a nuestro stand. Allí se acordó que ella que sería la apuesta de la galería para próxima edición y se definió el proyecto: Doce obras para doce meses. La artista ha realizado 12 obras, una cada mes para presentarlos en julio 2022.
Esta serie que presentamos responde a esa idea. Se trata de doce obras realizadas en técnica mixta sobre papel que responden al marcado estilo de la artista. Trabajos donde los protagonistas, el color y el trazo dispuestos sobre fondos lisos revelan numerosas percepciones emocionales. Son obras de un marcado carácter abstracto, a veces caligráfico, que combinan elementos de composición estructurada con un ambiente salvaje y de improvisación, llevándolos hacia el patriarcado histórico del expresionismo abstracto.
7 – 10 de Julio 2022
Stand R+1 36 en el Hangar 4
La Galería Álvaro Alcázar participa en la primera edición de la Feria BAD + Bordeaux, de 7 a 10 de julio celebrada en Burdeos. En esta ocasión, estarán presentes, en el Stand R+1 36, artistas representados por la Galería, uniendo pequeños y grandes tamaños.
En el ámbito escultóricos estarán en la exposición artistas españoles como Jose Cháfer, Mari Puri Herrero y Juan Garaizabal. Así mismo, se cuenta con la pintura del alemán Peter Krauskopf con sus piezas de «sobrepintura» y el gran representante de arte española Rafael Canogar, con sus obras sobre metacrilato.
Para finalizar, estarán presentes dos obras de Eduardo Arroyo, con su inconfundible mosca y un cuadro con su característica inspiración literaria.
Comunidad
26 mayo – 21 julio 2022
El próximo día 26 de mayo, la galería Alvaro Alcázar presenta la exposición colectiva Comunidad, que se podrá visitar hasta el día 21 de julio. La muestra aborda diversas perspectivas del vasto concepto de Comunidad, que van desde una visión íntima e individualista hasta un enfoque mucho más colectivo, que presenta un grupo social con características comunes. De esta forma se presentan alrededor de 17 obras en diferentes técnicas, formatos y soportes y de 16 artistas diferentes, todas ellas unidas por un nexo común, el concepto de comunidad en sus diferentes enfoques; a través de ciudades como Nueva York, edificios, personas, símbolos o paisajes.
Entre los artistas participantes, destaca la presencia de artistas de la galería, como en el caso de Rafael Canogar con uno de sus metacrilatos mas recientes, Simon Edmondson con un inédito óleo sobre lienzo o Kepa Garraza que nos muestra una representación de su serie Just want to set the world on fire. Cristina Babiloni acapara miradas con un imponente políptico de 4m de altura representando el fondo marino. Igualmente destaca la presencia de Guillem Nadal con su Proyecto para una Isla o el recientemente incorporado a la nómina de artistas de la galería, Jose Cháfer, con su primera escultura realizada en bronce. De Eduardo Arroyo se presenta una escultura de piedra que hace referencia a la delirante historia de Carmen Amaya durante su estancia en el hotel neoyorkino Waldorf Astoria y que fue precisamente uno de los temas más célebres en la trayectoria del artista.
Es destacable también la aportación de artistas invitados, como es el caso del artista gallego Jorge Barbi, esta vez con obras escultóricas que, como resulta habitual en su producción, están realizadas a partir de objetos encontrados en el campo. Por su parte, del artista Andreu Alfaro presenta una emblemática escultura que encarna a la diosa Afrodita. La fotografía viene representada por un lado de la mano de las sevillanas Paz Juristo y Anuca Aísa, la primera con la imagen de un rascacielos neoyorquino y la segunda con una obra que forma parte de su serie “subsuelos”. Por otro lado, el fotógrafo francés Julien Spiewak presenta una obra de su serie “Corps de Style”, donde aparecen, como es habitual, un cuerpo desnudo junto a un fragmento de interior, en este caso una columna, que nos recuerda mucho a la mencionada Afrodita de Alfaro. La pintora Montserrat Gómez-Osuna trata también en tabla sobre acrílico una escena urbana, un edificio, una estructura difícilmente identificable e inquietante.
Por último, señalar también la obra de artistas extranjeros como en el caso de Matthew Benedict , con su icónico “Hazel Witch”, o el ruso Andrei Roiter, quien ha hecho llegar para la exposición un lienzo de gran formato representado cajas de cartón. Finalmente, el dibujante francés Jude Castel, con su particular dominio del bolígrafo Bic, ha realizado dos obras ex profeso para esta exposición dentro de la serie de memorias urbanas. Con todo ello, estamos ante una exposición con artistas de primer orden y gran diversidad de géneros sin aparente relación, pero bajo las que subyace un concepto común: el de comunidad.
La Galería Álvaro Alcázar presenta, a partir del próximo jueves 24 de marzo la exposición individual del artista José Luis Serzo, quien es, en palabras del historiador Juan Manuel Bonet, “una de las voces más poderosas de la figuración actual”. La muestra, que comprende obras en pintura, escultura e instalaciones, podrá visitarse hasta mediados de mayo.
Vuelve José Luis Serzo (Albacete 1977), con una nueva serie que promete convertirse en una de las más subversivas e inquietantes de su trayectoria. Las tentaciones de Courbet pudieran ser la vida que no nos atrevemos a vivir: las personas con las que deseamos fundirnos o los lugares que queremos transitar pese al terror de lanzarnos al vacío. José Luís Serzo (Albacete, 1977) usa al pintor Gustav Courbet como excusa para llevarnos a un escenario donde bailan el placer, el erotismo y la culpa; una ensoñación pictórica y escultórica que nos enseña el mundo sin remilgos ni filtros. De los sueños y temores de Courbet imaginados por Serzo, somos testigos de un estudio de la erótica unida a la fantasía, desterrada hace tiempo del sexo que practicamos en esta sociedad de la omnipantalla. Serzo estudia en esta exposición la sexualidad vivida como un juego y aborda la anatomía femenina con una autoridad que casi asusta; cuerpos que son paisajes, posturas que son el movimiento estelar del universo. Las llena de iconografías palpitantes, máscaras de la muerte, flores, ajos erotizados y un mar de telones carmesí que se nos antojan faldas hacia la locura de sentir, perdiendo precisamente los sentidos con ello. Y así, nos relata que vivir intensamente es también acercarse a la muerte.
Lidón Sancho Ribés. Crítica de arte y escritora.
La Galería Álvaro Alcázar presenta desde el 20 de enero la exposición monográfica del artista mallorquín Guillem Nadal. La muestra alberga un total de dieciséis obras realizadas en los últimos meses, en gran y pequeño formato, para las que el pintor ha utilizado como soportes el papel, la tabla y la tela. Guillem Nadal retoma para esta exposición su “Projecte per a una illa”, serie iniciada en 2016 y que es, sin lugar a dudas uno de los proyectos valorados dentro su dilatada trayectoria.
Las obras aquí expuestas, como las del proyecto en su conjunto, destacan por su gran gestualidad, conferida por el proceso creador del artista. Nadal trabaja con sus manos, arando el lienzo, produciendo surcos, texturas; introduciéndose literalmente en la obra. El resultado es un juego de luces y sombras que invita no sólo a ver los cuadros desde distintos puntos de vista, sino que genera en el espectador una inevitable atracción por tocar las obras. El monocromatismo característico de Nadal, limitado a una paleta de blancos, negros y grises, se ve alterado en esta ocasión por la novedosa introducción de tonalidades moradas, que para el artista no son más que parte del proceso de “sedimentación”, como él lo define, la acción del azar dentro del proceso de creación del cuadro.
La producción artística de Guillem Nadal engloba diferentes series, donde el artista proyecta fragmentos de sí mismo, distintos actitudes o sentimientos; es el caso de “Miralls” o “El Paisatge de la memòria”, constituyendo así su “Projecte per a una illa” una pequeña parte de esta extensa producción. Las obras aquí presentadas evidencian la madurez artística de su autor, entendiéndolas dentro de la totalidad del proyecto y no aisladamente. Desde un punto de vista formal Nadal se mueve en el lenguaje de la abstracción, creando formas curvas, bajo las que subyace la idea de isla. Isla como recorrido sentimental, como metáfora de la vida, como un camino que te lleva nuevamente al punto de partida y finalmente, a la posibilidad de construir tu propia isla. Paradójicamente, una isla que no hace referencia al lugar donde Nadal nació y reside, sino que entraña significados mucho más profundos. Es esta su particular forma de sumarse y reinventar la larga tradición de la pintura paisajista mallorquina, que alcanzó sus más altas cotas en los años 40 del pasado siglo, la diferencia es que Nadal, recrea los paisajes de la mente, remite a la poética de este género.
Stand 7A16
La Galería Álvaro Alcázar participa un año más en la nueva edición de la Feria ARCO 40+1, donde se mostrarán las obras recientes de varios artistas nacionales de la galería, tales como Kepa Garraza con su nueva serie de protesta We just want to set the world on fire, Rebeca Plana o Cristina Babiloni, también con obra reciente. Por su parte, el artista madrileño Jose Cháfer, representa la sección escultórica de la muestra. En un sentido más matérico se cuenta con una obra de Guillem Nadal, incluida en la serie ‘Projecte per a una illa’, proyecto que se encuentra expuesto actualmente en la Galería hasta principios de marzo. Se debe remarcar la presencia de la obra de Mari Puri Herrero en un Solo Project, con sus esculturas de Cabezas en el característico «Azul Bilbao», en un espacio contiguo, en el stand 7A16B.
La imponente obra de Eduardo Arroyo, Dichoso Quién como Ulises ha hecho un largo viaje, se encuentra enmarcada en el centenario de la publicación de Ulises de James Joyce, coincidiendo asimismo con la divulgación del mismo ilustrado por el artista. Otra de las piezas icónicas participantes es la escultura Sacacorchos, de Nacho Criado, máximo exponente del arte conceptual español en la segunda mitad del S. XX. También destaca la presencia de Rafael Canogar con sus pinturas sobre metacrilato, en las que investiga por primera vez con este material como soporte, infundiendo además una fuerte carga simbólica a las obras.
Finalmente, la nota internacional la aporta Simon Edmondson y una muestra de su nueva serie Silver linings.